ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

La gestión tecnológica y de la innovación, un factor decisivo para la competitividad. Su papel en la ganadería cubana

 

 

 

J. Suárez, F. Blanco, R. Suárez Mella1 e Hilda Machado

Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba
1 Dpto. de Ingeniería Industrial. Universidad de Matanzas, Cuba

 

 

 


RESUMEN

Este artículo, cuyo objetivo es promover el desarrollo de la gestión tecnológica y la innovación en la ganadería cubana, brinda un conjunto de aspectos conceptuales. En este trabajo no se pretende exponer aspectos demostrados a través de estudios rigurosos; se trata solo de consideraciones que permitan estimular otras reflexiones dentro del personal directivo y técnico vinculado con la ganadería, lo que hace que el propósito del trabajo sea provocar un efecto multiplicador reflexivo en aras de lograr una gestión adecuada de la variable tecnológica en las explotaciones ganaderas, que les permita ser más innovadoras y, por ende, más competitivas.

Palabras clave: Gestión, ganadería.


ABSTRACT

The main objective of this article is to promote the ongoing development of technological management and innovation in cuban livestock branch. This paper provides a combined conceptual views, in which non demonstrated aspects resulting from rigorous studies are meant to be exposed; it is just about considerations that enable people to encorage other reflexions within the board of directors and technicians linked to livestock programm; therefore, this paper purpose is to cause a multiplying reflexive effect; so as to achieve a proper management of the technological variable applied to livestock enterprise that allow it to be more creative and thus more competitive.

Additional index words: Technological management, livestock.


 

 

INTRODUCCIÓN

Según diversas fuentes (Lage, 1996; García, 1996; Viceministerio de Ganadería, 1997; Martín, G., comunicación personal; Oficina Nacional de Estadísticas, 1997), actualmente nuestra ganadería presenta un conjunto de problemas que la afectan: la no recuperación de la producción de semillas de pastos; muy poca rotación y manejo de los pastos; poca utilización de los subproductos de la industria azucarera y de otras agroindustrias; deterioro de la maquinaria, equipos de ordeño, instalaciones y otros medios; deterioro de la disciplina técnica en el manejo y explotación del ganado; los mecanismos de transferencia tecnológica son incipientes y el grado de adopción es bajo; solo una parte de las unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) ganaderas son rentables; los niveles de productividad lechera son muy bajos; decrecimiento de los rebaños; no se completa la autosuficiencia alimentaria en todas las unidades; falta de capacitación del personal técnico y directivo de las empresas y UBPC, así como insuficientes acciones de superación; débil interacción de las empresas y UBPC con los centros científicos y universidades, entre otros. En la mayoría de ellos influye notablemente la ausencia o insuficiencia en la capacidad de innovación y el desconocimiento de las bases de la gestión de la tecnología.

Considerando el actual sistema cubano de ciencia y tecnología que se basa, según García Capote (1996), en subrayar el papel de la empresa en los procesos de innovación tecnológica, se comienza a apreciar una búsqueda de la efectividad y competitividad, se tiene en cuenta la existencia de elementos de mercado en el sistema económico cubano, se consideran las tendencias mundiales en la esfera de la organización del desarrollo científico y tecnológico, se reconoce que la innovación tecnológica es un proceso con múltiples fuentes y agentes, así como se aprecia que dicho sistema forma parte de una estrategia de continuación del proyecto social cubano.

La meta para los cubanos es lograr, en nuestro contexto y con nuestra idiosincrasia, un sector productivo más innovador y un sector de investigación y desarrollo (I+D) más negociador (Faloh, 1996). Para ello es necesario reducir el predominio casi absoluto que hasta ahora ha tenido el modelo de empuje por la ciencia y la tecnología a partir de la creación de un ambiente que promueva la innovación tecnológica en las organizaciones productivas.

Todo este proceso tiene como entorno un mundo más complejo, impredecible y turbulento, y en este contexto las organizaciones tienen que luchar por adaptarse, ser flexibles y aprender de forma permanente. Esta situación puede ser expresada claramente utilizando una analogía presentada por Carlota Pérez (una experta en el tema en cuestión) que es descrita a continuación: "Hasta hace unos años, la organización exitosa era como un gran acorazado que navegaba en aguas tranquilas, con una trayectoria totalmente predefinida, una tripulación con especialidades bien definidas y pocos pero controlables riesgos y tormentas; sin embargo, en la actualidad, este acorazado se ha convertido en un pequeño barco de velas que tiene que aprovechar el viento y las olas, ser muy ágil y flexible en un mar tormentoso, con una tripulación multifuncional y con un capitán que tenga habilidades para aguas turbulentas y para cambiar el rumbo si es necesario".

En el caso de la ganadería cubana y coincidiendo con García y Martín (1996), los cambios en las formas organizativas de la producción y las transformaciones tecnológicas que han tenido lugar por la carencia de insumos exigen acciones inmediatas que propicien que los conocimientos y tecnologías disponibles para producir en estas nuevas condiciones lleguen al productor primario, así como que este sea capaz de jugar un papel activo en este proceso logrando una producción económica y ecológicamente sostenible, pero no basta con que dichos conocimientos y tecnologías lleguen, sino que es necesario que se adopten y perfeccionen, y para ello se requiere el desarrollo de la gestión tecnológica y la innovación en la empresa.

 

¿Qué es la Gestión Tecnológica y de la Innovación?

En la primera mitad de los años 70, la gestión de la investigación-desarrollo (I+D) empezó a despertar atención; se trataba de mejorar la utilización de los recursos humanos y materiales para producir conocimientos, lográndose grandes progresos en la selección, dirección y control de los proyectos de I+D y en la motivación del personal científico. Sin embargo, Escorsa y Valls (1997) consideran que, años después, las empresas constataron que no bastaba con resolver los problemas de I+D, sino que lo prioritario era innovar, es decir, convertir esos conocimientos en nuevos productos o nuevos procesos, naciendo así la gestión de la innovación, que incluye la gestión de la I+D; esta fue definida por Pavón e Hidalgo (1997) como el proceso orientado a organizar y dirigir los recursos disponibles, tanto humanos como técnicos y económicos, con el objetivo de aumentar la creación de nuevos conocimientos, generar ideas que permitan obtener nuevos productos, procesos y servicios o mejorar los existentes y transferir esas ideas a las fases de producción y comercialización.

Aproximadamente en la misma época, a finales de los 70 y principios de los 80, se comenzó a hablar también de la gestión de la tecnología y su inclusión en la estrategia de la empresa, a fin de mantener y mejorar su posición competitiva mediante la utilización de la tecnología, que se convierte en una variable estratégica clave. Evidentemente, y en opinión de Escorsa y Valls (1997), la gestión tecnológica presenta muchos puntos de contacto con la gestión de la innovación y a menudo ambas expresiones se utilizan indistintamente, ya que sus fronteras no están perfectamente delimitadas, al grado de que muchas veces se habla de la gestión de la innovación y la tecnología intentando reunir bajo una sola denominación todos los temas referentes a la optimización del uso de la tecnología en la empresa. Ello hace que en este trabajo se utilice el término gestión tecnológica pero considerando en este la gestión de la innovación.

La gestión tecnológica se ha definido de diversas formas por Vegara (1989), Ruíz y Mandado (1989) y Parisca (1995a), quien enfatiza en la administración proactiva de la generación del conocimiento; sin embargo, hemos seleccionado la expuesta por Dankbaar (citado por Escorsa y Valls, 1997), en la cual la gestión tecnológica comprende todas las actividades de gestión referentes a la identificación y obtención de tecnologías, la I+D y la adaptación de las nuevas tecnologías en la empresa, así como su explotación, considerando no solo las tecnologías de producto y de proceso, sino también las utilizadas en los procesos de dirección.

Ello implica que una empresa que sea innovadora, o sea, que aplique la gestión de la tecnología, debe ser capaz de:

Esto hace que sean aplicadas en dicho proceso temáticas tales como: la dirección estratégica (surgida como un enfoque más integral que la planificación estratégica); la prospectiva tecnológica (como una herramienta de inteligencia competitiva); el planeamiento y la evaluación de la I+D; la factibilidad técnico-económica; el marketing al aseguramiento de la calidad (considerando no solo la visión clásica de la calidad del producto, sino la calidad total de los procesos de la organización); la gerencia de la tecnología; la formulación y gestión de proyectos de I+D e innovación; la propiedad intelectual; la información (fuente de poder en la actualidad); los recursos humanos (claves en la obtención de ventajas competitivas según la teoría de los recursos y las capacidades); la logística; los aspectos ambientales, así como los económicos y financieros.

Por otra parte, el ámbito de la gestión tecnológica está constituido, según Parisca (1995b), por la capacidad de servicios y asistencia técnica al cliente (la ganadería en nuestro caso) en los centros de I+D y por la capacidad de generación de conocimientos a través de las acciones de mejoras dentro de las organizaciones productivas ganaderas (fig. 1), constituyendo la función gerencial que estimula la innovación en el sector productivo y en los centros de I+D y está comprometida con la promoción del mercado de servicios tecnológicos.

Dicho ámbito hace que el objetivo fundamental de esta disciplina sea la vinculación Investigación-Sector Productivo; esta es una relación de mercado que se rige fundamentalmente por las leyes de oferta-demanda de servicios tecnológicos, considerando que la clave del éxito reside en que la empresa desarrolle "competencias medulares", como menciona Parisca (1995b), o "capacidades distintivas", según Prahalad y Hammel (1996), o sea, destrezas y habilidades en la organización para identificar y utilizar a su favor cualquier tipo de circunstancias, anticipar situaciones, convertir amenazas en oportunidades, entre otros; un ejemplo lo constituye el desarrollo de alternativas sostenibles de alimentación ante la ausencia de concentrados.

En esencia, la gestión tecnológica se convierte en una ayuda indispensable en la preparación de las empresas ganaderas y en la adopción de la ciencia y la técnica mediante la creación de capacidades para el rescate del conocimiento tecnológico, la introducción de mejoras incrementales en el proceso productivo (base del KAIZEN, la filosofía japonesa de la mejora continua) y la creación de tecnologías.

A pesar de que la gestión de la variante tecnológica se considera un factor de éxito en el mundo empresarial y que, según preconizó Marchand (1990), el tema clave de los negocios en la década de los 90 es la información y la innovación, en el sector agropecuario esta disciplina no ha alcanzado desarrollo e incluso en América Latina y el Caribe, incluyendo Cuba, no existen experiencias importantes al respecto, por lo cual fue demandada en la clausura del II Seminario Iberoamericano de Gestión Tecnológica (IBERGECYT'97) la realización de trabajos sobre el tema en nuestro continente.

 

¿Por qué no se ha producido un desarrollo de la Gestión Tecnológica en la agricultura?

Nuestra tesis se basa en un conjunto de factores tales como: los expertos sobre el tema en los países más desarrollados aprecian mayor atractivo monetario al trabajar en el sector secundario y terciario (la industria y los servicios) que en el primario (agricultura y minería); la duración del ciclo productivo agropecuario hace más complicada su aplicación; el efecto que causan las circunstancias de incertidumbre que rodean a la producción agrícola, asociadas a factores naturales (lluvias, temperatura, insolación, ciclos biológicos, etc.), mientras que en la industria y los servicios (si existe capital, tecnología y mercado) dichos factores tienen menor importancia; los factores sociosicológicos vinculados a las propias características de la población agrícola, que difiere de la urbana y que es más tradicional que esta última; las dificultades en el grado de aceptación de las innovaciones por los agricultores, así como la menor vinculación del personal calificado de las explotaciones agropecuarias con las ofertas de superación, debido a la falta de tiempo que origina el propio proceso productivo.

Este conjunto de situaciones podría indicar una resistencia congénita al progreso; sin embargo, esto no es absoluto. Los agricultores tienden a rechazar las innovaciones totalmente insólitas o que se opongan claramente a su modelo tradicional, pero aceptarán las que aparezcan «a través de un injerto exitoso sobre la tradición» (es el caso de los sistemas silvopastoriles), como sostiene Mignon (1980). En resumen, cualquier intento de modernizar la agricultura, a través de la introducción de tecnologías de avanzada, deberá contemplarse
más bajo la óptica del productor primario que las recibe, que con el enfoque de la industria productora de tecnologías, es decir, los centros de investigación y universidades.

 

Necesidades y oportunidades presentes en la ganadería cubana

Hablar de la gestión tecnológica en la ganadería cubana constituye una novedad y crea expectativas tan solo por el hecho de poner mayor atención en el lugar donde se asume la tecnología, o sea, la explotación ganadera, y no en el centro generador de esta, como se hace tradicionalmente. Esto ha provocado que se valore mucho más el papel que desempeña el sector productivo, el cual era pasivo, en gran medida, hasta este momento. En cuanto al término gestión tecnológica, su introducción en Cuba es muy reciente pues su uso creciente ha sido a partir de 1993, luego de celebrarse el I Encuentro Nacional del tema, por lo que es un concepto en plena asimilación.

Como se ha expresado anteriormente, el centro de gravedad se mueve desde el ente generador de conocimientos hacia la empresa, la cual tendrá y habrá que ayudarla en este sentido, como misión de los investigadores y profesores que desarrollar una cultura, métodos y hábitos innovadores a los que no está acostumbrada pero que son necesarios, pues la ventaja competitiva está cada vez más relacionada con la capacidad de innovación de las empresas. Esto significa innovar de forma integrada acorde con la estrategia de la empresa, atendiendo a una demanda de mercado (en nuestro caso, leche y carne), con calidad y bajos costos (Vasconcellos y da Silva, 1996).

En la empresa ganadera la gestión tecnológica exige que esta desarrolle su planeamiento estratégico con vistas a satisfacer la demanda de proteínas de la población y a que construya, emplee y transforme su memoria tecnológica, o sea, su base de conocimientos, para que sepa identificar y demandar tecnologías, evaluarlas, seleccionarlas y negociarlas, ejecutar y explotar las inversiones resultantes, seleccionar los proveedores más adecuados, producir con eficiencia y calidad, así como comercializar con efectividad, todo ello mediante una constante actitud innovadora.

En este sentido, es necesario tener presente que la calificación, la actualización y el perfeccionamiento de los recursos humanos vinculados a los procesos de innovación desempeñan un papel esencial, con énfasis en los recursos gerenciales. Esto se debe a que la posibilidad de generación y adopción de nuevos conocimientos se encuentra condicionada por la disponibilidad de capital humano calificado, en opinión de Trigo, Piñeiro y Ardila (1985), y este a su vez es altamente dependiente de la capacitación y el postgrado, considerando permanentemente a los recursos humanos como un capital a aumentar y no como un coste a reducir.

En relación con los recursos gerenciales y partiendo del enfoque schumpetereano, si se generan empresarios innovadores y, por ello, emprendedores, se tendrá desarrollo e inversiones; mientras que la inversión por sí sola no genera desarrollo y esto es cada vez más cierto, como expresaran Ruíz y Mandado (1989). Por ello es necesario disponer de directivos con formación en tecnología y gestión, así como que generen, además, un espíritu empresarial emprendedor.

En este proceso de aprendizaje y de formación de una cultura innovadora, los centros científicos y universidades desempeñan un importante papel en ayudar a su desarrollo y para ello necesitan:

Esta labor permitirá la formación de una "actitud de cambio" que genere una "aptitud para el cambio".

Otro aspecto que potencia las posibilidades de aplicación de la gestión tecnológica en la ganadería cubana se basa en los cambios organizativos vinculados con la reducción del tamaño de las empresas y la desagregación de la gestión en pequeñas unidades, como las granjas y UBPC. El tamaño ha sido estudiado en relación con la innovación por la actual teoría del comportamiento, partiendo de la hipótesis de que aunque la gran empresa es un instrumento casi perfecto para fomentar el cambio técnico a partir de su capacidad de financiamiento, menor nivel de riesgo ante una falla, capacidad para mantener varios proyectos y aprovechar la sinergia entre ellos, así como sus economías de escala, etc., esto no siempre se cumple, pues se observa que las pequeñas y medianas empresas desempeñan un papel creativo en la mayoría de los logros tecnológicos, a pesar de su desventaja en recursos, pero poseen una mayor flexibilidad y rapidez en las decisiones.

De lo anterior se concluye, en coincidencia con Ruíz y Mandado (1989), que en la actualidad el tamaño no es determinante para la innovación, sino la forma en que se gestione el proceso productivo.

Otros problemas existentes, incluso en toda Latinoamérica, son: ni los empresarios poseen claridad suficiente acerca de sus propias necesidades de cambio tecnológico, ni los centros de I+D ofrecen sus servicios o proyectos de investigación con una sólida perspectiva comercial, como considera Parisca (1995b), con las honrosas excepciones en ambos casos; no existe una oferta adecuada de servicios de consultoría y asistencia técnica a la medida, así como no se produce una relación dinámica ni existe un lenguaje común entre los centros de investigación y las empresas, por lo que no puede existir entre ellos un interés mutuo que estimule y promueva la actividad de generación de soluciones tecnológicamente relevantes.

Por último, si las empresas ganaderas desean tener éxito continuado en las innovaciones, deben cumplir con un conjunto de factores mencionados por Freeman (1975), Ruíz y Mandado (1989) y Pavón e Hidalgo (1997), como los siguientes:

Todo lo expresado en este trabajo requiere de la asimilación, por parte de la ganadería, de herramientas modernas, vinculadas con la gestión tecnológica y adecuadas al contexto cubano, pero con una dimensión integral. Sin embargo, esto no puede consistir en un traslado mecánico y acrítico de técnicas provenientes de otros contextos económicos, políticos, sociales y culturales, por lo que se necesita de una labor de análisis de las experiencias foráneas y nacionales y su adecuación a nuestra realidad, coincidiendo con lo expresado por Anon (1997) en cuanto a lo favorable de crear una escuela cubana de gestión tecnológica, y por qué no, una escuela dentro de nuestra ganadería. Este es nuestro objetivo y aceptamos aliados en este empeño.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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22. Viceministerio de Ganadería. Informe a la Reunión Nacional de Ganadería. MINAG. La Habana, Cuba. 8 p. (Mimeo). 1997

 

 

 

Recibido el 4 de septiembre de 1998
Aceptado el 4 de diciembre de 1998