ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

APLICACIÓN Y EFECTO RESIDUAL DEL ESTIERCOL EN LA PRODUCCIÓN Y CALIDAD DEL BUFFEL (CENCHRUS CILIARIS CV. TEXAS-4464) EN EL TRÓPICO SECO

 

 

 

S.A. González1,2, V.J.A. Eguiarte1,2 y M.A. Galina2,3

1 INIFAP-Centro de Investigaciones Pacífico Centro CIPEJ. Campo Experimental "Clavellinas"Tuxpan, Jalisco, México
2 Posgrado Interinstitucional en Ciencias Pecuarias, Universidad de Colima Colima, México
3 Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán, UNAM Cuautitlán, México

 

 

 


RESUMEN

Se realizó un estudio para medir el efecto de la fertilización con estiércol sobre el rendimiento de una pradera de buffel de temporal, en el sur de Jalisco, México. El trabajo se efectuó en un clima de trópico seco, con 21,5ºC de temperatura y 856 mm de precipitación promedio anual. Los suelos eran de textura franco-arenosa, pH ligeramente alcalino, de baja fertilidad y pobres en contenido de materia orgánica. Se utilizó una pradera de pasto buffel Texas-4464 con 4 años de establecida. En el presente estudio se midió el comportamiento productivo durante 4 años con fertilización (Fase I) y tres posteriores sin aplicación de esta (Fase II). Se utilizaron tres niveles (10, 20 y 30 t/ha) de estiércol bovino (EB) y ovino (EO), además de una pradera sin aplicación y otra con fertilización mineral de 100-50-00. Se realizaron análisis químicos del forraje y físico-químicos del suelo. Se efectuaron los cortes de forraje en cada ciclo de lluvias cuando el pasto alcanzó el inicio de la floración. Los resultados del rendimiento de forraje y la altura de la planta fueron diferentes estadísticamente (P<0,05) entre tratamientos y años, con producciones promedio anuales (t/ha) respectivas de forraje verde (v) y seco (s) durante la Fase I: 7,9 v y 2,7 s (T1: 00-00-00); 18,2 v y 5,7 s (T2: 100-50-00); 15,4 v y 4,8 s (T3: 10 t de EB/ha); 20,2 v y 6,2 s (T4: 20 t de EB/ha); 25,9 v y 7,0 s (T5: 30 t de EB/ha); 14,0 v y 4,3 s (T6: 10 t de EO/ha); 17,7 v y 5,2 s (T7: 20 t de EO/ha); 23,6 v y 6,7 s (T8: 30 t de EO/ha). Los valores de proteína cruda del forraje también se incre-mentaron con la aplicación de ambos estiércoles. En el suelo se presentaron incrementos en la saturación por agua, nitrógeno nítrico, nitrógeno amoniacal, fósforo, potasio y materia orgánica con aplicaciones crecientes de ambos estiércoles, manteniéndose estable el pH en ambas fases.

Palabras claves: Estiércol, producción, calidad, buffel.


ABSTRACT

A study was conducted to measure the effect of the application of manure on buffel grass (Cenchrus ciliaris cv. Texas-4464) production in rainfed agriculture in the south of Jalisco, Mexico. This observation was performed in the dry tropics, with a temperature of 21,5ºC and 856 mm rainfall. The soil had a frank-sand texture, lightly alkaline pH, low fertility and was very poor in organic matter. A four year old buffel grass Texas- 4464 prairie was used. The study was conducted for four years with fertilization (Phase I) and a 3 years follow up without (Phase II). The treatments consisted of annual applications of three levels (10, 20 and 30 t/ha.) of bovine (BM) or ovine (OM) manure, a control without application and a final one with mineral fertilization of 100-50-00. During the study, the forage yield was measured. Chemical analyses of the forage and physio-chemical of the soil were done. Harvesting was done twice during the rainy season before flowering. Forage yield and plant height were statistically different (P<0,05) between treatments and years, with a medium annual production (t/ha) respectively of fresh (f) forage and dry (d) during the phase I: 7,9 f and 2,3 d (T1: Control); 18,2 f and 5,7 d (T2: 100-50-00); 15,4 f and 4,8 d (T3: 10 t of BM/ha); 20,2 f and 6,2 d (T4: 20 t of BM/ha); 25,9 f and 7,0 d; (T5: 30 t of BM/ha); 14,0 f and 4,3 d (T6: 10 t of OM/ha); 17,7 f and 5,2 d (T7: 20 t of OM/ha); 23,6 f and 6,7 d (T8: 30 t of OM/ha). Total crude protein also increased with use of both manure. Soil also aumented the water retention, nitric nitrogen, ammoniacal nitrogen, phosphorous, potassium and organic material with increasing applications of both manure, maintaining the pH in both phases.

Additional index words: Manure, pasture production and quality, buffel.


 

 

INTRODUCCIÓN

El pasto buffel (Cenchrus ciliaris) es nativo de Africa y a partir de 1949 se introdujo en México como variedad T-4464 o Común Americano (Halt, 1985). En los últimos años ha sido una especie importante para mejorar los agostaderos de México y Texas, E.U.A., y se han sembrado más de 1 400 000 ha en el país (Ibarra, Cox y Martin, 1991).

Este tipo de pradera prospera adecuadamente en regiones cálidas y templadas; es de fácil establecimiento, resistente a la sequía y tiene un crecimiento agresivo (Hubbel, 1983). Sin embargo, según algunos autores entre el 10 y el 50 % de las praderas existentes podrían desaparecer debido a factores edáficos y climáticos (Ibarra et al., 1991).

En el trópico seco del sur de Jalisco, México, la variedad T-4464 se introdujo en 1984 para efectuar estudios de adaptación y requerimientos nutricionales en áreas de temporal con suelos delgados y de pobre fertilidad (Eguiarte, Hernández, Carrete, Rodríguez, Sánchez y Becerra, 1984). Los resultados productivos alcanzados en este pasto indican un potencial anual de 6,0 t de MS/ha sin fertilización; 8,0 t/ha con 100 kg de N/ha y 10,0 t/ha con 100 kg de N + 60 kg de P2O5/ha, así como variaciones de 8,4-10,9 % en el contenido de proteína cruda; 0,3-0,5 % para el calcio y 0,5-8,0 % de fósforo (Jiménez, 1987). En la misma variedad, González, Eguiarte y Hernández (1989) probaron una dosis mayor de nitrógeno (200 kg/ha) y obtuvieron un rendimiento de 8,2 t de MS/ha después de cosechados 133,8 kg de semilla limpia/ha.

Sin embargo, la severa crisis económica actual del sector agropecuario en México (Galina y Guerrero, 1993), la fuerte degradación de las áreas de pastoreo y la falta de tecnología para la sostenibilidad de los recursos, reducen la productividad de la actividad ganadera y acortan la vida útil de los pastizales (Jiménez, 1987). A ello se agregan las condiciones de estacionalidad forrajera en las regiones tropicales (McIlroy, 1984) y el exorbitante incremento en el precio de los fertilizantes minerales, debido al descenso en la producción nacional en más del 50 % en tan solo un año (INEGI, 1993).

Otro grupo de autores han discutido la importancia de la utilización de los abonos orgánicos para revertir la degradación parcial o total del 80 % de los suelos del país (Carrillo y de la Cruz, 1976), con los cuales se incorporan nutrientes y mejoradores de las condiciones físicas, químicas y microbiológicas de estos (Castellanos, 1982 a; Azhevedo, 1984; Trinidad, 1987).

El estiércol ha sido la fuente más importante de abonos orgánicos, pero su uso ha dado resultados contradictorios en cuanto a los rendimientos al aplicarlo como fertilizante sólido, líquido o fresco; sin embargo, existe consenso en el beneficio que aportan a los suelos a corto, mediano y largo plazo (Voisin, 1974; Hubbel, 1983; Primavesi, 1984; Trinidad, 1987). Por otro lado, Castellanos (1982 b); Naranjo (1982) y Trinidad (1987) informaron que en México se produce suficiente estiércol para aplicar 2,0 t/ha en los terrenos agrícolas del país, el cual podría aportar de 50-70 kg de N/ha, mayores cantidades de materia orgánica y cantidades menores de otros elementos como el fósforo, el potasio y el calcio.

En un estudio en el que se aplicó durante 8 años 25 t de estiércol bovino/ha y 50 kg de N/ha en pasto Cynodon dactylon Cruza I, el rendimiento de forraje seco se incrementó en 4,0 t/ha/año con el estiércol (Cordoví y Rábago, 1986). Otro trabajo con 3 t de gallinaza/ha igualó la produc-ción de forraje del zacate King grass (Pennisetum purpureum x Pennisetum typhoides) comparado con una fertilización mineral de 200 kg de N/ha en base a urea (León y Gómez, 1986). La aplicación de estiércol vacuno incrementó el rendimiento del pasto Digitaria decumbens en 6,3 t/ha y en 12,0 t/ha para el C. dactylon, y 5,5 t de estiércol/ha más un fertilizante fosfatado mantu-vieron una buena producción de forraje del pasto Andropogon gayanus (Arteaga, Chongo, Portieles y Moreno, 1981). Además, el estiércol favorece la incubación de las fotobacterias en el suelo, aumentando la capacidad de campo (Carrillo y de la Cruz, 1976; Madero, 1982) y el pH (Arteaga et al., 1981; Sharpley, Smith y Buin, 1993), pero combinado con el fertilizante mineral aumenta la eficiencia de este (Vilela, Peixoto y Silvestre, 1987).

El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto de la aplicación del estiércol bovino y ovino y su residualidad en la producción y calidad del pasto buffel (Cenchrus ciliaris cv. Texas-4464) en el trópico seco, así como su influencia en las características físico-químicas del suelo.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El experimento se realizó en los terrenos del rancho ganadero denominado "La Nopalera", al sur del estado de Jalisco, situado a una altura de 1 400 msnm, a 103º 32' de longitud Oeste y 19º 51' de latitud Norte. El clima del área según la clasificación de Köeppen, modificada por García (1981), se considera como trópico seco, con temperatura media anual de 21,5ºC y 856 mm de precipitación media anual. Las lluvias ocurren en el verano durante 4 meses, sin la presencia de precipitaciones en el invierno. Los suelos en el horizonte superior son de textura franca, color café oscuro, pH ligeramente alcalino (7,3) y alto índice de pedregosidad (Díaz y Hunter, 1978). Además se consideran pobres en nitrógeno y materia orgánica, con carencia extrema de fósforo y alto contenido de potasio.

Se utilizó un diseño experimental completamente al azar, con tres repeticiones por tratamiento: T1: 00-00-00; T2: 100-50-00; T3: 10 t de estiércol bovino/ha; T4: 20 t de estiércol bovino/ha; T5: 30 t de estiércol bovino/ha; T6: 10 t de estiércol ovino/ha; T7: 20 t de estiércol ovino/ha y T8: 30 t de estiércol ovino/ha. Las fuentes de fertilizante mineral empleadas fueron: urea (46 % N) y superfosfato de calcio triple (46 % P2O5). Los estiércoles utilizados fueron de ganado bovino estabulado y ovinos en corrales de piso. Se realizó un análisis de varianza para un diseño completamente al azar (Steel y Torrie, 1981). La comparación entre las medias se efectuó mediante contrastes ortogonales, utilizando el programa estadístico desarrollado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México (Olivares, 1989).

Adicionalmente, se realizó un análisis de regresión y pruebas de correlación entre el rendimiento de materia seca y la calidad del forraje, con los índices de fertilidad, pH y materia orgánica de los suelos.

Se utilizaron 32 parcelas experimentales, que fueron trazadas sobre praderas de pasto buffel; las dimensiones por unidad fueron de 3 x 3 m, separadas por calles intermedias. El área útil para las evaluaciones fue de 1 x 2 m. La pradera empleada en este estudio se manejó bajo condiciones de temporal y fue establecida 4 años antes de la observación en forma manual a voleo, con semilla de la variedad Texas-4464. El manejo del lote de evaluación consistió en un corte inicial del pasto a 20 cm del suelo al principio de las lluvias. Al inicio del rebrote del pasto, se aplicaron los tratamientos durante 4 años consecutivos. En cada ciclo anual se realizaron dos cortes de forraje con una frecuencia de 35 días al inicio de la floración. Los muestreos de suelo se efectuaron al inicio, al final de los años de la aplicación (Fase I) y al final del experimento (Fase II).

Las variables para evaluar el efecto de los tratamientos fueron: forraje verde (t/ha), forraje seco (t/ha), altura de la planta (m), proteína cruda (%), fibra detergente neutro (%), digestibilidad in situ de la materia seca (%), calcio (%) y fósforo (%) en el forraje; así como pH, materia orgánica, N, P, K y saturación por agua (%) en el suelo.

Se colectaron muestras de 500 g de forraje verde por parcela y por corte para secarlas en estufa a 65ºC durante 48 horas o hasta alcanzar el peso constante y determinar el contenido de materia seca. Posteriormente se pasaron por un molino Whilley con malla de 1 mm para realizar el análisis en el laboratorio de bromatología del Campo Experimental "Clavellinas"de Tuxpan, Jalisco, México. Los análisis se realizaron de acuerdo con la metodología sugerida por la AOAC (1980).

Los análisis de suelo fueron realizados en un laboratorio particular de uso agropecuario, siguiendo la metodología descrita por Chapman y Pratt (1984).
Los gastos incluidos por concepto de fertili-zación mineral fueron: costo actual de 325,0 kg de fertilizante nitrofosforado/ha/año, acarreo y aplicación manual, considerando tres jornales de N$ 25,00 (0,76 US) para estas operaciones.

Para la aplicación de estiércol sólo se consideró el acarreo y la distribución en la pradera, sin darle valor al estiércol, debido a que se considera su producción en los propios ranchos. Estas activi-dades se realizaron manualmente, considerando que una persona con carreta puede cubrir 1,0 ha en 13 días, aplicando una dosis de 30 t/ha (Hubbel, 1983).

 

RESULTADOS

Producción de forraje y altura de la planta

En la tabla 1 se observa que los rendimientos de forraje seco fueron diferentes estadísticamente (P<0,05) entre tratamientos y entre años, pero no hubo interacción tratamientos por años, lo cual indica una respuesta similar de los tratamientos en todos los años, comportamiento que se presentó en las dos fases del estudio. Durante la primera fase de aplicación de los tratamientos, el rendimiento de forraje seco con la fertilización mineral o con la aplicación de los dos tipos de estiércol fue similar, pero superior estadísticamente (P<0,05) al tratamiento testigo. Por otro lado, no se observaron diferencias entre ambos estiércoles, pero entre los niveles de éstos las diferencias fueron estadísticamente significativas (P< 0,05), excepto entre los niveles de 20 y 30 t de estércol bovino/ha.

En la Fase II los rendimientos de forraje seco fueron diferentes estadísticamente (P<0,05) entre tratamientos y entre años de estudio, pero no se presentaron interacciones tratamientos por años. El efecto de la fertilización mineral disminuyó a niveles productivos similares a los del tratamiento testigo (2,44 y 2,27 t/ha respectivamente); mientras que para los niveles y los tipos de estiércol el comportamiento fue similar que en la fase anterior. La aplicación de ambos estiércoles tuvo un incremento lineal de la producción de forraje seco (r2= 0,96) en ambas fases del estudio (fig. 1).

La altura de las plantas durante la Fase I fue diferente estadísticamente (P<0,05) y sobresalió la aplicación del nivel más alto de ambos estiércoles. La fertilización mineral fue superior al testigo; mientras que la aplicación de niveles crecientes de ambos estiércoles ocasionó alturas diferentes. La altura desarrollada por el pasto buffel Texas-4464 durante la Fase II fue similar entre los abonos y se observó que el efecto residual del fertilizante mineral provocó un bajo desarrollo de la planta. Ambos tipos de abono fueron iguales estadísticamente.

 

Composición química del forraje

En la tabla 2 se muestra la composición química del forraje para ambas fases de estudio. El mayor contenido de proteína cruda (PC) se presentó en los tratamientos con estiércol de bovino y ovino, con promedios durante la fase de aplicación de 9,4 a 11,9 %. En contraste, la fertilización mineral no afectó el contenido de PC del forraje y presentó valores similares al testigo, con promedios de 8,5 %. Durante los 3 años de evaluación del efecto residual de los tratamientos (Fase II), no se observó ninguna variación importante entre estos; los promedios estuvieron alrededor de 7,9 %, lo que implica una reducción de 3,7 puntos porcentuales con respecto a la fase de aplicación.

La digestibilidad in situ de la materia seca (DISMS) no presentó una variación importante durante la fase de aplicación; se observaron valores mínimos de 26 % con la fertilización mineral, 37 % en el testigo y un promedio de 39 % en los tratamientos de estiércol. El efecto residual de los tratamientos sobre la DISMS no fue importante y se notaron valores promedio de 41. Los cambios más importantes se dieron entre las fases de estudio, con mayor DISMS en la etapa de evaluación del efecto residual y un incremento del 3 %.

Las concentraciones de fibra detergente neutro (FDN) fueron iguales entre los tratamientos y entre las fases de estudio, con un promedio de 73 % durante la aplicación de los tratamientos y 73 % durante la etapa de efecto residual.

Los mayores niveles de estiércol originaron un menor contenido de Ca y P. Por el contrario, los niveles mínimos de estiércol y el testigo tuvieron incrementos en el nivel de estos elementos en el forraje, tanto en la fase de aplicación como en la residual, con un ligero incremento en esta última, ya que los promedios respectivos fueron de 0,45 y 0,53 % (Ca) y de 0,38 y 0,53 % (P).

Se observó que la aplicación de los tratamientos se correlacionó positivamente (P<0,01) con el rendimiento de forraje seco (en ambas fases de estudio), la fibra detergente neutro (en la Fase II) y la proteína cruda (en la Fase I), y negativamente con el calio (en las dos fases).

 

Composición físico-química del suelo

La composición físico-química del suelo se presenta en la tabla 3. El pH mantuvo rangos de 7,4 a 7,6 en las dos fases del estudio, con niveles de 7,3 (muy ligeramente alcalino) en el tratamiento testigo, en el tratamiento con fertilizante mineral y en los niveles de 10 y 20 t de estiércol ovino/ha durante la Fase I; en las evaluaciones del efecto residual el rango fue similar al observado en la primera fase. La saturación por agua (SA) del suelo mostró una tendencia a incrementarse al aplicar altos niveles de abono. Sin embargo, este efecto no se presentó después en la Fase II.

Se considera que el nitrógeno nítrico (NN) y el nitrógeno amoniacal (NA) fueron bajos. Los valores promedio fueron de 20,6 ppm NN y 39,7 ppm NA durante la fase de aplicación y disminuyeron a 18,5 ppm NN y 10,8 ppm NA en la siguiente fase.

El potasio (K) y el fósforo (P) fueron notablemente afectados por la aplicación de estiércol, con una tendencia positiva muy similar al incorporar la fertilización mineral y el estiércol. En relación con el contenido de P, los valores fueron bajos en los tratamientos testigo, fertilización química y aplicación de 10 t de ambos estiércoles/ha, ya que presentó valores de 2,6; 3,8 y 10,2 ppm como promedio respectivamente, lo cual contrasta con los altos contenidos al aplicar 20 y 30 t de estiércol/ha. La reducción del P en la segunda fase fue muy significativa en todos los tratamientos y se redujo en 10,9 ppm (promedio), lo cual equivale a una disminución de 193,2 %. Al inicio del estudio el suelo presentó un contenido alto de K, observándose un incremento lineal (r2= 0,96) con la aplicación de estiércol. El tratamiento testigo y la fertilización química presentaron contenidos de 183,3 y 229,6 ppm respectivamente; sin embargo, aun así, con la aplicación de estiércol se incrementó hasta en 821,3 ppm. En la segunda fase se observó una reducción de un 50 % en el contenido de K en todos los tratamientos. Los niveles de materia orgánica (MO) del suelo fueron bajos en los tratamientos testigo, fertilización mineral y niveles bajos de estiércol, con variaciones de 1,3 a 2,2 %; sin embargo, la aplicación de 30 t de estiércol ovino/ha propició contenidos altos de MO de 2,47 %. Durante la evaluación del efecto residual se presentaron contenidos de MO más bajos en todos los tratamientos, con variaciones de 1,0 a 2,0 %.

La aplicación de los tratamientos solo se correlacionó positivamente con el contenido de fósforo y de potasio del suelo en la Fase I; durante este período, la saturación por agua estuvo relacionada positivamente con el pH, el nitrógeno amoniacal, el fósforo y la materia orgánica. La relación con el fósforo en la Fase II fue negativa. Ademas, el fósforo se correlacionó con el rendimiento de forraje seco y con la materia orgánica en ambas fases.

 

Costos de producción

Durante los 4 años de la Fase I se efectuó un gasto de $91,88 US (10 t de estiércol/ha), a $275,75 US (30 t de estiércol/ha), con relación a la fertilización mineral, la que presentó un costo total de N$1 213,30 (183,83 US), similar al costo de la dosis intermedia de estiércol.

Considerando la producción total de forraje seco y los incrementos obtenidos con la aplicación de fertilizante o estiércol, se encontró un menor costo al aplicar 10 t de ambos estiércoles/ha, ya que se obtuvo 1 kg de forraje seco por N$0,043 ($0,006 US), en comparación con N$0,095 ($0,014 US) al emplear la fertilización mineral y N$0,052 ($0,008 US) con la dosis de 30 t de estiércol/ha (tabla 4).

 

DISCUSIÓN

Los análisis de correlación del presente estudio mostraron un efecto lineal en la producción de forraje al incrementarse la dosis de estiércol aplicado, similar al observado por Crespo y González (1986) en Pennisetum purpureum al aplicar dosis anuales de estiércol bovino de 0, 10, 20 y 30 t/ha. Estos resultados también son similares a los encontrados por Vélez, Arroyo y Rodríguez (1985), quienes aplicaron estiércol bovino en dosis de 2,8; 5,6; 11,2; 16,8; 22,4 y 31,3 t/ha/año y encontraron incrementos significativos en la producción de forraje de pasto estrella. En el presente trabajo las cantidades de estiércol aplicado al pasto buffel fueron suficientes para mantener la productividad de manera similar, e incluso superior a la de la fertilización mineral, presumiblemente debido a las cantidades de nitrógeno y fósforo acumuladas en el suelo, lo cual fue demostrado también por Arteaga, Mojena y Espinoza (1985).

La producción de forraje verde y seco fue diferente entre los años en las dos etapas de estudio, sin observarse ninguna tendencia a través del tiempo. Lo anterior se explica por las variaciones climatológicas que se presentaron durante el período experimental y por la aplicación superficial del estiércol, que permitió que al transcurrir los años los nutrientes estuvieran gradualmente más disponibles para la planta (Arévalo, 1986). Al mismo tiempo, la acumulación de materia orgánica retiene más humedad aprovechable por el pastizal, como lo discuten Carrillo y de la Cruz (1976), lo que propició un desarrollo similar del buffel durante las dos fases del estudio. Esto no sucede con la fertilización mineral, ya que los nutrientes solo se mantienen disponibles en el suelo por períodos cortos cuando una alta proporción se pierde por percolación, filtración o evaporación (Rodríguez, 1982). La altura de la planta se incrementó con la aplicación de 30 t de ambos estiércoles/ha, confir-mando lo observado por Crespo y Oduardo (1985) y Hoyos (1985), quienes discutieron el estímulo en la altura del forraje y el número de hojas/planta en pasto king grass y también en Andropogon gayanus, lo cual fue correlacionado estrechamente con el rendimiento de materia seca.

Con respecto a la composición química del forraje, se observó un incremento en la concentración de proteína cruda durante la Fase I del estudio; mientras que la DISMS y la FDN no presentaron diferencias notables entre tratamientos. Por otra parte, el contenido de Ca y P en la planta presentó una tendencia a disminuir al incrementarse los niveles de estiércol, pero sin llegar a valores críticos (Chapman y Pratt, 1984; Remy y Hernández, 1988). Para los pastos tropicales el estiércol contiene porcentajes bajos de nitrógeno, por lo que se considera que el incremento de la proteína cruda del forraje se debió a las cantidades aplicadas, que fueron superiores al fertilizante mineral en el contenido total de nutrientes. Farías, Fernándes, Lira, Franca y Santos (1986) encontraron que la aplicación de 7,4; 10,0 y 13,3 t de estiércol de vaca/ha no afectó el contenido proteico del forraje de Pennisetum purpureum; sin embargo, estas cantidades fueron inferiores a las evaluadas en el presente estudio. Por otra parte, Arteaga et al. (1985) afirmaron que las concentraciones de fósforo foliar se incrementan cuando se aplican 30 t de estiércol vacuno/ha.

En las condiciones que se desarrolló el presente trabajo, la composición fisicoquímica del suelo presentó variaciones en la SA, MO, NN y NA, aunque sólo de manera determinante en la concentración de P y K. Estos resultados concuerdan con los hallados por Sharpley et al. (1993) al señalar que la disponibilidad de NA, NN, N mineralizado, P y pH se incrementa con la aplicación de materia orgánica, lo cual se debe a una mayor absorción y consumo por parte de la planta y una mayor relación C/N (Primavesi, 1984; Trinidad, 1987).

El contenido de nutrientes en el suelo estuvo altamente correlacionado con la aplicación de los tratamientos, en especial de los que contenían materia orgánica. Resultados similares fueron encontrados por Cabardella y Elliot (1993), quienes indicaron que la aplicación de materia orgánica propicia además una mejor estructura de los agregados del suelo.

 

CONCLUSIONES

La producción de forraje verde y seco y la altura del pasto en buffel Texas-4464 se incrementó significativamente con la aplicación de 30 t de ambos estiércoles/ha/año, tanto en la fase de aplicación como en su efecto residual en los años siguientes. La fertilización mineral de 100-50-00 solo puede sostener altos rendimientos durante su aplicación.

El comportamiento de los tratamientos fue similar durante los años que duró el estudio; sin embargo, la producción se incrementó al final de las dos fases. La producción de forraje presentó una relación lineal positiva entre la aplicación de los tratamientos con diferentes niveles de ambos estiércoles.

El contenido de proteína cruda solo se incrementó con la aplicación de estiércol y el contenido de calcio en la planta decreció a medida que los niveles de estiércol se aumentaron.

La aplicación de ambos estiércoles modificó positivamente el suelo en cuanto a la saturación por agua, el contenido de materia orgánica, el nitrógeno nítrico y amoniacal, el fósforo y el potasio, pero el pH no varió.

De acuerdo con lo anterior, es factible incrementar los rendimientos de forra je y el contenido proteico del buffel Texas-4464 con aplicaciones anuales de 10-30 t de estiércol bovino y ovino/ha/año, sobre la fertilización mineral de 100-50-00 anual en condiciones de temporal del trópico seco de Jalisco, y al mismo tiempo prescindir de la aplicación de nutrientes por períodos de hasta 3 años posteriores, manteniendo la misma productividad por el efecto residual de los estiércoles debido a los cambios en la estructura y la composición físico-química del suelo.

Las aplicaciones de estiércol no incrementaron el costo de producción de forraje del buffel Texas-4464 al considerar el rendimiento total de las dos fases del estudio.

 

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Recibido el 5 de enero de 1996