ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

GRAMINEAS Y LEGUMINOSAS NATURALES Y/O NATURALIZADAS DE LA PROVINCIA DE CAMAGÜEY, CUBA

 

 

 

Adelaida Barreto, L. Catasús y Zoe Acosta

Instituto de Ecología y Sistemática. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, Cuba

 

 

 


RESUMEN

Se listan las especies de gramíneas (191) y leguminosas (158) colectadas en la provincia de Camagüey en los últimos 15 años y se relacionan las formaciones vegetales en las cuales se establecen, su endemismo y distribución en Cuba. La mayor diversidad de gramíneas y leguminosas se encontró en las sabanas antrópicas y en los bosques semideciduos, respectivamente. En Camagüey se encuentran 12 taxones endémicos de Poaceae y 31 de Fabaceae, que representan el 12 y 22 % del total de los conocidos para Cuba; la relación más estrecha, desde el punto de vista fitogeográfico, existe con el sector Cuba Central para la primera familia y con Cuba Central-Cuba Oriental para la segunda. Se ofrece información sobre el tipo de suelo en el que se encuentra la mayor parte de las especies y se señala la diversidad de cada familia por tipo específico; las gramíneas mostraron la mayor afinidad con el tipo Ferralítico Rojo parduzco y las leguminosas con los tipos Pardo grisáceo y Pardo con carbonatos. Estos resultados están muy relacionados con los datos de diversidad de las formaciones vegetales más ricas en especies. Se refieren las potencialidades de los diferentes taxones como recursos naturales y se hace énfasis en su uso como pastos y forrajes

Palabras clave: Gramíneas, leguminosas, distribución geográfica.


ABSTRACT

The species of grasses and legumes collected in Camagüey during the last 15 years are listed. The vegetable formations, in which they are established, their endemism and distribution in Cuba are related. The greater diversity of grasses and legumes was found in antropic savannas and in semidecidues forests, respectively. In Camagüey, we can find 12 endemics of Poaceae and 31 of Fabaceae, which represent the 12 and 22 percent of those that we know for Cuban territory; the closer relation is with the fitogeographic sector of Central Cuba for the first family, and with Central Cuba-Easter Cuba for the second. We offer information about the type of soil in which the most part of species are localized and we note the diversity of each family in relation with an specific type. The grasses show their greater affinity with the Redbrownish Ferralitic type and legumes with the Browngrayish and Brown with Carbonate types. These results have a close relation with the data of diversity of the vegetable formations richest in species. We refer the potentialities of the different taxa as natural resources, and we made emphasis in their use as grasses and forages

Additional index words: Grasses, legumes, geographical distribution.


 

 

INTRODUCCIÓN

El hombre, para lograr un uso racional de todos los recursos naturales disponibles, necesita conocer la variedad y abundancia de los organismos existentes, sus características principales y su funcionamiento dentro del ecosistema donde se desarrollan, lo que permite ampliar la acción antrópica sobre su medio natural, de forma tal que garanticen un equilibrio económico armónico y un desarrollo sostenido.

A nivel mundial, Poaceae y Fabaceae constituyen familias botánicas de gran importancia económica para el hombre por su potencialidad alimenticia como pastos, forrajes y granos nutritivos, independientemente de otros usos reconocidos. Estos grupos de plantas están ampliamente representados a nivel mundial, tanto en lo que se refiere a la diversidad biológica como a los habitat en los cuales se desarrollan. `tMannetje, O'Connor y Burt (1980) señalan que ambas familias se encuentran en casi todos los tipos de vegetación y clima, así como en la mayoría de los suelos.

Clayton (1970) clasificó 10 000 especies de gramíneas; mientras que Bonani, Urquiola y Beyra (1987) destacaron que poseen un amplio espectro ecológico, por su adaptación a los más diversos habitat y a las condiciones ecológicas extremas. Las leguminosas integran la tercera
familia más grande de las plantas florecientes, con 18 000 especies, y su diversidad se centra en áreas de topografía variada con climas estacionales (Polhill, Raven y Stirton, 1981).

Poaceae y Fabaceae son las familias de mayor número de géneros de las angiospermas en las Antillas Mayores (119 y 144, respectivamente); la primera tiene predominio en Cuba (96) y la segunda está representada por 93 géneros, solo sobrepasada por La Española (Acevedo, 1991).

Las gramíneas en Cuba comprenden 430 taxones y las leguminosas 433 (Faboideae 239, Caesalpinioideae 113, Mimosoideae 81), tomando en cuenta en las últimas los trabajos de León y Alain (1951); Alain (1969); Areces (1975); Bisse (1975, 1981); Borhidi y Muñíz (1976, 1977); Borhidi, Imchanitskaya y Muñíz (1978); Borhidi y Kereszty (1979) y Barreto, Adelaida (inédito). Alain (1958) destacó a Poaceae y Fabaceae entre aquellas familias con un número mayor de géneros endémicos.

Méndez, Gómez y Catasús (1992) analizaron las gramíneas colectadas y/o reportadas para Camagüey desde el punto de vista cuantitativo, valorando además, integralmente, las características vegetativas, ecológicas y de importancia económica.

El objetivo fundamental del presente trabajo es actualizar el conocimiento de la diversidad de Poaceae y Fabaceae en dicha provincia y establecer la relación de cada taxon con las diferentes formaciones vegetales y tipos de suelo, además de destacar aspectos tales como su endemismo, distribución en Cuba y usos, así como su empleo en la alimentación animal.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Para la confección de las tablas 1 y 2 se utilizó la información relativa a gramíneas y leguminosas referida en los principales estudios que sobre flora y vegetación se realizaron en la provincia a partir de la década del 80: Avila, J.; Enríquez, N.; Risco, E.; Herrera, P.; Oviedo, B.; Prieto, B.; Toscano, L. y Cárdenas, A. (inédito); Morales, Morales, Barreto y Velázquez (1985); Méndez, Trujillo y Martínez (1986); Marrero, Beyra, Barreto y Enríquez (1986); Barreto, Catasús, Enríquez y Beyra (1992); Barreto, Herrera, Enríquez y Espín (1992); Barreto, Pérez, Beyra y Enríquez (1992); Pérez, Avila, Enríquez, Herrera, Oviedo y Cárdenas (1992); Risco, Barreto, Enríquez, Chiappy, Sánchez, Oviedo, Herrera y Morales (1992); Pérez, Avila, Herrera y Enríquez (1994); Pérez, Enríquez y Oviedo (1994); Avila, J.; Pérez, E.; Enríquez, N. y Cárdenas, Adela (inédito); Avila, J.; Pérez, E.; Oviedo, R. y Cárdenas, Adela (inédito); Barreto, Adelaida; Herrera, P.; Risco, E. y Enríquez, N. (inédito); Risco, E.; Barreto, A.; Enríquez, N.; Herrera, P. y Oviedo, Ramona (inédito).

Se revisaron los ejemplares conservados en el Herbario de la Filial del Instituto de Ecología y Sistemática de la Academia de Ciencias de Cuba (HACC) y del Instituto Superior Pedagógico «José Martí» (HIPC).

La distribución en Cuba y el endemismo se valoró a partir de León (1946); León y Alain (1951); Beyra, Angela (inédito); Catasús (1985a y 1985b) y Catasús, L. (inédito).

Las formaciones vegetales se denominaron de acuerdo con Capote y Berazain (1984) y los diferentes usos según Fors (1957); Havard-Duclos (1969); Roig (1974); Ordext (1978); Anon (1979, 1983, 1984); Machado y Menéndez (1986); Flores, Martínez, Olvera, Galván y Chávez (1988); Skerman, Cameron y Riveros (1991); Mejías-Saulis y Dávila (1992); Arias (1994) e Ildis (1996).

El tipo de suelo se determinó siguiendo la segunda casificación genética de suelos (Academia de Ciencias de Cuba, 1979).

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Las tablas 1 y 2 recogen la diversidad de las gramíneas y leguminosas de la provincia, con 191 y 159 taxones respectivamente.

Poaceae posee un 44,4 % de sus especies en Camagüey, dato que difiere del publicado por Méndez et al. (1992), debido a que en este trabajo no se consideran las cultivadas Sorghum sp., Chloris gayana Kunth, Melinis minutiflora Beauv y otras como Brachiaria erucaeformis (I. Smith) Griseb., Mesosetum loliiforme (Hochst.) Chase, Paspalum urvillei Stend., Schizachyrium hirtiflorus
Nees, Scutachne dura (Griseb.) Hitchc. et Chase y Setaria setosa (Sw.) Beauv., restringidas a localidades muy específicas (León, 1946; Catasús, 1980) o reportadas para la provincia por León (1946), pero no relacionadas en los trabajos más recientes revisados ni halladas en los herbarios mencionados. León (1946) señala que Chloris gayana fue hallado en Soledad (actualmente provincia de Cienfuegos) y Catasús (1985a) la refiere como planta forrajera cultivada, poco frecuente fuera de cultivo. Catasús (1980) publicó el hallazgo de Brachiaria erucaeformis en las provincias de La Habana, Villa Clara y Holguín. En la tabla 1 se listan 19 especies no referidas por Méndez et al. (1992).

Fabaceae cuenta con el 36,7 % de las especies cubanas en esta provincia y la subfamilia Faboideae es la más representada con 88 taxones, seguida de Caesal-pinioideae (38) y Mimosoideae (33).

Poaceae comprende 64 géneros y Paspalum y Panicum son los más diversos, lo que reafirma lo referido por Méndez et al. (1992) (tabla 1); Fabaceae cuenta con 62 y los más numerosos son Senna, Pithecellobium, Caesalpinia y Desmodium (tabla 2).

Alain (1958) destacó entre las familias botánicas con mayor número de géneros endémicos a Fabaceae (7) y Poaceae (5). De la primera, 4 están presentes en la flora camagüeyana (Behaimia, Belairia, Hebestigma y Notodon), 2 de ellos monotípicos (Behaimia y Hebestigma). Recientemente Lavin (1993) pasó 3 de los endémicos de Fabaceae a sinonimia de Pitea (Notodon, Bembicidium y Sauvallella), y Liogier (1988) refirió la presencia de la única especie de Hebestigma en Puerto Rico, catalogándola de rara.

En Camagüey están reconocidos 12 taxones endémicos de Poaceae y 31 de Fabaceae, aproximadamente el 12 y 22 % del total de los conocidos para Cuba; la mayor representatividad entre las leguminosas la tiene Faboideae (20), mientras que las otras dos subfamilias solo poseen 6 taxones cada una. Se definen como endémicos pancubanos, de Cuba occidental-Cuba central, de Cuba central y de Cuba central-Cuba oriental (tablas 1 y 2). Poaceae mostró su relación fitogeográfica más estrecha con el sector Cuba central y Fabaceae con Cuba central-Cuba oriental.

Las gramíneas endémicas resultaron específicas para una determinada formación vegetal (tabla 1), mostrando las leguminosas su plasticidad en la adaptación a diferentes habitat; de estas el 53,1 % se encontró en un solo tipo de vegetación, el 31,2 % en dos y el 12,5 % en tres (tabla 2). Belairia mucronata Griseb es la especie más adaptada a ambientes variados, si se consideran las formaciones y tipos de suelo en los que crece. En la tabla 3 se relaciona el número de endémicos por ecótopo.

Las especies de estas familias aparecen en la mayor parte de las formaciones vegetales que caracterizan a Camagüey (tabla 3). No se colectaron en los bosques de mangles, lo que se corresponde con lo descrito por Capote y Berazain (1984). En las comunidades acuáticas de agua dulce, comunidades halófitas, herbazales de ciénaga y herbazales de orillas de ríos y arroyos solo existen colectas de gramíneas.

La mayor diversidad de especies se encontró en las sabanas antrópicas (tabla 3) y el 27-28 % de los taxones de ambos grupos están en el matorral xeromorfo espinoso sobre serpentina; estas formaciones son las que poseen los valores más altos de endemismo. Un por ciento equivalente se calculó para las leguminosas ruderales.

Los suelos y su relación con el número de gramíneas y leguminosas se muestran en la tabla 4. El tipo Fersialítico Rojo Parduzco Ferromagnesial es común para el establecimiento de un gran número de taxones de Poaceae; mientras que el Ferrítico Púrpura, el Pardo Grisáceo y el Pardo con Carbonatos cuentan también con la presencia de muchas gramíneas. Las leguminosas mostraron mayor afinidad por los tipos Pardo Grisáceo y Pardo con Carbonatos y un buen número de estas se encontró sobre los suelos Fersialítico Rojo Parduzco, Rendzina Negra y Pardo sin Carbonatos. Estos resultados guardan una relación estrecha con los datos de diversidad de las formaciones vegetales más ricas en especies.

Otro aspecto a considerar es el relacionado con el sinantropismo. Pouyu, Herrera y Ricardo (1992) señalaron que «Poaceae es la familia más sobresaliente entre las monocotiledóneas sinantrópicas» y que las especies de este tipo penetraron en el territorio cubano principalmente
introducidas como pastos en este siglo. En Camagüey se han naturalizado 78 de las 160 conocidas para Cuba, o sea, el 48,7 % de las gramíneas son sinantrópicas, en lo cual influyó el desarrollo ganadero que alcanzó esta provincia desde los primeros años de la colonización del territorio cubano.

En las tablas 1 y 2 se resumen y actualizan las potencialidades que brindan ambas familias como recursos naturales. El uso fundamental de las gramíneas es como alimento animal (91 taxones); 18 son medicinales, 12 ornamentales y 20 poseen otras aplicaciones en la artesanía y en la industria. Andropogon bicornis L. y A. glomeratus (Walt.) B.S.P. se utilizan en la fabricación de figuras; Lasiacis divaricata (L.) Hitchc. en la confección de instrumentos musicales; Sporobolus indicus (L.) R. Br. en la elaboración de canastas y sombreros y Arundo donax L. para hacer cañas de pescar; Cymbopogon citratus (DC.) Stapf. y Vetiveria zizanoides (L.) Nash se emplean en perfumería y Sorghum halepense (L.) Pers. en la producción de cerveza.

En la construcción de techos de casas rurales o de bohíos y cercas son comunes Imperata brasiliensis Trin. y Bambusa bambos (L.) Voss; como protectoras del suelo se destacan Axonopus compressus (Sw.) Beauv., Cenchrus tribuloides L., Cynodon dactylon (L.) Pers., Cymbopogon citratus, Eragrostis domingensis (Pers.) Steud., Panicum virgatum L. y Paspalum notatum Flügge; Digitaria violascens Link se reconoce como mejoradora de suelos.

Machado y Menéndez (1986) indicaron que los géneros Aristida, Axonopus, Bothriochloa, Brachiaria, Cenchrus, Chloris, Cynodon, Dichanthium, Echinochloa, Eleusine, Hyparrhenia, Panicum y Paspalum eran los más comunes entre las gramíneas encontradas en Cuba, y en la mayoría de estos se hallan muchas especies que poseen características muy favorables desde el punto de vista forrajero; todas están representadas en la flora camagüeyana (tabla 1).

En la tabla 5 se relacionan los taxones que poseen valor como pasto. El género Paspalum reúne el mayor número de taxones con estas potencialidades (14); Panicum, Chloris, Eragrostis, Dichanthium, Digitaria y Leptochloa continúan en orden decreciente. Se considera que 54 tienen valor como pasto y los de la categoría de regular son los más abundantes (25), seguidos de los buenos (17); solo 6 se estiman como excelentes.

Las leguminosas son mayormente reconocidas para la provincia por su aplicación como medicinales (53 taxones) y 22 tienen potencialidades para ser usadas en función de la salud humana y/o animal, las que deben ser estudiadas desde los puntos de vistas farmacológico y toxicológico. Este grupo presenta una mayor variedad de formas de empleo; 30 especies pueden ser utilizadas por su madera (Lysiloma sabicu Benth., L. latisiliquum L., Albizia cubana Britt. et Wils., entre otras), 9 por su interés ornamental (Delonix regia (Bojer) Raf.), 24 se reconocen como melíferas y 49 con otros usos: curtientes (Caesalpinia vesicaria L., C. bahamensis Lam.), preparación de pinturas y barnices (Hymenaea torrei), protectoras del suelo (Mucuna pruriens) o cobertura para incrementar la producción vegetal (Desmodium triflorum (L.) DC.); 10 especies son importantes en la alimentación humana y 30 en la animal (Vigna vexillata (L.) A. Rich., Phaseolus spp., Leucaena leucocephala (Lam.) De Wit, entre otras).

Los árboles de las leguminosas tienen atributos especiales para combatir la deforestación tropical (Anon, 1983) y especies como Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth ex Walp y Tamarindus indica L. sirven como partefuegos; la primera es de rápido crecimiento y por su vigor compite con hierbas tales como Imperata spp., por lo que no deja desarrollar las mismas y elimina las posibilidades de fuego (Anon, 1979). La segunda es una planta de múltiples aplicaciones, muy conocida en la confección de dulces, jaleas y bebidas, cuya pulpa es una rica fuente de vitaminas y minerales importantes, con alto contenido de calcio; sus hojas, flores y legumbres son comestibles; sus semillas producen un aceite apropiado para la alimentación o el uso industrial y molidas constituyen un alimento palatable para el ganado; su leño produce carbón de alta calidad (Anon, 1979).

Otro árbol de interés es Leucaena leucocephala, conocido como alimento para rumiantes por ser digestivo, nutritivo y palatable, además de que aumenta la producción de leche y carne. Es muy útil por su madera para leña, carbón y pulpa de papel; restablece bosques degradados, fertilizando el suelo, y de sus hojas, legumbres y corteza se extraen colorantes en México (Anon, 1984). Flores et al. (1988) señalaron el uso de sus frutos verdes como alimento para el ganado, cerdos y pavos en Yucatán (México). En Guatemala los pequeños productores lo emplean como forraje (Arias, 1994).

Samanea saman (Jacq.) Merr., una planta muy común en las sabanas antrópicas cubanas, de amplia utilización por su madera fuerte, tiene valor ornamental y alimenticio; se reporta el valor de la pulpa de sus legumbres, la cual apetecen los niños, y seca y molida es un excelente alimento animal (Anon, 1979).

Prosopis es un género poco representado en la provincia y sus especies se reconocen en otros países por su alto valor proteico; P. juliflora (Sw.) DC. se utiliza para la alimentación de las ovejas por ser una dieta altamente digerible (Anon, 1979).

La mayoría de las leguminosas usadas en el mundo como alimento animal pertenecen a la subfamilia Faboideae y en Mimosoideae se destacan algunos taxones arbóreos y arbustivos, entre los primeros la ya referida L. leucocephala, algunas Albizia spp. y muchas Acacia spp. que son valiosas como plantas de ramoneo natural, y entre los segundos Desmanthus virgatus (L.) Willd. (`tMannetje et al., 1980).

Anon (1979) refirió las potencialidades del género Desmanthus, que posee especies que pueden ser fuentes excepcionales de forraje; D. virgatus, arbusto de ramoneo, es muy palatable y se caracteriza por su agresividad y tolerancia al pastoreo fuerte debido a su rápida recuperación. En Camagüey es común esta especie en las orillas de los caminos y no se conoce que se haya experimentado con la misma para su uso como alimento animal. Bermúdez, Ceballos y Chaverra (1968) la refieren como una planta forrajera útil en Argentina y Colombia.

Uno de los centros principales de distribución de las leguminosas potenciales como pastos se extiende desde México y el Caribe hasta el norte de Argentina y lo caracterizan numerosas especies de los géneros Stylosanthes Sw., Desmodium Desvaux., Macroptilium (Benth.) Urb., Centrosema DC., Arachis L., Zornia Gmelin. y Clitoria L. (`tMannetje et al., 1980), todos representados en la flora cubana y en la camagüeyana, a excepción de Arachis que se cultiva. Estos autores manifestaron la importancia de Stylosanthes por su aporte en cultivares forrajeros, enfatizando la plasticidad de S. hamata (L.) Taubert en su adaptación a diferentes condiciones ambientales, la tolerancia a suelos pobres y la dispersión y germinación de sus semillas; esta especie, al igual que S. viscosa Sw., se encuentra en la provincia en tres formaciones vegetales y en tres o cuatro tipos de suelos; la última es poco palatable al ganado, según Jones (1982). Skerman et al. (1991) señalaron a S. viscosa como «una de las especies introducidas en el norte de Australia mejor adaptada» y refirieron el valor forrajero de S. hamata.

En el caso de Desmodium spp., «las alfalfas de los trópicos», se requieren más investigaciones sobre su uso forrajero; se caracterizan por su palatabilidad y su valor nutritivo, aunque son propensas a su eliminación por sobrepastoreo (Anon, 1979). En estudios recientes realizados en Camagüey, D. scorpiurus (Sw.) Desv. y D. triflorum mostraron ser persistentes a un sistema de pastoreo muy intenso (PRV) al mantener niveles de frecuencia aceptables por un período de 2 años (Acosta, Zoe, inédito). El hábito postrado de D. triflorum es una característica que permite una mayor tolerancia al pastoreo, al garantizar la protección de sus yemas vegetativas. Skerman et al. (1991) destacaron la palatabilidad de D. tortuosum (Sw.) DC., útil en La Florida como forraje y muy aceptada por los animales, aunque tiende a desaparecer cuando se somete a pastoreo, pero es una planta vigorosa y de rápido restablecimiento.

En Camagüey es abundante Macroptilium lathyroides (L.) Urb., común a lo largo de los caminos por su comportamiento ruderal y también en áreas cultivadas; poco frecuente es M. atropurpureum (Moc et Sessé) Urb., cuyo cv. Siratro es forrajero. Skerman et al. (1991) plantearon un valor forrajero muy aceptable para esta especie. De Centrosema existen cultivares de C. pubescens Benth. y C. virginianum (L.) Benth., el más abundante y de mayor plasticidad en Camagüey. Clements y Williams (1980) señalaron que esta especie parece ser prometedora en los subtrópicos australianos.

Las especies de Clitoria no son comunes en el territorio camagüeyano y las tres de Zornia son más bien escasas.

La diversidad de especies de las dos familias botánicas consideradas en este trabajo brinda un potencial valioso como recurso natural aprovechable, útil al hombre a través de un manejo consecuente del mismo.

 

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Recibido el 2 de marzo de 1995