ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Valor nutritivo de forrajes tropicales. I. King Grass

 

 

 

R. García Trujillo y O. Cáceres

Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey» Perico, Matanzas, Cuba

 

 

 


RESUMEN

Se estudió el rendimiento y valor nutritivo del king grass con carneros alojados en jaulas de metabolismo en tres pruebas, en el período lluvioso y dos en seca, con riego a diferentes edades (49-91 días) y nivel de fertilización nitrogenada (60 y 120 kg/ha/corte), empleando un diseño clasificación simple con 6 carneros en cada período de evaluación. La PB mostró en todos los casos una correlación lineal negativa con la edad, notándose un efecto marcado del nivel de fertilización y la época. La DMO declinó de forma lineal con la edad en el período de lluvia, mientras que en seca se mantuvo muy estable. El consumo de MS disminuyó con la edad, pero se comportó de forma inversa a la DMS con la época, pues se alcanzaron los más altos valores en seca. La EM y ENL tomaron valores superiores a 2 y 1,2 Mcal/kg MS, respectivamente en casi todas las edades. El potencial de producción de leche tuvo como principal limitante el consumo de PDIN, sobre todo en lluvia con la fertilización de 60 kg de N. El forraje de king grass no presenta un balance nutricional adecuado, debiéndose balancear con proteínas y fósforo. Las edades más apropiadas para corte están entre 55-60 días en lluvia y 60-70 en seca, en las cuales se conjugan rendimiento y calidad.

Palabras clave: King grass, valor nutritivo.


 

 

INTRODUCCIÓN

El king grass introducido en Cuba recientemente se ha difundido rápidamente por todo el país constituyendo una de las principales plantas forrajeras en nuestras explotaciones bovinas. Se caracteriza por sus altos rendimientos de MS, los cuales alcanzan hasta 50 t/ha/año en su primer año de explotación (Ramos, Herrera y Curbelo, 1979; Herrera, Corona, Paretas, Sarroca y Méndez, 1979) y buenos rendimientos en seca (Hernández,Méndez y Gómez 1979; Hernández y Gómez, 1979). Algunas de las características de su calidad reportados por Ramos, Herrera y Curbelo (1979) y Herrera Ramos y Hernández (1981) son las de poseer un bajo contenido de MS y PB, así como altos contenidos en FB y carbohidratos solubles en alcohol. Sin embargo, no se ha realizado aún un estudio completo de su valor nutritivo, lo cual es el objeto del presente trabajo.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizaron 5 pruebas de digestibilidad con carneros, 3 en el período lluvioso y 2 en seca. Las variables estudiadas fueron: épocas del año, edades y en una de las pruebas de lluvia se empleó una alta dosis de fertilización nitrogenada.

En cada prueba, un área de king grass se cortó uniformemente y fertilizada a razón de 60 kg/ha de N con excepción de la prueba de octubre, donde se aplicó 120 kg/ha de N. A los 46 días después del corte, se comenzó a cortar diariamente una franja del área para ser suministrada en dos ocasiones (9 a.m. y 4 p.m.) a 6 carneros alojados individualmente en jaulas de metabolismo, los cuales previamente habían sido adaptados a esta ración durante 7-10 días. De esta forma el forraje suministrado cada día fue incrementando su edad hasta el final de la prueba. Diariamente, se pesó el alimento, el residuo y el total de las heces fecales, tomando muestras de 300 g para los primeros y un 10% del peso total de las heces, las cuales se secaron en estufa a 80°C durante 72 horas. Las muestras de 5 días consecutivos se mezclaron para tomar una muestra general por carnero para su análisis químico, por lo que las edades estudiadas tienen una variación de ±2 días.

Además, todas las áreas de king grass recibieron una fertilización de fondo a razón de 100 y 200 kg/ha/año de P2O5 y K2O respectivamente y se aplicó riego en el período de seca a razón de 50 mm cada 18 días.

El rendimiento del king grass se midió semanalmente mediante el corte de 6 muestras al azar de un metro lineal sobre el surco.

El contenido de energía del forraje se determinó por el método descrito por Vermorel (1978), empleando la ecuación para determinar la EB en pastos tropicales obtenida en Guadalupe por Demarquilly, Xandé y Chenost (1978), mientras que la proteína se expresó como proteína digerible en intestino (PDI) desarrollado por Jarrige, Journet y Verite (1978). Para el potencial de producción de las vacas lecheras se convirtió el consumo de los carneros a las vaca través de la ecuación y = 37,13 + 1,53x r = 0,89*** n = 13, donde y = consumo de vacas g MS/kg P0,75 y x = consumo de carneros obtenidos en nuestro país por García Trujillo y Cáceres (1981, inédito). Con los consumos de PDIN (proteína digerible en el intestino a partir del nitrógeno fermentecible) y el PDIE (proteína digerible en el intestino a partir de la energía fermentada en el rumen) se realizaron los cálculos de necesidad de urea o soya a fin de cubrir los requerimientos de PDI para la producción permitida por el consumo de energía neta en leche (ENL).

Para este cálculo se empleó una vaca de 400 kg de PV con un requerimiento de mantenimiento de 7,4 Mcal ENL y 290 g de PDI. La producción de leche se expresa corregida al 4% de grasa que requiere 0,74 Mcal. ENL y 50 g de PDI por kg de leche.

Las producciones potenciales por ha y las vacas posibles a alimentarse calcularon asumiendo una pérdida de forraje en el campo y el comedero de 35%, dividiendo el consumo total entre los días de crecimiento del pasto y este resultado se dividió por el consumo posible de las vacas de 400 kg de PV mediante la ecuación antes mencionada. La multiplicación de este por la producción individual nos da la producción de leche/ha/día.

Los principales indicadores de la calidad, la digestibilidad y el consumo se analizaron por correlación empleando como variable independiente en todos los casos la edad del pasto.

 

RESULTADOS

La MS del king grass fue baja, principalmente en el período lluvioso y sobre todo cuando se emplearon altas dosis de fertilizantes nitrogenados, llegando a valores por debajo de 10%. La MS se incrementó linealmente con la edad, encontrándose r2 altos y significativos (figura 1a).

Análisis químico. La PB mostró, en todos los casos, una correlación lineal negativa con la edad, notándose un efecto marcado del nivel de fertilizante y la época del año (figura 1b). En el período lluvioso cuando se empleó dosis de 60 kg N el contenido de PB se mantuvo por debajo de 6%; mientras que cuando se aplicó altos niveles de fertilizantes o durante el período seco, se llegaron a registrar valores entre 12 y 9% de PB, cayendo esta bruscamente con la edad para ambos casos.

La FB presentó valores altos (mayores de 30%), no mostrando una tendencia sostenida de incremento o disminución con la edad en todos los casos (tabla 1). A edades similares en la época de lluvia la FB fue superior en 2 unidades con LL-60 en comparación con LL-120 superior a los valores registrados en seca (0,77 unidades).

El Ca se elevó considerablemente cuando se aplicó una alta dosis de nitrógeno (tabla 1) mostrando una tendencia a disminuir con la edad en lluvia, pero no ocurrió así en seca. Los niveles de fósforo estuvieron por lo general por encima de 2 g/kg MS, registrándose los mayores valores en la época de lluvia. La dosis de nitrógeno no tuvo efecto marcado en el contenido de fósforo.

Digestibilidad y consumo. La digestibilidad de la MO siguió una ecuación cuadrática para LL-60 y lineal para LL-120, disminuyendo con la edad a partir de los 60 días en LL-60; mientras que en el período de seca la digestibilidad se mantuvo muy estable entre los 49 y 70 días de edad, aunque con tendencias a descender a partir de esta edad. A edades similares las mayores digestibilidades se obtuvieron en lluvia - 60 seguido de
lluvia - 120 y seca (figura 1c), sin embargo el consumo de MS expresado en g MS/kg P0,75) se comportó inversamente, ya que los mayores consumos se lograron en seca, seguido de lluvia-120 y lluvia-60. En todos los casos el consumo tuvo tendencias a disminuir con la edad de forma diferete para cada tratamiento. Sin embargo, se produjeron incrementos en el consumo en la época de seca y lluvia-60, que coincidió con que a estas edades el contenido de MS superaba los niveles de 18,7-19% en ambos casos. Esto no ocurrió en el caso de lluvia-120, puesto que en ningún momento el contenido de MS sobrepasó el nivel antes mencionado (figura 1d).

Contenido de energía y PDI. Los contenidos de EM, ENL, PDIN y PDIE se muestran en la tabla 2.

La EM o la ENL es alta en el king grass, estando estas por encima de 2 y 1,2 Mcal/kg MS respectivamente, en la casi totalidad de las edades estudiadas. El PDIE fue superior al PDI en todos los casos, principalmente en lluvia-60.

Nutrientes limitantes. El cálculo de las limitantes nutricionales se refiere solamente a la energía y proteína y se muestra en la figura 2. Cuando se estimó el potencial de producción de leche capaz de producir el consumo de ENL, PDIN y PDIE, se obtuvo en términos generales que el consumo de PDIN era el principal factor nutricional que limitaba la producción de leche, seguido por el PDIE, con excepción de las edades de 49 y 56 días en seca-60. El potencial de producción de leche que permitió el consumo de ENL estuvo alrededor de los 11 kg leche/vaca/día, obteniéndose estos durante la lluvia a los 56 días de edad, mientras que en la seca fue a los 63 días. En todos los casos el potencial declinó bruscamente con la edad y sólo hubo una estabilización entre los 70 y los 84 días durante las lluvias-60 a un nivel de 6 kg de leche/vaca.

La necesidad de soya para cubrir el déficit de PDIE varió entre 195-490 g/vaca/día en lluvia-60, pero en seca-60 sólo fue necesario después de lo 56 días de edad a un nivel entre 333-380 g/vaca/año.

Rendimientos y potenciales de producción/ha. El king grass mostró un incremento ascendente con la edad de su rendimiento de MS en los rangos de edades estudiadas, que llegó a 90 días en lluvia y 70 en seca, siendo muy pronunciado este incremento después de los 85 días en lluvia. En ninguno de los casos se alcanzó la estabilidad del crecimiento, obteniéndose hasta 13 t MS/ha/corte a los 90 días en lluvia y 6 t MS/ha/corte a los 70 días en la seca con riego (figura 3).

Como se puede observar las cantidades de vacas que se pueden alimentar por día y por cada ha, oscila entre 6,8-13 para la lluvia y entre 4,3-6 para la época de seca. Sin embargo, debido a la caída de la producción de leche individual que se registra con el aumento de la edad, la producción de leche/ha/día que se puede obtener en las lluvias es muy superior a los 56 días, decayendo bruscamente a los 90 días. En la época de seca entre los 60 y 70 días existe una compensación de la producción de leche/ha, con tendencias diferentes entre la producción individual y las producciones de MS.

 

DISCUSIÓN

Entre los indicadores de la composición química del king grass en nuestro trabajo, debe destacarse su bajo contenido de MS, sobre todo en la época de lluvias y cuando se aplicaron altas dosis de fertilizantes, Ramos et al. (1979) no encontraron un efecto marcado del nivel de fertilizantes en este componente en el king grass, aunque los datos que reportan son promedio del año y las dosis máximas de nitrógeno fueron de 60 kg/ha/corte, que no es exactamente el caso nuestro. Sin embargo, un efecto similar al nuestro fue señalado por Herrera et al. (1979) al emplear dosis de nitrógeno que llegaron hasta 800 kg/ha/corte. En nuestro caso los niveles de MS a edades similares son algo inferiores a los indicados en los dos trabajos antes señalados.

La proteína mostró las tendencias normales de caída con la edad, así como su nivel estuvo afectado por la roca del año y el nivel de fertilizantes, siendo este último factor el que más influyó en incrementar la PB. Resultados similares a los nuestros fueron sugeridos inicialmente por Ramos et al. (1979). Este bajo % de
proteína del king grass bien pudiera estar relacionado con el efecto delutivo que produce su alto rendimiento, entre otros factores.

En FB Ramos et al. (1979) encontraron valores superiores a los nuestros, así como un efecto marcado de disminución con el nivel de fertilizante y de incremento con la edad, aunque debe destacarse que con un nivel de 400 kg N/ha/año (49-66 kg N/ha/corte) no encontró diferencias entre las edades de 45 y 60 días, similar a lo encontrado por nosotros.

Ramos et al. (1979) informan valores superiores (0,26-0,56%) a los nuestros en fósforo en suelo similar al empleado en este trabajo; aunque los valores muy altos (0,35%) se indican a edades de corte muy jóvenes (30 días) que no son convenientes utilizarlas como norma en este pasto. No obstante, los valores encontrados en este trabajo son similares o superiores a los encontrados en este mismo lugar por Funes, Yepes y Hernández (1971) al estudiar más de 15 variedades de pasto. Estos autores encontraron rangos entre 0,15- 0,28% de P para edades que oscilan entre 63-42 días.

Desde el punto de vista nutricional una dieta a base de este forraje no cubre los requerimientos de P de vacas lecheras, las cuales según NRC (1978) necesitan una concentración de P en la MS entre 0,31-0,38%, pero es adecuada para vacas secas, novillas y toros.

La DMO del king grass se mantuvo muy alta y sólo cayó por debajo de 60% cuando la edad sobrepasó los 80 días en la lluvia. Con anterioridad fue reportado por García Trujillo, Cáceres y Lamela (1979) que este pasto superaba en este parámetro a especies como la Pastos y bermuda cruzada-1, el sorgo, la guinea Likoni, el buffel biloela y el pasto estrella jamaicano, lo cual es un reflejo del alto y estable contenido de energía de este pasto.

La DMO fue superior en lluvia que en seca a edades y niveles de fertilizantes similares, sin embargo, el consumo de MS tuvo un comportamiento inverso, registrándose un efecto similar en la pangola común (Almanza y Márquez, 1978). Similar a nuestros resultados, Ramos et al. (1979) encontraron un incremento de la digestibilidad con nivel de fertilizante en esta especie.

En nuestro caso la DMO no explica de forma general iones en el consumo de MS y sólo algunas tendencias dentro de la evolución del consumo. Minson (1971) ha apuntado que la digestibilidad no es un buen parámetro para predecir el consumo, debido a las variaciones de los resultados con los pastos tropicales en cuanto a la relación digestibilidad/consumo. Es sabido que el consumo de MS se incrementa a medida que aumenta el % de MS del pasto (Butherworth, Broom y Wilson, 1961; Verite, citado por Journet, 1969; Almanza y Márquez, 1978), sin embargo, en nuestro trabajo sólo ocurrió esto al llegar a un punto crítico, siguiendo posteriormente el descenso acorde con la caída de la DMO o la PB.

Debe destacarse que Verite (citado por Journet, 1969) señaló que las plantas con contenido menor a 18% de MS debían deshidratarse, por el efecto tan negativo que prodecía en el consumo.

El consumo en nuestro trabajo estuvo gobernado al parecer por varios factores como DMO, PB y % MS entre otros, que no se manifestaron individualmente, sino interrelacionados, ya que la posición del CMS en la figura 2b entre S-60 y LL-60 puede estar relacionado con el % MS, mientras que la posición entre LL-60 y LL-120 sólo puede explicarse por un mayor contenido de PB en LL-120 y estar los niveles de LL-60 por debajo del nivel crítico (6-8,5% PB), propuesto por Milford y Minson (1966) por debajo del cual se afecta el consumo, mientras que las tendencias a decrecer el consumo con la edad en LL-60 y LL-120, puede estar asociada con la DMO, pero este no fue igual en seca.

El análisis de las principales limitantes nutricionales (energía y proteína) arrojan que el consumo de proteína (PDIN y PDIE) fue el principal limitante que tuvo este forraje. En este sentido Glover y Dougall (1961) han encontrado que cuando la PB es inferior a 12% se convierte este nutriente en limitante sobre la energía, lo que coincide con nuestros resultados. Debe señalarse que el método empleado para la expresión de la
proteína (PDI) permite determinar el aporte de nitrógeno no proteico y proteína verdadera para corregir la dieta.

Corrigiendo las deficiencias de proteína, fósforo y otros, el potencial que permite el consumo de energía está alrededor de los 11 kg de leche/vaca/día en los momentos picos de producción que se produce en un período corto de tiempo, sobre todo en el período lluvioso, por lo cual debe proponerse un especial cuidado en el manejo de este forraje si se quieren obtener altas producciones/vaca. Estos estimados son similares a los determinados por Hardison (1965) por métodos de cálculo. Los incrementos en rendimiento después de los 60 días en la época de lluvia no compensan la caída de la producción de leche/vaca, aunque si se desea alimentar animales cerca del mantenimiento o cuando se utilicen altas cantidades de concentrado, se pudiera pensar en cortes con mayor edad del forraje. Sin embargo, en seca los cortes deben estar por encima de los 60 días de edad y aunque existe entre los 63 y 70 días de edad una caída del potencial individual de 2,8 kg de leche, la producción por ha tiende a compensarse.

Como conclusión se recomienda para obtener una máxima producción de leche con el king grass, cortarlo entre 55-60 días en lluvia y entre 60-70 en seca, así como balancear correctamente las raciones con proteína y fósforo principalmente.

 

SUMMARY

Yield and nutritive value of «king grass» was studied with lamb put into metabolism cages. Three tests in wet and two in the dry season were realized with irrigation and with cutting intervals of 49-91 days and fertilized with 60 and 120 kg N/ha after each cut. A simple randomized block design with six lambs by treatment was used. There was a negative lineal correlation between the protein content and the days of age. OM digestibility decreased at highest ages in wet season but did not during dry season. Intake of dry matter declined when the cages ware increased, whereas in wet season showed the high values. ME and NEL were higher than 2 and 1, 2 Mcal/kg of DM respectively at every ages. The milk potential production was limited by the PDIN intake, mainly in wet season fertilization at rate of 60 kg N/ha. King grass forage aid not show an adequate nutritional balance and requires to be supplemented with protein and phosphorus. The most adequate ages for cutting ranged to 55-60 days in wet and 60-70 days in dry season in order to obtain high yield and best quality.

 

REFERENCIAS

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