ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Valor nutritivo y producción de leche en los ensilajes de pangola común, bermuda cruzada y guinea likoni

 

 

 

M. Esperance, O. Cáceres y F. Ojeda

Estación Experimental de Pastos y Forrajes «Indio Hatuey» Perico, Matanzas, Cuba

 

 

 


RESUMEN

Se utilizaron 9 vacas F-1 (1/2 Holstein x 1/2 Cebú) en un diseño cuadrado latino 3 x 3 para comparar el valor nutritivo y la producción de leche con los ensilajes de pangola común, bermuda cruzada-1 y guinea likoni ensiladas a una edad aproximada de 60 días y fertilizada con 50 kg de N/ha. Los rendimientos en leche con los ensilajes estudiados no difirieron entre sí y fueron de 6,1; 5,8 y 6,2 kg/vaca/día, respectivamente; el consumo de MS del ensilaje de bermuda cruzada difirió significativamente (P<0,05) de los de pangola y guinea no difiriendo estos últimos entre sí; los valores de ingestión de MS para los tratamientos fueron de 8,6; 10,6 y 9,4 kg/animal/día. Se encontró diferencia significativa (P<0,05) en el cambio de peso vivo, siendo las perdidas de -0,17 y -0,14 kg/animal/día para la pangola y guinea, respectivamente, con ganancias de 0,20 kg para la bermuda cruzada. La digestibilidad de la MS y el consumo (g/kg W0,73) determinados con carneros fueron de 42,04; 43,7 y 44,5 y 33,6; 44,6 y 33,4 para las dietas evaluadas, respectivamente.

Palabras clave: Valor nutritivo, producción de leche, ensilaje.


 

 

INTRODUCCIÓN

A pesar de ser la pangola una de las gramíneas más extendidas en las áreas ganaderas, los bajos rendimientos que se obtienen en el período seco apenas llegan al 33% del rendimiento anual con riego y fertilización (Pérez Infante, 1970).

Por el contrario, los diferentes estudios evaluativos han demostrado las posibilidades productivas de las especies bermuda cruzada-1 y de la hierba guinea likoni con vista a disminuir las fluctuaciones estacionales, reportándose para estos cultivares producciones en seca de hasta un 40% del rendimiento anual, según Machado y Pedraza (1976); Gerardo y Oliva (1977); Hernández y Gómez, (1977) y Cordoví, Menéndez y Galindo (1978).

Un alto por ciento del volumen total de los ensilajes que se fabrican en las áreas ganaderas para su utilización en el período seco corresponde a las especies pangola común y bermuda
cruzada. Estudios realizados a escala de laboratorio han demostrado la posibilidad de obtener buenos ensilajes con estos cultivares (Aguilera, 1979; Ojeda, 1982).

Por otra parte, con la hierba guinea, que es un pasto promisorio por su rendimiento a través del año, se han reportado resultados satisfactorios durante su conservación (Ojeda, 1977 y Ojeda, 1980).

El objetivo de este trabajo fue obtener información sobre el valor nutritivo y la producción de leche de los ensilajes de pangola común, bermuda cruzada y guinea likoni.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Tratamientos. Se compararon los siguientes tratamientos: a) ensilaje de pangola común; b) ensilaje de bermuda cruzada y c) ensilaje de guinea likoni.

Alimentos. Para la fabricación de los ensilajes, los forrajes fueron fertilizados con 50 kg de N/ha y conservados a una edad de 60 días al final del período lluvioso, siendo cortados y depositados directamente en silos superficiales de 20 t. Se añadió miel a razón de 40 kg/t de forraje; el apisonamiento se realizó con tractores de ruedas de goma y una vez concluida la fabricación, los silos fueron cubiertos con polietileno.

Animales y diseño. Se emplearon 9 vacas (1/2 Holstein x 1/2 Cebú) de cuarta lactancia con uniformidad en fecha de parto y aproximadamente 120 días de lactación y una producción inicial promedio de 8 kg diarios de leche y peso vivo promedio de 400 kg.

Se utilizó un diseño cuadrado latino con períodos experimentales de 21 días, de los cuales los siete últimos fueron dedicados a la toma de datos.

Procedimiento. Durante la prueba las vacas permanecieron alojadas en corrales individuales, donde recibieron los ensilajes y tenían libre acceso al agua y sales minerales. Se suministró un concentrado comercial con 17% de PB y 2,6 Mcal de EM/kg de MS aproximadamente (a razón de 0,5 kg/kg de leche producida a partir del 5to. kg, incluyendo este) durante el ordeño que se realizó a las 5:00 a.m. y 2:00 p.m.

La producción de leche y el consumo de ensilaje se determinaron diariamente durante los siete días del período de toma de datos. En días alternos, durante este período, se tomaron muestras de leche en cada ordeño en cantidades alícuotas para obtener una muestra
compuesta vaca/día para la determinación de grasa y sólidos no grasos. El peso vivo se determinó al inicio y final de cada período experimental.

Los silos se muestrearon en diferentes partes y profundidades, formando una muestra para determinar materia seca (MS); proteína bruta (PB) y fibra bruta (FB) según los métodos de la AOAC (1960); mientras que el contenido de los ácidos lácticos, acético y butírico expresados en por cientos de la MS se determinaron según la técnica de Roukis y Rios (1977).

Para la determinación del consumo y la digestibilidad se emplearon 6 carneros criollos similares en edad y peso vivo y distribuidos en diseño de cambio con períodos experimentales de 21 días, de los cuales los siete últimos fueron dedicados a la toma de datos.

La materia seca fue determinada en 100 g de material ensilado, secado en una estufa a 70°C durante 48 horas o hasta peso constante.

La EM se calculó a partir del contenido de nutrientes digeribles y de sus valores calóricos.

En el análisis de medias se aplicó la dócima de comparación múltiple de Duncan (1955).

La composición bromatológica de los alimentos se ofrece en la tabla 1.

 

RESULTADOS

Los ensilajes de las especies pangola común, guinea likoni y bermuda cruzada fueron comparados en términos de parámetros fermentativos, consumo voluntario, digestibilidad, producción y composición de leche y su influencia en los cambios de peso vivo.

El análisis de la fermentación del material confirmó que la conservación fue buena, sin que ocurrieran procesos fermentativos indeseables, ya que el pH se mantuvo con valores de 4,0 a 4,2 y el NH3, expresado como por ciento del N total, no excedió del 15% en ninguno de los casos.

Composición química. Como se muestra en la tabla 1, las diferencias en el contenido de MS de los ensilajes fueron considerables, presentando la bermuda cruzada-1 el mayor por ciento, mientras el contenido de proteína fue similar en las tres especies.

Los mayores por cientos de fibra, calcio y ceniza correspondieron al ensilaje de guinea, mientras que el de pangola resultó el de mayor contenido de grasa.

Valor nutritivo. No hubo diferencias significativas en la digestibilidad de la MS entre los diferentes tipos de ensilaje cuando estos se evaluaron con carneros; sin embargo, el consumo de MS del ensilaje por kg de peso metabólico fue significativamente mayor (P<0,01) con el ensilaje de bermuda cruzada (tabla 2).

Consumo, producción, composición de la leche y cambios de peso vivo. Como se muestra en la tabla 3 el consumo de MS del ensilaje con bermuda cruzada fue significativamente mayor (P<0,05) que el de guinea y pangola, las que no difirieron entre sí.

A pesar de estas diferencias en el consumo de MS del ensilaje, no se encontró efecto de los tratamientos en la producción de leche ni en su composición (tabla 4).

Los cambios de peso vivo difirieron significativamente (P<0,05) entre sí y estuvieron relacionados con el consumo de ensilaje, correspondiendo a los tratamientos de menores consumos, pérdidas de peso; mientras que con el ensilaje de bermuda cruzada se registró mayor consumo y los animales ganaron en peso.

 

DISCUSIÓN

El bajo contenido de PB y los elevados por cientos de fibra de los ensilajes, como se muestra en la tabla 1, son indicios de que los forrajes se conservaron en un avanzado estado de madurez.

Como se puede apreciar en la tabla 2, las digestibilidades fueron bajas y no difirieron entre especies, lo que es atribuible a la poca diferencia en calidad de los ensilajes estudiados.

En pruebas con estas especies Esperance, Cáceres, Ojeda y Perdomo (1980) y Ojeda (1980) encontraron valores de digestibilidad de la MS superiores a los reportados en esta prueba cuando practicaron la conservación del material a un estado de madurez menos avanzado (6 semanas); lo que confirma los hallazgos de Harris y Raymond (1968) de que el estado de madurez del forraje es el factor de mayor influencia en el valor nutritivo de los pastos o forrajes conservados.

Los consumos de MS obtenidos en vacas lecheras, con los ensilajes estudiados, fueron elevados, con valores de 2 a 2,4 por ciento del peso vivo; superando a los obtenidos por Esperance (1978) al suministrar ensilajes de baja calidad (menos de 7 por ciento de PB) a vacas lecheras estabuladas y con suplementación de concentrados; o a los que se reportan con ensilajes tropicales por King, Brannon y Webb (1964) y Clifton, Miller y Camerun (1967) y que oscilaron entre 1,2 y 1,5 kg de MS por cada 100 kg de peso vivo.

Consumos similares a los obtenidos en esta prueba han sido reportados con ensilajes de especies templadas por Cachpoole y Henzell (1971) y en nuestro país por Muñoz, Elías y Suárez (1977), quienes adicionaron nitrógeno no proteico al ensilaje de baja calidad y elevado contenido de MS (51,6%).

Se sabe que contenidos de proteína menores a un 7% en alimentos conservados, afectan el consumo (García Trujillo, García y Pérez-Infante, 1976 y Esperance, 1982); en el presente trabajo, según se aprecia de los resultados, el factor determinante de las diferencias en el consumo de MS de los ensilajes fue el contenido de MS, lo que reafirma la correlación altamente significativa (r= 0,87 con P<0,001) entre el por ciento de MS y el consumo de nuestros ensilajes, reportada por Esperance y Perdomo (1978). Estos resultados coinciden con los hallazgos de Castle y Watson (1970) con relación al incremento en con consumo a medida que aumenta el contenido de MS.

La producción de leche en los tratamientos osciló de 5,8 a 6,2 kg/vaca/día, similar a lo reportado por Esperance (1978) y Esperance, Cáceres, Ojeda y Perdomo (1980) cuando se utilizaron ensilajes de baja calidad (menos de 7% de PB) y suplementación de 1 kg de concentrado/vaca/día.

A pesar del mayor consumo de MS con el ensilaje de bermuda, la producción de leche no fue mayor que la de los otros tratamientos, lo que coincide con los resultados de Marsh (1976) que encontró incrementos significativos en el consumo de ensilajes pero no en la producción de leche, al incrementarse el contenido de N del ensilaje.

No se observó efecto de los tratamientos en la composición de la leche similar a los reportes de Holter, Urban, Kennet y Sniffen (1973) quienes no encontraron cambios en el contenido de grasa con dietas similares a las estudiadas en este trabajo.

Se debe señalar que se observó efecto de los tratamientos en el consumo de MS y en los cambios de peso vivo; aunque a esta última medición no se le debe dar mucha importancia por tratarse de un diseño de cambio que por su corta duración no refleja exactamente las pérdidas de peso de los animales con exactitud, ya que las diferencias en el llenado del rumen puede enmascarar los resultados.

Concordando con los resultados de esta prueba, en trabajos de mayor duración donde se ha estudiado la utilización de ensilajes predesecados con vacas lecheras, se ha observado la misma tendencia en el comportamiento animal o sea, incrementos en el consumo y ganancia de peso vivo. Con relación a la producción de leche, Kormos (1967) y Alder (1969) no han reportado aumentos en el rendimiento animal, mientras que Castle y Watson (1970) no obtuvieron respuestas al suministrar ensilajes con un contenido elevado de MS.

Las especies de pastos estudiadas demostraron poseer características adecuadas para ser conservadas como ensilajes, presentando buenas características organolépticas, conservando el color y la textura original del pasto; aunque desde el punto de vista fermentativo se observó un mejor comportamiento en la bermuda cruzada por el efecto del contenido de MS en el tipo y magnitud de la fermentación.

A pesar de que no se encontraron diferencias en la producción de leche entre tratamientos, las evidencias de que el rendimiento animal en dietas de ensilajes esta determinado principalmente por el consumo que se promueva de este alimento (Esperance, 1982) y la necesidad de basar en la selección de especies la obtención de un mayor contenido de MS del forraje a ensilar (debido a las limitaciones que por las condiciones climáticas tiene el predesecado) hacen que los ensilajes de bermuda cruzada en comparación con los de otras especies que poseen menor contenido de MS tengan buenas perspectivas para su utilización como alimento para el período seco.

 

SUMMARY

In a latin square design, nine cows (1/2 Holstein x 1/2 Cebu) were used to study the nutritive value and milk production from silages of (A) pangola grass, (B) bermuda grass and (c) guinea grass, conserved at 60 days age and fertilized with 50 kg N/ha/cut. There were not differences in milk production among treatments. 6,1; 5,8 and 6,2 kg/cow/day of milk, respectively were produced. The DM intake from bermuda silage (10,6 kg/animal/day) was significantly grater (P<0,05) than the others which averaged 8,6 and 9,4 in pangola and guinea grass, respectively. No significant differences were found in milk composition and the animals of treatment (B) gained in live weight. DM digestibility and intake measured with sheeps were 42,04; 43,7 and 44,5 arid 33,6; 44,6 and 33,4 for each treatments, respectively.

 

REFERENCIAS

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