ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Morus sp. para la alimentación de bovinos en desarrollo (Nota técnica)
Morus sp. to feed growing bulls (Technical note)
Milagros Milera, Tania Sánchez y G. Martín
Estación
Experimental de Pastos y Forrajes"Indio Hatuey"Central España
Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
E-mail: milagros.milera@indio.atenas.inf.cu
RESUMEN
El trabajo se desarrolló en la Estación Experimental "Indio Hatuey"en la provincia de Matanzas, sobre un suelo Ferralítico Rojo, con el objetivo de evaluar la inclusión del forraje de morera en bovinos en crecimiento en condiciones de pastoreo. La prueba se realizó con machos mestizos del cruce Holstein x Cebú, que tenían ocho meses de edad y un peso promedio de 108 kg, y tuvo una duración de 140 días. En una primera etapa (53 días), el forraje de morera se suministró ad libitum sin trocear y los animales pastorearon cuatro horas durante la mañana, el resto del tiempo permanecieron en el establo; mientras que en un segunda fase (58 días) estos animales recibieron el forraje de morera troceado y permanecieron en los establos desde las 11:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., el resto del tiempo tenían acceso al pastoreo. La disponibilidad de pasto fue de 3,5 y 2,8 t de MS/ha/rotación para la primera y segunda etapa, respectivamente. El forraje de morera presentó altos valores en proteína (20,5-24,6%) y bajos en fibra (16,6-20,3%); los consumos fueron de 3,93 y 3,12 kg/animal/día en cada etapa, respectivamente. Las ganancias fueron de 0,759 y 0,405 kg/animal/día en la etapa I y la II, respectivamente. Se concluye que la morera posee alta calidad cuando se utiliza la biomasa comestible como forraje y se observó un mejor aprovechamiento al entregar el forraje troceado. Además, con el uso de la morera los bovinos en desarrollo pueden alcanzar ganancias superiores a los 0,400 kg/animal/día como promedio, sin concentrado.
Palabras clave: Forraje verde, Morus sp., ternero.
ABSTRACT
The work was developed at the Experimental Station "Indio Hatuey"in Matanzas province, on a Ferralitic Red soil, with the objective of evaluating the inclusion of mulberry forage in growing bull calves under grazing conditions. The trial was conducted with crossbred Holstein x Zebu bull calves, which were eight months old and weighed 108 kg as average, and lasted for 140 days. In a first stage (53 days), the mulberry forage was supplied ad libitum without being chopped and the animals grazed during four hours in the morning, the remainder time they stayed in the barn; while in a second stage (58 days) the animals received chopped mulberry forage and stayed in the barns since 11:00 a.m. until 5:00 p.m., the remainder time they had access to grazing. The pasture availability was 3,5 and 2,8 t DM/ha/rotation for the first and second stage, respectively. The mulberry forage showed high protein (20,5-24,6%) and low fiber (16,6-20,3%) values; the intakes were 3,93 and 3,12 kg/animal/day in each stage, respectively. The gains were 0,759 and 0,405 kg/animal/day in stage I and II, respectively. Mulberry is concluded to have high quality when the edible biomass is used as forage and a better utilization was observed when supplying the chopped forage. In addition, with the use of mulberry growing bulls can reach gains higher than 0,400 kg/animal/day as average, without concentrate.
Key words: Green forage, Morus sp., bull calf. Co
INTRODUCCIÓN
En Cuba
desde inicios de la década del 80 se han utilizado los sistemas con leguminosas
arbóreas para diferentes propósitos, y uno de ellos es la potenciación
productiva de los pastizales con la introducción de especies arbóreas.
Han predominado los sistemas de pastoreo-ramoneo; sin embargo, ha sido menos
estudiado el corte y acarreo, aunque existen algunos resultados con leguminosas
arbustivas.
Las primeras
investigaciones estuvieron centradas en el uso de Leucaena leucocephala
(Lam.); posteriormente se han realizado estudios con Albizia lebbeck (L.)
Benth (Soca y Simón, 1995), Gliricidia sepium (Jacq.) (Francisco
y Hernández, 1998) y Morus alba, L. (Martín et al.,
2000), entre otras.
La morera
es un árbol originario de Asia que se ha adaptado en nuestro país
especialmente para la producción de follaje, y se emplea en la alimentación
de cerdos, cabras y vacas. Además presenta contenidos de proteína
bruta de 18 a 25% (Elizondo, 2003).
En este sentido,
en 1996 se introdujeron variedades de Costa Rica y se han realizado hasta la
fecha investigaciones sobre aspectos agronómicos, composición
bromatológica, valor nutritivo y respuesta animal, entre otros (Martín et al., 2000; Milera et al., 2003). El objetivo del presente trabajo
fue evaluar el forraje de Morus sp. en la alimentación de bovinos
en desarrollo en condiciones de pastoreo.
MATERIALES, MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS
Ubicación,
suelo y clima. El área se encuentra ubicada en el municipio de Perico,
provincia de Matanzas. El suelo del área experimental está clasificado
como Ferralítico Rojo lixiviado (Hernández et al., 1999).
La precipitación en el año de evaluación fue de 1 670,4
mm, de la cual 894,1 mm ocurrieron en el período de la prueba (agosto-diciembre),
mientras que la temperatura fue de 23,8°C.
Manejo
de la morera. La plantación tenía un marco de siembra de un
metro entre hileras y 0,40 m entre plantas, y una densidad de 25 000 plantas/ha.
El corte de establecimiento se realizó al año de sembrada, con
el propósito de propiciar un buen desarrollo del sistema radical; la
fertilización con gallinaza se aplicó en cuatro momentos del período
lluvioso, a razón de 300 kg de N/ha en función de su composición
(78,0% de MS; 2,92% de N; 8,16% de Ca; 1,25% de P y 3,08% de K). No se empleó
riego ni fertilización en el período poco lluvioso. La fase experimental
se desarrolló de agosto a diciembre de 1999. El corte y acarreo del forraje
de la arbórea se efectuó en el horario de la mañana, con
una edad que osciló entre 60 y 120 días de cortada, y se depositaba
a la sombra en la nave donde se alojaron los animales, para después distribuirlo
en los comederos.
Animales,
manejo y alimentación. Se seleccionaron seis machos mestizos del
cruce Holstein x Cebú, que tenían ocho meses de edad y un peso
promedio al iniciar la prueba de 108 kg, y se mantuvieron los 140 días
que duró la prueba de observación, la cual se realizó en
dos etapas. En la primera (53 días) se ofreció la morera sin trocear
y al iniciar la evaluación los animales se sometieron a un período
de adaptación de 10 días al nuevo alimento, se reguló la
oferta según el rechazo y se disminuyó el tiempo de acceso al
pastoreo hasta cuatro horas durante la mañana; el resto del tiempo permanecieron
en el establo. En la segunda etapa (58 días) el forraje de morera se
troceó y también la adaptación fue de 10 días. En
este período los animales permanecían en los establos desde las
11:00 am hasta las 5:00 pm, el resto del tiempo tenían acceso al pastoreo.
En ambos casos el forraje de morera se entregó en tres momentos y se
suministró en los comederos.
El área
de pastoreo estaba compuesta por Panicum maximum cv. Likoni, sin fertilización
ni riego, con una composición florística de 86%. Por otra parte,
la disponibilidad de MS en el área de guinea fue de 3,5 y 2,8 kg/ha/rotación
para la etapa I y la II, respectivamente.
Mediciones
Análisis
de laboratorio. Después de efectuar cada muestreo, se enviaron muestras
representativas de pasto al laboratorio para determinar la composición
química del alimento. Los indicadores medidos fueron: materia seca (MS),
proteína bruta (PB), fibra bruta (FB), calcio (Ca) y fósforo (P),
según las técnicas descritas por la AOAC (1990).
Peso vivo.
Mediante una cinta métrica se determinó el perímetro torácico,
por el método propuesto por Menéndez (1985), una vez al mes durante
la evaluación.
Oferta
de forraje. En el período de adaptación se midió, mediante
pesaje, la oferta y el rechazo del forraje diariamente, para determinar la cantidad
de alimento que se ofrecía; después se realizó con una
periodicidad semanal.
Análisis
matemático. A las variables evaluadas se les aplicó estadística
descriptiva (media) con el programa estadístico SPSS en su versión
10.0 para Windows XP.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el forraje troceado se observó el valor más bajo en PB y el más elevado en FB, pues incluye algunas partes leñosas menos tiernas mezcladas con el resto, y al reducirlo a pequeñas partículas el animal lo consume. Cuando se entregó el forraje entero se incluyeron los tallos más tiernos y las hojas de la morera. De ahí que los animales pudieran seleccionar un material de mayor calidad (tabla 1).
A
su vez los valores de proteína son similares a los reportados por Ríos
(2005) al evaluar el uso de Morus sp. como sustituto del alimento concentrado
para corderos en crecimiento (23,1%). Por tanto, la morera se puede utilizar
como banco de proteína y constituye una opción para la alimentación
de rumiantes (Murgueitio, 2009; Rodríguez, 2009).
El empleo
de forrajes de alta calidad, con bajos contenidos en fibra y altos en proteína
para la alimentación de animales en desarrollo, puede constituir una
opción para sustituir los concentrados importados.
Al analizar
la composición química de las gramíneas, estas presentaron
un contenido de proteína bruta aceptable (7%), teniendo en cuenta que
estas áreas llevaban más de 10 años sin la aplicación
de fertilizantes de ningún tipo.
Por otra
parte, la fibra bruta es un indicador de la calidad del pasto, ya que su incremento
se debe a un aumento de las partes menos digeribles de la planta. En el presente
trabajo las gramíneas tuvieron valores de fibra bruta de 28,2%, que son
aceptables para estas condiciones.
En la primera
etapa, cuando se ofreció el forraje de la parte comestible (hojas y tallos
tiernos) de morera sin trocear, se observó un consumo de MS de 3,93 kg
de MS/animal/día que representó el 2,6% del peso vivo de los animales.
Milera et al. (2007) obtuvieron similares valores de consumo en correspondencia
con el peso vivo (2,2%), al estudiar el potencial de la morera con vacas mestizas
del cruce Holstein x Cebú, donde se suministró la morera sin trocear
y se pastoreó de forma restringida en un sistema de gramínea sin
fertilizar.
En la segunda
etapa cuando se ofreció la morera troceada, el consumo fue de 3,12 kg
de MS/animal y representó 1,7% del peso vivo (tabla 2), lo cual es un
reflejo del incremento del tiempo de pastoreo en los animales.
En este sentido, se observaron ganancias de 0,717 kg/animal/día cuando recibieron la morera entera (2,6% del PV); mientras que en la segunda etapa, cuando se ofreció troceada, las ganancias fueron inferiores (0,404 kg/animal/día) (fig. 1), lo cual es un reflejo de un grupo de factores entre los que se encuentra el pastoreo restringido a cuatro horas en áreas de P. maximum en la primera etapa de la prueba. Ello contribuyó a que los animales dedicaran poco tiempo al consumo de la gramínea e hicieran altos consumos del forraje de morera, ya que en la segunda etapa tuvieron un mayor tiempo de pastoreo. Además, el forraje tenía valores superiores al pasto, en términos de proteína y fibra bruta. A su vez, la morera entera suministrada en el primer período garantizó a los animales una mayor capacidad de seleccionar las hojas y los tallos tiernos, de ahí las mejores ganancias.
Las ganancias alcanzadas
en este trabajo son superiores a las obtenidas por Velásquez (1994),
las cuales no sobrepasaron los 0,195 kg/animal/día para animales en crecimiento
de 10-12 meses, con oferta de 1,5% del PV al utilizar forraje de Morus sp.
y ensilaje de sorgo.
Oviedo y
Benavides (1999), al emplear forraje de morera (50%) y concentrado (50%) para
terneros en pastoreo, obtuvieron ganancias de 0,742 kg/animal/día, similares
a las encontradas en la primera etapa de esta prueba.
A su vez,
las ganancias del presente trabajo se asemejan a las obtenidas por García et al. (2006) al estudiar la inclusión de la morera (A: 1 kg de
concentrado + 1,8% del PV con morera; B: 0,5 kg de concentrado + 2,8% del PV
con morera, y un control suplementado con 1,5 kg de concentrado) en terneras
en desarrollo, con un peso inicial y condiciones de pastoreo semejantes a las
utilizadas en este estudio. Las mejores ganancias se hallaron en los tratamientos
con morera (0,583 kg/animal/día).
Se concluye
que la morera posee una alta calidad cuando se utiliza la biomasa comestible
como forraje y se observó un mejor aprovechamiento al entregarlo troceado.
Además, con el uso de esta especie los bovinos en desarrollo pueden alcanzar
ganancias superiores a los 400 g/animal/día, sin concentrado.
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Recibido el 4 de
agosto de 2009
Aceptado
el 24 de noviembre de 2009