ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Sistemas de producción de leche a partir de recursos forrajeros herbáceos y arbóreos

 

Milk production systems from forage herbaceous and tree resources

 

 

 

Milagros Milera

Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey". Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
E-mail: milagros.milera@indio.atenas.inf.cu

 

 

 


RESUMEN

El análisis de los sistemas de producción de leche necesita de un enfoque integral y multidisciplinario, debido a que en estos interviene un conjunto de factores que no se pueden analizar de forma aislada y en los que la relación suelo-planta-animal-clima-hombre es muy compleja y variada. Las potencialidades que de ellos se puede esperar dependen del clima, del suelo, de la especie botánica, del uso de insumos, del manejo y del tipo de animal utilizado, entre otros factores.

El objetivo del presente trabajo fue describir y analizar los principales resultados en la evaluación, manejo e integración de diferentes especies de pastos, forrajes y alimentos locales en los principales sistemas de producción de leche existentes en el país.

Existen diferentes formas de clasificar los sistemas de producción de leche cuando la base de la alimentación es a partir de gramíneas, leguminosas herbáceas y plantas de ramoneo, en los cuales se han tenido en cuenta: el sistema de explotación (intensivo o extensivo); el tiempo dedicado al pastoreo (estabulado, restringido o libre) y el tipo de recurso forrajero (herbáceo y arbóreo).

En cada forma de clasificación se ofrecen los principales resultados en términos de carga, especies forrajeras utilizadas, potencial de los animales y rendimientos en producción de leche con el uso o no de fertilizantes y riego. De acuerdo con la forma de manejar la rotación se presentan resultados sobre el pastoreo racional Voisin con altas cargas instantáneas.

Aparece un análisis de cómo ha cambiado el paradigma en el manejo del monocultivo de gramíneas y se ofrecen interesantes resultados en el manejo de multiasociaciones con diferentes gramíneas y leguminosas herbáceas y arbóreas, sin riego ni fertilización.

Se concluye que los sistemas intensivos con riego y fertilización en gramíneas mejoradas son una opción en animales de alto potencial lechero que justifiquen la inversión y no afecten el medio ambiente. También se plantea que la combinación de especies herbáceas y arbóreas en sistemas de producción contribuye a conservar la biodiversidad vegetal y animal, pues tienen un impacto positivo en la productividad del suelo y el estrés climático, por el efecto beneficioso de la sombra en la temperatura, la composición bromatológica del estrato herbáceo, el incremento de controles biológicos, la materia orgánica y la biota edáfica, que inciden en las respuestas productivas del sistema.

Palabras claves: Gramíneas, leguminosas, producción lechera.


ABSTRACT

The analysis of milk production systems needs an integral and multidisciplinary approach, because they involve a group of factors that can not be analyzed in isolation and in which the soil-plant-animal-climate-man relationship is very complex and varied. The potential that can be
expected of them depends on the climate, soil, botanical species, use of inputs, management and type of animal used, among other factors.

The objective of this work was to describe and analyze the main results in the evaluation, management and integration of different species of pastures, forages and local feedstuffs in the main milk production systems existing in the country.

There are different forms of classifying milk production systems when feeding is based on grasses, herbaceous legumes and browsing plants, in which the following have been taken into consideration: exploitation system (intensive or extensive); time dedicated to grazing (housed, restricted or free) and the type of forage resource (herbaceous and tree).

In each classification form the main results are offered in terms of stocking rate, forage species used, animal potential and yields in milk production with or without fertilizers and irrigation. According to the way of managing the rotation, results are presented about the Voisin rational grazing with high instantaneous stocking rates.

There is an analysis on how the paradigm in the management of the grass monocrop has changed and interesting results are offered regarding the management of multiassociations with different grasses and herbaceous and tree legumes, without irrigation and fertilization.

The intensive systems with irrigation and fertilization in improved grasses are concluded to be a choice in animals of high milk potential that justify the investment and do not affect the environment. Also the combination of herbaceous and tree species in production systems contributes to preserve the plant and animal biodiversity, because it has a positive impact on soil productivity and climatic stress, due to the beneficial effect of the shade on temperature, bromatological composition of the herbaceous stratum, increase of biological controls, organic matter and edaphic biota, which have incidence on the productive responses of the system.

Key words: Grasses, legumes, milk production.


 

 

INTRODUCCIÓN

América Latina y el Caribe es una región de relevante importancia en la ganadería vacuna, al concentrar el 26% de las existencias mundiales de esta especie ganadera y aportar el 10% de la producción de leche y el 20% de la producción de carne, en tanto sólo posee el 8% de la población mundial.

En los materiales presentados y discutidos en la 27 Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe que tuvo lugar en La Habana, en abril del 2002, se identificaron los aspectos más relevantes y de mayor incidencia que caracterizan el desempeño del sector ganadero en los países de América Central, México y el Caribe de habla hispana (González, Fernández, Bu, Polanco, Aguilar, Dresdner y Tonsini, 2004), los que se explican a continuación.

Ahora bien, ¿cuáles son los problemas comunes de los países mencionados con relación a la ganadería bovina?

En Cuba la ganadería, por su parte, constituyó un programa priorizado. En especial, la leche se presentaba como la fuente de proteína más económica y de más factible expansión sobre una base alimentaria nacional.

La cesión de tierras y el paso a una explotación más intensiva implicaba también un mejor aprovechamiento de la superficie, sobre la base de elevar la proporción de pastos cultivados con nuevas variedades para lograr un aporte nutricional mayor que en un régimen extensivo. A partir de esta premisa, la transferencia de que fue objeto una parte de las tierras dedicadas anteriormente a los pastos hacia otros cultivos priorizados, resultaba consecuente con la reconversión ganadera. De este modo, se fue reduciendo progresivamente la superficie de pastizales de algo más de unos cuatro millones y medio de hectáreas en 1960 a una superficie del orden de los tres millones hacia finales de los 80. Posteriormente, en la década de los 90, se fue perdiendo aun más superficie, hoy solo se cuenta con 1,2 millones de hectáreas.

El empleo de fertilizantes, semillas mejoradas, maquinarias y otros recursos, la fabricación de henos y ensilajes, así como la complementación de la dieta de los animales con alimentos concentrados (básicamente piensos y derivados de la agroindustria azucarera), deberían manifestarse, en su conjunto, en una disponibilidad alimentaria más que suficiente. Sin embargo, algunos factores en su interrelación limitaron el propósito deseado de una mejor alimentación (González et al., 2004).

A partir de la década del 90, debido al doble bloqueo que sufría la Isla, se sometió la economía nacional a un fuerte ajuste, lo cual repercutió severamente en el sector ganadero, hasta entonces dependiente, en gran medida, de las importaciones. Ello implicó una reducción significativa de: la disponibilidad de combustible para la fabricación de heno y ensilaje, el establecimiento y mantenimiento de los pastizales, el uso del riego y el traslado de los subproductos, así como las cantidades de concentrados y fertilizantes químicos.

Esta situación incidió de forma marcada en la disminución de la producción animal, principalmente en las entidades estatales mucho más comprometidas con este esquema productivo. Por estas razones, se tomaron un conjunto de medidas encaminadas a lograr la máxima autosuficiencia alimentaria en las unidades de producción ganadera, entre las que se incluyó la siembra de bancos de forraje de caña de azúcar y los bancos de proteína de leguminosas perennes leñosas, así como el uso de recursos locales, entre los que se encontraban los subproductos para la alimentación de los animales.

Teniendo en cuenta todo este proceso por el que ha transitado la ganadería vacuna en Cuba, el objetivo del presente trabajo fue describir y analizar los principales resultados en la evaluación, manejo e integración de diferentes especies de pastos, forrajes y alimentos locales en los principales sistemas de producción de leche existentes en el país.

El análisis de los sistemas de producción de leche necesita de un enfoque integral y multidisciplinario, debido a que en estos interviene un conjunto de factores que no se pueden analizar de forma aislada y en los que la relación suelo-planta-animal-clima-hombre es muy compleja y variada. Las potencialidades que de ellos se puede esperar dependen del clima, el suelo, la especie botánica, el uso de insumos, el manejo y el tipo de animal utilizado, entre otros factores. Existen diferentes formas de clasificar los sistemas de producción, algunas de las cuales se abordan a continuación.

 

Clasificación de los sistemas de producción de leche

Es difícil hacer una clasificación de los sistemas de producción. A escala global se pueden distinguir tres sistemas de explotación pecuaria: los que se basan en el pastoreo directo, los sistemas industriales intensivos (aves, cerdos y otros) y los que integran agricultura-ganadería (mixtos). No obstante, la tendencia actual es agrupar aquellos que utilizan la alimentación a base de pastos y los que utilizan otras formas de alimentación.

En el período 70-90 hubo una marcada tendencia al uso del riego, de altas cantidades de fertilizante y de especies mejoradas (fundamentalmente gramíneas), y se abandonó el empleo de los árboles en los potreros.

En este sentido, García-Trujillo (1983) clasificó los sistemas de producción de leche en pastoreo libre todo el año, según los rangos del potencial de producción. En la tabla 1 aparece la producción por animal y por unidad de área, según se trate de explotaciones extensivas o intensivas, asociaciones de gramíneas y leguminosas, y diferentes tipos de animal.

Senra y Ugarte (1983), clasifican los sistemas generales de producción de leche y se basan en la necesidad o no de estabular total o parcialmente los animales. Por supuesto, que la supresión o restricción del pastoreo estará determinada por la disponibilidad y la calidad del pastizal, así como por las condiciones climáticas.

Los tres sistemas generales propuestos fueron: estabulación (cero pastoreo), semiestabulación (pastoreo restringido en tiempo) y pastoreo libre todo el año (pastoreo sin restricción).

Esta es una de las mejores formas de clasificación, porque considera todas las variantes de los sistemas a emplear, pero como ha sucedido en casi todas las propuestas por diferentes autores en estas décadas, el uso de los árboles en los potreros no se argumenta con la prioridad que hoy urge hacerlo.

Sin embargo, el incremento de la diversidad vegetal, a partir de la introducción de leñosas perennes en los distintos sistemas de producción pecuaria, debe ser una respuesta a los problemas ocasionados por los modelos dominantes de monocultivo de gramíneas en pastoreo, pues estos últimos fueron los principales responsables de la reducción de la flora y la fauna nativa, así como de la aparición y el aumento de las plagas y las enfermedades. Este incremento de las arbóreas y arbustivas debe hacerse sobre la base del propio sistema de forraje y sobre las áreas adyacentes, como una aplicación microrregional de la ecología del paisaje: corredores biológicos, cercas vivas, setos, barreras de vegetación multipropósito, bordes de bosque, orillas de ríos y cursos de agua (Murgueitio, Rosales y Gómez, 2001).

No obstante en América Latina, desde México hasta Brasil, se extiende el uso del monocultivo de pastos de una forma impresionante, siguiendo el modelo de las zonas templadas en la introducción y el uso de especies y variedades mejoradas (Sánchez, 2001).

Debido a la importancia de la presencia de los árboles en la ganadería, en este material se clasificarán los sistemas en dos grandes grupos: los que utilizan los pastos, los forrajes, los recursos locales y otros alimentos; y los que además, emplean los árboles en los potreros.

 

1. Sistemas basados en el uso de recursos forrajeros herbáceos

En la década del 60 se fundan tres centros de investigación en la rama ganadera (la Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey", las microestaciones de pastos y el Instituto de Ciencia Animal), con el próposito de obtener resultados que dieran respuestas al manejo de los pastos y la alimentación del ganado. En ese momento la problemática fundamental a que se enfrentaron era la siguiente:

En ese contexto, para el estudio y el manejo de los pastos se tuvieron en cuenta los siguientes factores: el suelo, la especie de pasto, el tipo de animal, el clima, el hombre (condiciones socioeconómicas), el sistema de pastoreo y los sistemas de manejo y alimentación.

 

Suelo

En Cuba los peores suelos se dedicaban a la ganadería y se disponía de fertilizantes y riego solo para las áreas forrajeras, áreas de semilla y vaquerías de animales de alto potencial genético. Hubo una reducción de la cubierta boscosa de 54 a 14% desde 1900-1959.

Esto significaba que se debía estudiar el comportamiento de las especies en diferentes condiciones edafoclimáticas para disponer de un germoplasma que se adaptara a cada condición; ese fue el punto de partida.

 

Especies

Debido a la inexistencia de especies de gramíneas endémicas y/o naturalizadas con elevado valor forrajero, se elaboró un programa de mejoramiento de los pastizales, a partir de la evaluación y selección del germoplasma foráneo introducido, la colecta de material autóctono y la regionalización y evaluación de las diferentes especies en diferentes condiciones de clima y suelo.

 

Animales

Se desarrollaron investigaciones con razas vacunas de alto potencial lechero, a partir de dietas de altos insumos y manejo intensivo del pastoreo.

Se hicieron estudios con el empleo de animales adaptados a condiciones de bajos insumos, principalmente genotipos del cruce Holstein x Cebú.

 

Condiciones socioeconómicas

Se construyeron vaquerías, caminos y comunidades habitacionales; se desarrolló la inseminación artificial; se crearon las condiciones para la capacitación, así como medidas políticas que permitían el acceso a la tierra y el desarrollo de las zonas rurales.

 

Sistemas de pastoreo y manejo

En este período se desarrolló un programa de investigaciones para conocer las respuestas de las especies introducidas y las existentes en el sistema de pastoreo.

Los estudios abordaron las siguientes líneas: evaluación de especies, días de estancia, días de ocupación, número de cuartones, conducta de animales en pastoreo, número de grupos, carga, presión de pastoreo, intensidad de pastoreo y niveles de suplementación.

 

1.1 Sistemas con riego y fertilización

Los estudios para determinar el potencial de la especies utilizando riego y fertilización demostraron que las producciones dependían del potencial de los animales empleados, pero que era posible obtener producciones por encima de 8 kg/vaca por día sin la suplementación con concentrados y con cargas de tres o más animales por hectárea (tabla 2). De esta forma se podían lograr producciones de más de 3 000 litros de leche por lactancia con satisfactorios indicadores reproductivos en estos sistemas (Martínez, 1978).

Estos estudios tuvieron la deficiencia de no evaluar la persistencia de los pastos a largo plazo, pues en la mayoría de los casos su duración no fue superior a los dos años.

En relación con los estudios de carga y presión de pastoreo, se observó una influencia marcada de la especie y su potencial de rendimiento; Cynodon nlemfuensis soportó las mayores cargas, seguido de Panicum maximum y Cynodon dactylon.

 

1.2 Sistemas sin riego con fertilización

Los sistemas de secano son aquellos en los cuales no se utiliza el riego en las unidades de producción (vaquerías), aunque pueden recibir alimentos provenientes de áreas con riego, como es el caso del forraje y/o el ensilaje, los cuales se ofertan cuando se maneja el ganado con restricción del pastoreo o estabulado.

La mayoría de los estudios que se han desarrollado sin riego disponen de fertilización en el período lluvioso y en el poco lluvioso se fija el tiempo de reposo y la estancia en el cuartón, con restricción del horario de pastoreo.

En la proyección de las investigaciones ocupó un lugar priorizado la conservación de los pastos en forma de heno y ensilaje para cubrir el déficit en los períodos de escasez de alimentos y se diseñaron diferentes sistemas de alimentación y manejo.

 

Principales sistemas estudiados

En el sistema de segregación se dedica un porcentaje del área de pastoreo para henificar y ensilar en dos momentos del período lluvioso o para uno de los dos propósitos. Este alimento conservado se utiliza en el período de escasas precipitaciones y el área cortada se incorpora al pastoreo tan pronto alcance las condiciones necesarias. El porcentaje de área de pastoreo destinada a la conservación depende de la carga global, el número de parcelas o cuartones, la composición botánica o la presencia de especies mejoradas y la disponibilidad de fertilizantes para aplicar antes y después del corte, con el objetivo de no sobrepastorear el área y que no se deteriore el pasto mejorado establecido.

Este sistema posee la ventaja de aprovechar los excedentes del pasto en los períodos de rápido crecimiento, cuando se producen picos de producción, y además es una forma de evitar la pérdida de calidad y el ataque de plagas debido al sobrante de pastos («colchones» de hierba que se forman).

En las investigaciones desarrolladas los alimentos conservados (ensilaje y heno) se suministraron en el período poco lluvioso, en adición al pasto a razón de 20 y 3 kg/vaca/día, respectivamente. Estos sistemas permitieron obtener producciones de más de 8 litros por vaca diariamente (Esperance, O'Donovan y Perdomo, 1978); no obstante, faltó una evaluación económica de la fabricación y producción de ensilaje y la determinación a largo plazo de los efectos del manejo del sistema en la persistencia de las especies.

El forraje fue una opción que se empleó no sólo para el período de escasez de alimento, sino durante todo el año, especialmente en aquellas empresas lecheras donde las necesidades del ganado eran superiores a las que los pastizales (fundamentalmente de gramíneas) les podían garantizar a través del año con los bajos niveles de fertilización utilizados en los potreros.

La caña de azúcar, como forraje, tiene las siguientes ventajas: posee altos rendimientos de MS y EM en el período poco lluvioso, resiste intensas sequías, se adapta a un amplio espectro de suelos, se conoce su mecanización para la siembra y la cosecha, y existe una amplia experiencia en su explotación. Sin embargo, posee las siguientes limitaciones: bajo contenido proteico, poco y desbalanceado contenido mineral, ausencia de almidón, bajo contenido de grasas, rica en carbohidratos estructurales con elevada cristalización del complejo lignocelulolítico, estrecha relación azúcar-fibra y amplia relación carbono-nitrógeno.

Tomando en consideración el resultado de algunos trabajos realizados en Cuba, se recomienda que cuando se ofrezca forraje de caña de azúcar, debe agregarse 9,5 g de urea por kilogramo de materia fresca y cortar la caña a partir de los 12 meses para que pueda alcanzar un alto porcentaje de azúcares. En estas condiciones se observaron consumos de 20,3 kg de caña fresca y producciones de 9,14 kg/vaca/día. También debe incluirse de 0,12 a 0,15% de azufre en estas dietas para incrementar la eficiencia de utilización del nitrógeno.

La saccharina es un alimento proteico que se obtiene a partir de trocear finamente la caña de azúcar (harina de caña) y añadir aditivos, o a partir del bagacillo enriquecido. Por cada tonelada métrica de harina de caña se debe adicionar 15 kg de urea, 2 kg de sulfato de sodio, 5 kg de magnesita y 5 kg de sal mineral, los cuales se homogenizan con la harina de caña. La capa de esta mezcla no debe ser superior a los 10 cm.

Al comparar tres dietas: saccharina húmeda (rústica); caña integral molida más aditivos y suplementación con pienso comercial (5 kg); suplemento concentrado (1,5 kg) y ensilaje, en el período poco lluvioso, sin riego y con pastos mejorados, García-López, Mora, Elías; García-Trujillo y Alfonso (1994) observaron mejores respuestas por animal en el tratamiento con saccharina húmeda (9,9 kg/día) y pienso comercial (10,2 kg/día) que con caña fresca (9,3 kg/día).

En Cuba fueron pocas las unidades que pudieron emplear correctamente los resultados de los sistemas con altos insumos. Durante varias décadas las áreas ganaderas fueron disminuyendo, debido a que fueron cedidas para otros cultivos. Ello contribuyó a la disminución de los pastos mejorados como producto de la intensificación y los bajos niveles de fertilización química y orgánica necesarios (50 kg de N/ha/año como promedio). En este período las cargas fueron altas y el monocultivo y la falta de árboles y de leguminosas herbáceas contribuyeron al deterioro, la invasión por las malezas, la disminución de la masa, y con ello, los niveles de producción.

La reducción de las áreas y el incremento de la carga de animales por unidad de área, dieron lugar a que se excediera la capacidad de utilización de los pastos. En la figura 1 se muestran los valores de la carga de animales por hectárea y las existencias del rebaño.

 

Cuando teníamos todas las respuestas cambiaron las preguntas

En el período que se analizó no existía una estrategia de enfoque multidisciplinario ni de sostenibilidad acerca del manejo de los sistemas de producción; no obstante, se realizaron un conjunto de investigaciones que permitieron obtener los principios básicos para el manejo de las especies introducidas en las condiciones edafoclimáticas del país. Por otra parte, la preparación del personal científico, su experiencia y madurez le permitieron integrar los resultados alcanzados en nuevos sistemas de producción. El concepto de desarrollo sostenible de Pichs (proceso armónico, donde la explotación de los recursos, la dirección de las inversiones, la orientación del cambio tecnológico y las transformaciones institucionales, deben estar a tono con las necesidades de las generaciones presentes y futuras) se comenzó a aplicar en la segunda mitad de la década de los 90, antes de postularlo en el siglo XXI.

En una ganadería de bajos insumos se hizo necesario replantear un grupo de conceptos para continuar el trabajo con sistemas de producción sostenible.

 

Suelo

Debido al monocultivo, la falta de un adecuado manejo y los efectos del clima, las características del suelo eran las siguientes: 53,8% salinidad; 23,9% erosión; 14,5% ambos factores; 7,7% poseían degradación de la cubierta vegetal y el 54% de las áreas presentaban características potenciales de erosión.

Las investigaciones hasta ese momento carecían de un enfoque sistémico, multidisciplinario y sostenible; en el suelo se estudiaba, en algunos casos, las propiedades químicas, pero los estudios físicos y biológicos, fundamentalmente de la biota edáfica, eran muy escasos, entonces se encaminaron las investigaciones en este sentido.

 

Especies

Se comenzaba a desarrollar un nuevo concepto de pastizal; se contaba con resultados en sistemas con especies mejoradas herbáceas y con árboles de ramoneo, fundamentalmente leguminosos; pero también ya se habían evaluado sistemas con gramíneas naturalizadas, leguminosas herbáceas y arbustivas con buenos resultados, sin riego ni fertilización.

El problema era llevar estos resultados a las áreas comerciales; ¿el principal inconveniente?, el lento establecimiento de los árboles.

 

Animales

Las condiciones existentes no permitían trabajar en todo el país con animales finos o de razas lecheras puras; había que crear rápidamente las condiciones en algunas áreas y en otras trabajar con mestizos. Entonces los requisitos eran:

En estas condiciones se continuaron las investigaciones, con énfasis en los métodos de manejo racional y la inclusión de los árboles en los potreros, de los cuales ya existían resultados, pues se habían comenzado las investigaciones en la década del 80.

 

1.2 Sistemas sin riego ni fertilización

Es en la década del 90 cuando se desarrollan investigaciones sin fertilización, así como acerca del tiempo de reposo necesario en el período lluvioso y en el poco lluvioso para manejar la pradera, aplicando las leyes de Voisin (1963).

Las características del manejo racional aplicadas fueron:

  1. Enfoque sistémico.
  2. Trabajo multidisciplinario.
  3. Es racional porque el pasticultor está involucrado en la toma de decisiones.
  4. Es dialéctico, flexible, sin orden mecánico prefijado en la rotación.
  5. Concede la mayor importancia al sistema de pastoreo con prioridad para el reposo.
  6. La ley del reposo es determinante no solo en ambientes con especies herbáceas, sino en multiasociaciones árboles-pastos.
  7. El punto óptimo para la entrada de los animales al potrero se determina en las especies herbáceas por las plantas que están en la pradera en mayor cuantía, y en los sistemas con leucaena se considera también la recuperación de las arbustivas.
  8. Facilita el manejo con altas cargas instantáneas aunque no se incremente la carga global, permitiendo una alta descarga de excretas.
  9. Le atribuye al suelo y a los pastos la importancia y el valor que representan para el éxito del sistema de alimentación.
  10. Favorece la biodiversidad de especies en los pastizales.
  11. Necesita capacitación.

En un estudio de más de tres años, con un sistema intensivo rotacional racional sin la aplicación de fertilizantes ni riego, el manejo del sistema se basó en ajustar la rotación en función del reposo necesario para la recuperación de la pradera y pastorear los potreros según la disponibilidad de las especies establecidas.

En cuanto a la composición química del suelo, su fertilidad no se vio afectada negativamente por el sistema de pastoreo empleado ni por la ausencia de minerales; con relación al reciclaje a través de las deposiciones de excretas, el área recibió un promedio de 30 t/ha/año.

Al finalizar el estudio (1995), después de cuatro años de explotación intensiva la cantidad de insectos disminuyó en un 35,5%, debido al aumento notable de los oligoquetos (32,1%) y la aparición de otros grupos, entre los que se encontraban los pertenecientes a las clases Myriapoda, Crustacea y Arácnida. Los oligoquetos desempeñan un excelente papel como mejoradores de las propiedades físicas y químicas del suelo y los coleópteros, especialmente los coprófagos, tienen un gran impacto e importancia en la biocenosis coprófila, por los beneficios de su actividad enterradora que facilita la incorporación de nutrientes e incrementa la aireación y la capacidad de retención de agua en el suelo (Lobo y Veiga, 1990; Lavelle, 1994).

La carga instantánea promedio fue superior a 200 UGM/ha; la carga global inicial fue de 6,2 y 4,2 animales/ha en el período lluvioso y en el poco lluvioso, respectivamente, pero se fue ajustando en función de la disponibilidad de materia seca y en el último año fue de 2,7 y 1,9 animales/ha para cada época, respectivamente. El tiempo de reposo promedio en el período lluvioso estuvo en un rango de 22- 47 días, en función de las precipitaciones y los factores del clima, y en el poco lluvioso fue de 57-78 días. La producción de leche por animal estuvo entre 5 y 6 litros y las vacas dispusieron de un suplemento elaborado con subproductos locales.

Se clasificaron 75 especies; de ellas, 32, 21 y 22 pertenecían a las familias de las gramíneas, las leguminosas y otras, respectivamente. En la familia de las leguminosas, las seis especies estudiadas (Calopogoniun mucunoides, Alysicarpus vaginalis, Centrosema pubescens, Neonotonia wightii, Teramnus labialis e Indigofera mucronata), a través de su dinámica, mostraron un buen comportamiento, porque aunque las dos primeras disminuyeron discretamente su población, a su vez incrementaron sensiblemente la frecuencia de aparición, y las restantes aumentaron. A los ocho años de iniciado este manejo las especies de mayor persistencia fueron P. maximum, T. labialis e I. mucronata. (Milera, 1995) (fig 1).

En este sistema se demostró que se podían utilizar altas cargas instantáneas, no superiores a 230 UGM/ha, pero no era posible emplear altas cargas globales sin la aplicación de fertilizantes, pues la disponibilidad de materia seca descendía y se afectaba la persistencia de las especies. El incremento de las leguminosas herbáceas y la frecuencia de aparición en las parcelas estuvo determinado por los prolongados períodos de reposo en los meses del período poco lluvioso, precisamente en los que estas fructifican, lo cual les permitió dejar caer la semilla en el suelo.

 

2. Sistemas con árboles en los potreros o silvopastoreo

A partir de los esfuerzos del gobierno revolucionario con los planes de reforestación, se logró detener la deforestación y se incrementó en un 22%el área reforestada del país. En el caso de la ganadería, aunque existen programas de reforestación, el lento establecimiento de las arbóreas es un freno para su siembra en los potreros. No obstante, en ganadería es más importante el enfoque de hacer agroforestería que la reforestación per se, pues los árboles que están aislados del sistema no tienen la misma influencia que cuando se manejan en este.

Para que un árbol o arbusto pueda ser calificado como forrajero debe reunir ventajas de tipo nutricional, de producción y versatilidad agronómica, sobre otros forrajes utilizados tradicionalmente. En tal sentido, los requisitos para la clasificación son: que el contenido en nutrimentos y el consumo sean adecuados como para esperar cambios en los parámetros de respuesta de los animales, que sea tolerante a la poda y que se puedan obtener niveles significativos de producción por unidad de área. Además de estas condiciones, es recomendable seleccionar especies nativas para aprovechar las ventajas y la adaptación a su ambiente y, además, que puedan ser establecidos mediante el uso de técnicas agronómicas sencillas y de bajo costo (Benavides, 1991). Similares requisitos se siguen en Cuba en la actualidad para la introducción, evaluación y selección de arbóreas (Toral, 2005).

El empleo de sistemas silvopastoriles que incluyan árboles de uso múltiple y frutales posee un conjunto de motivaciones para los productores, tales como:

 

Clasificación de los sistemas con árboles

Aunque existen diferentes formas de clasificar los sistemas silvopastoriles, en Cuba los más estudiados y empleados son:

 

2.1 Sistemas de corte y acarreo

El sistema de corte y acarreo consiste en disponer de un área de forraje de arbóreas la cual es cortada y trasladada para ofertar fresca, oreada, henificada o en forma de harina como suplemento o formando parte de raciones; también se emplean las cercas vivas con el mismo fin.

Entre las especies más utilizadas están: Leucaena leucocephala, Gliricidia sepium, Erythrina poeppigiana, Erythrina sp., Morus alba y Cratylia argentea.

Murgueitio et al. (2001) clasifican estos sistemas en tres tipos:

En el caso de los primeros, donde se posee más de 15 años de experiencia en su utilización, las plantas mas usadas son G. sepium, Trichanthera gigantea, Morus sp., Erythrina edulis, E. fusca, E. poeppigiana, Boehmeria nivea y Tithonia diversifolia. Existen otras investigaciones en Cratylia argentea, Malvaviscus penduliflorus, Spondias purpurea, Cnidoscolus aconitifolius, Cajanus cajan, Moringa oleifera, Hibiscus grandiflorus, Erythrina rubrinervia, Calliandra calothyrsus y Alnus acuminata.

Con respecto a los segundos, estos se basan en la tradición de los campesinos de combinar dos o más forrajes, y según Rosales (1999) la combinación de cultivos evita los riesgos del monocultivo. Las modalidades son heterogéneas, desde la simple asociación de dos arbustos en un solo estrato (G. sepium más M. alba), dos árboles en dos estratos (E. edulis más T. gigantea), una gramínea de corte y una arbórea (Axonopus scoparius más T. gigantea) y varias especies de plantas para fines forrajeros en diferentes formas y rangos de tiempo y espacio (rastreras trepadoras, arbustos y árboles). Otra modalidad es la de combinar los forrajes con plantas maderables, postes, leña, etc.

Con respecto a los huertos para asegurar la alimentación humana y animal, en ellos se intercalan cultivos de sorghum, frijol, boniato, tomate, etc., en los surcos de árboles con fines forrajeros.

A continuación se reseñan un conjunto de trabajos que incluyen diferentes formas de utilizarlas y su efecto en la producción de leche.

En Cuba los primeros trabajos desarrollados fueron con leucaena; así Senra (1982), al sustituir 4 kg/vaca/día de un concentrado comercial por 4,5 kg de forraje verde de L. leucocephala cv. Perú en el 50% y 100% de la ración a vacas Holstein que pastoreaban C. nlemfuensis (con una carga de 3,5 vacas/ha), no observaron diferencias en la producción de leche diaria.

La inclusión del forraje de leucaena en diferentes proporciones de la dieta de vacas lecheras, no presentó efectos en la producción ni composición de la leche cuando los consumos (expresados como porcentaje de leucaena en la dieta total) fueron de 6, 16, 20, 32 y 50% (Ruiz, Febles, Jordán, Castillo y Funes, 1995).

A pesar de elevar la concentración de la ración de 9,4 g PB/Mj EM hasta 116,3 g PB/Mj EM, la calidad de la leche no varió, pero apareció un mayor nivel de nitrógeno amoniacal, lo que indica la necesidad de suplir con energía para incrementar la productividad del rebaño en vacas de mayor potencial lechero.

En Morus sp. se han realizado hasta la fecha investigaciones sobre aspectos agronómicos, composición bromatológica, valor nutritivo, respuesta animal y conservación en forma de harina y ensilaje, entre otros (Martín, García, Reyes, Fernández, González y Milera, 2000). Además, se han llevado estas variedades a diferentes provincias del país, para evaluar su capacidad de adaptación a diferentes condiciones edafoclimáticas y hasta la actualidad no han presentado problemas.

En estas condiciones pueden obtenerse producciones de leche de 10,6 litros/vaca/día, si se suministra el 1% del peso vivo en vacas mestizas del cruce Holstein x Cebú con pastoreo de especies mejoradas (Milera, Martín, Ojeda, Arece, García y Lezcano, 2003).

En los trabajos donde se suministra forraje de leguminosas arbóreas se conoce que la respuesta a la suplementación depende, en gran medida, del tipo de leguminosa y la calidad de la dieta basal, de la forma de presentación del forraje ofrecido, así como de! nivel de oferta y de las interacciones con otros suplementos. No obstante, en la mayoría de los trabajos analizados las leguminosas tuvieron un efecto positivo en el rendimiento de leche por animal, pero la mayoría fueron diseñados para un corto período de duración, por cuanto se precisa de información complementaria a largo plazo.

 

2.2 Sistemas que emplean el banco de proteína en pastoreo

Existen diferentes definiciones sobre el banco de proteína.

Es una técnica de utilización de las leguminosas que consiste en sembrar el 20-30% del área total en explotación con una alta población de leguminosas arbustivas y/o volubles, puras o asociadas a gramíneas, con el objetivo de utilizarla como suplemento proteico en los sistemas de pastoreo (Milera, 1991).

Pezo e Ibrahim (1996) coinciden con esta definición, pero agregan que en el caso de las especies que posean, además, niveles altos de digestibilidad (por ejemplo, Morus sp.), se les denomina bancos energético-proteicos.

En el sistema de producción las respuestas en rendimiento de leche dependen de un conjunto de factores; entre los más importantes están: el potencial productivo de las vacas y el método de manejo y explotación empleado.

El potencial de un banco de proteína de leucaena (25%) en un área con P. maximum cv. Likoni, sin fertilización ni riego, durante 124 días en el período poco lluvioso (1981-1982), fue de 11,7 kg/vaca/día en la raza Holstein, cuando su entrada a la leguminosa fue manejada en días alternos y no se suministraron suplementos concentrados (Funes y Jordán, 1987).

Durante tres años Milera, Iglesias, Remy y Cabrera (1994) estudiaron el comportamiento de un sistema de producción que consistía en la utilización de un área de P. maximum cv. Likoni que tenía el 20% de! área dedicado a un banco de proteína de L. leucocephala cv. Perú y un control con la gramínea solamente. La gramínea fue fertilizada con 120 kg de N/ha/año y la leguminosa solo recibió 45 kg de P y K/ha, ambas sin riego. Se empleó una carga de 2,5 vacas/ha del cruce Holstein x Cebú. En el período lluvioso se segregó el 33 y 44% de las áreas de la gramínea en pastoreo para conservar, con una producción de ensilaje de 2,4 y 2,8 t/vaca para el tratamiento y el control, respectivamente, el cual se ofertó en el período poco lluvioso.

La producción de leche fue significativamente superior cuando se empleó la leguminosa (10,1 vs 9,6 litros/vaca/día), además de los ahorros en concentrado al compararlo con el control que solo disponía de la gramínea.

A escala comercial Lamela y Matías (1989) obtuvieron producciones de 9 L/vaca/día durante un año, en un área de P. maximum cv. Likoni con un banco de proteína que incluía leucaena y neonotonia sin riego. También en vaquerías comerciales, utilizando un banco de proteína de leucaena con 3 000 plantas/ha y P. maximum sin riego ni agrotóxicos, se alcanzaron producciones de 6,6 litros/vaca/día sin el uso de suplementos concentrados. Esta área produjo un 20% más de leche, que en otras unidades lecheras cercanas, que disponían de gramíneas solamente.

 

2.3 Sistemas asociados con pastos y árboles de la familia de las leguminosas

El manejo racional de una multiasociación, donde además de L. leucocephala con una densidad de 20 000 plantas/ha se incluyeron las leguminosas rastreras N. wightii, C. pubescens y T. labialis, así como Stylosanthes guianensis y las gramíneas P. maximum y Chloris gayana, tuvo un efecto positivo en la producción animal, la disponibilidad total de biomasa, la persistencia y el comportamiento de la biota edáfica. (Hernández et al., 1995). Los resultados de tres años de explotación con vacas mestizas de mediano potencial, sin riego ni agrotóxicos, utilizando un manejo flexible con el reposo necesario entre pastoreos para la recuperación de las especies, así como diferentes niveles de explotación donde las cargas fueron superiores a 2 vacas/ha. mostraron una producción de 8,9 litros/vacas/ha, una población de leguminosas de 52,2%, disponibilidad de materia seca promedio por hectárea de más de 4 t en cada rotación y el 64% de la biota estuvo constituida por oligoquetos (tabla 3).

En un sistema silvopastoril comercial manejado con 104 novillas Mambí, la disponibilidad de pastos y leucaena fue superior a las 3 t de MS/ha/rotación. El balance alimentario para las vacas en producción demostró que hubo un exceso de PB de 25% para la época de seca y de 38% para la lluvia; mientras que la energía metabolizable presentó deficiencias en ambas épocas, con 9% en la de seca y 1,4% en la de lluvia. La condición corporal de las hembras en el momento de la entrada al silvopastoreo fue de 3 y se mantuvo con un valor entre 3,2 y 3,3 desde el parto hasta los 240 días de lactancia, sin que se encontraran diferencias entre épocas. A los 30 días de lactancia los animales que entraron al sistema en lluvia produjeron significativamente más leche (P<0,001) que los que lo hicieron en seca (9,8 vs 8,3 kg/vaca/día, respectivamente). Sin embargo, a los 120 días de lactancia las vacas que entraron al sistema en seca produjeron más leche (P<0,01) que las que entraron en lluvia (9,2 vs 8,0 kg/vaca/día, respectivamente).

Además, se logró un peso de los terneros al nacer de 36,7 y 37,3 kg/animal para las vacas que entraron al silvopastoreo en lluvia y seca, respectivamente. Las hembras que entraron al sistema en seca tuvieron un IPS significativamente menor (P<0,05) a las que entraron en lluvia (107 vs 139 días, respectivamente). Sin embargo, el IPG fue similar para ambas épocas de entrada (152-167 días); mientras que el número de servicios por gestación fue significativamente inferior (P<0,01) para las hembras que entraron al silvopastoreo en lluvia (1,38) con respecto a las que lo hicieron en seca (1,75). Se obtuvieron ganancias por hectárea y por vaca de $4 055,60 y $2 684,70 pesos, respectivamente, y una relación beneficio-costo de $4,51 pesos (López, 2004).

En áreas que sólo contaban con pastos naturales de bajo valor nutritivo se utilizaron las especies L. leucocephala y Albizia lebbeck, así como N. wightii y gramíneas mejoradas (C. nlenfuensis y P. maximum). Actualmente se obtienen producciones de leche entre 6 y 10 litros/vaca/día, así como una disminución del porcentaje de vacas vacías y el índice de mortalidad (Simón, Lamela, Esperance y Reyes, 2005).

 

CONSIDERACIONES FINALES

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Anon. Estudios con animales. Memoria 20 Aniversario del Instituto de Investigación de Pastos y Forrajes. Ministerio de la Agricultura. La Habana, Cuba. p 30. 1989

2. Benavides, J.E. Integración de árboles y arbustos en los sistemas de alimentación para cabras en América Central: Un enfoque Agroforestal. El Chasqui (C.R.) 25:6. 1991

3. Cordero, J. & Boshier, D.H. (Eds.). Árboles de Centroamérica. Un manual para extensionistas. OFI/CATIE. Turrialba, Costa Rica. 1079 p. 2003

4. Esperance, M.; O'Donovan, P.B. & Perdomo, A. Sistemas de producción de leche a partir del pasto. I. Segregación de áreas para conservar como ensilaje y heno. Pastos y Forrajes. 1:115. 1978

5. Funes, F. & Jordán, H. Leche. En: Leucaena. Una opción para la alimentación bovina en el trópico y subtrópico. (Eds. T.E. Ruiz y G. Febles). EDICA. La Habana, Cuba. p.129. 1987

6. García-López, R.; Mora, E.; Elías, A.; García-Trujillo, R. & Alfonso, F. Evaluación comparativa de la saccharina húmeda (rústica) y la caña de azúcar fresca (aditivos) para la producción de leche en secano. Rev. cubana Cienc. agríc. 28:47. 1994

7. García-Trujillo, R. Potencial y utilización de los pastos tropicales para la producción de leche. En: Los pastos en Cuba. EDICA. La Habana, Cuba. Tomo II, p. 247. 1983

8. García-Trujillo, R. & Esperance, M. Comparación de tres sistemas básicos para la producción de leche en condiciones de secano. Resúmenes. V Seminario Científico Técnico de Pastos y Forrajes. EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. p. 88. 1982

9. González, A.; Fernández, P.; Bu, A.; Polanco, Carmen; Aguilar, R.; Dresdner, J. & Tansini, R (Eds.). La ganadería en Cuba: desempeño y desafíos. Instituto Nacional de Investigaciones Económicas. La Habana, Cuba. 287 p. 2004

10. Hernández, D.; Carballo, Mirta; Reyes, F. & Mendoza, C. Explotación de un sistema silvopastoril multiasociado para la producción de leche. Memorias. III Taller Internacional Silvopastoril "Los árboles y arbustos en la ganadería". EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. p. 214. 1998

11. Lamela, L. & Matías, C. Tecnología integral de manejo y alimentación con la hierba guinea en condiciones de secano. Informe de programa de tecnología integral para la producción de leche y carne. EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. (Mimeo). 1989

12. Lamela, L.; Pereira, E. & Silva, O. Evaluación comparativa de pastos para la producción de leche. I. Bermuda cruzada-1, bermuda callie y guinea SIH-127. Pastos y Forrajes. 7:395. 1984

13. Lavelle, P. Faunal activities and soil processes: adaptative strategies that determine ecosytem function. 15th World Congress of Soil Science. Vol 1: Inaugural and state of art conferences. Acapulco, México. p. 189. 1994

14. Lobo, J.M. & Veiga, C.M. 1990. Interés ecológico y económico de la fauna coprófaga en pastos de uso ganadero. Ecología. 4:313.

15. López, O. Caracterización del comportamiento productivo y reproductivo de vacas Mambí de primera lactancia en un sistema silvopastoril. Tesis presentada en opción al Título Académico de Master en Reproducción Animal. Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria. Universidad Agraria de La Habana, Cuba. 115 p. 2004

16. Martín, G.; García, F.; Reyes, F.; Fernández, I.; González, T. & Milera, Milagros. Estudios agronómicos realizados en Cuba en Morus alba. Pastos y Forrajes. 23:323. 2000

17. Martínez, R.O. Racionalización del uso de los concentrados para la producción lechera de vacas en pastoreo. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias. ICA-ISCAH La Habana, Cuba. 145 p. 1978

18. Milera, Milagros. Utilización del banco de proteína para la producción de leche. En: Memorias del curso "Pastoreo orgánico y utilización de forrajes en la alimentación de rumiantes en el trópico". Universidad de Colima, México. 1991

19. Milera, Milagros. Efecto de un manejo rotacional racional Voisin sobre el comportamiento del pastizal. Tesis presentada en opción al título de Master en Pastos y Forrajes. EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. 75 p. 1995

20. Milera, Milagros; Iglesias, J.; Remy, V. & Cabrera, N. Empleo del banco de proteína de Leucaena leucocephala cv. Perú para la producción de leche. Pastos y Forrajes. 17:93. 1994

21. Milera, Milagros; Martín, G.; Ojeda, F.; Arece, J.; García, D. & Lezcano, J.C. Potencial del forraje de Morera para la alimentación del ganado. Revista ACPA. 4:65. 2003

22. Murgueito, E.; Rosales, M. & Gómez, María E. (Eds.). Agroforestería para la producción animal sostenible. Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción, Colombia. 67 p. 2001

23. Pérez-Infante, F. & García Vila, R. Uso de la caña de azúcar en la alimentación del ganado en la época de seca. I. Efecto de la adición de urea en el consumo y producción de vacas lactantes. Rev. cubana Cienc. agríc. 9:109. 1975

24. Pezo, D.A. & Ibrahim, M. Sistemas silvopastoriles. Una opción para el uso de la tierra en sistemas ganaderos. I Foro Internacional. Veracruz, México. p. 18. 1996

25. Rosales, M. Mezclas de forrajes. Uso de la diversidad forrajera tropical en sistemas agroforestales. En: Agroforestería para la producción animal en América Latina. (Eds. M.D Sánchez y M. Rosales). FAO, Roma. p. 201. 1999

26. Ruiz, T.; Febles, G.; Jordán, H.; Castillo, E. & Funes, F. Alternativas de empleo de las leguminosas en la producción de leche y carne en el trópico. Resúmenes Seminario Científico Internacional XXX Aniversario ICA. La Habana, Cuba. p. 75. 1995

27. Sánchez, M.D. Panorama dos sistemas agroflorestais pecúarios na América Latina. En: Sistemas. agroflorestais pecúarios: opcoes de sustentabilidade para áreas tropicais e subtropicais. (Eds. M.M. Carvalho, M.J. Alvim y J.C. Carneiro). EMBRAPA Gado de Leite, Brasil. p. 9. 2001

28. Senra, A. Estudio sobre el número de cuartones por grupo para vacas lecheras en pastoreo. Tesis presentada en opción al grado de C.Dr. en Ciencias Veterinarias. ICA-ISCAH. La Habana, Cuba. 192 p. 1982

29. Senra, A & Ugarte, J. Producción de leche en los sistemas que se aplican en Cuba. Rev. cubana Cienc. agríc. 26:227. 1992

30. Simón, L. Impacto bioeconómico y ambiental de la tecnología del silvopastoreo racional en Cuba. En: Silvopastoreo: un nuevo concepto del pastizal. (Ed. L. Simón). EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. p. 203. 2005

31. Toral, Odalys. La utilización del germoplasma arbóreo forrajero. En: Silvopastoreo: un nuevo concepto del pastizal. (Ed. L. Simón). EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. p. 33. 2005

32. Voisin, A. Productividad de la hierba. Editorial Tecnos SA, Madrid. 423 p. 1963

 

 

 

Recibido el 10 de abril del 2006
Aceptado el 15 de mayo del 2006