ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Harinas de follajes tropicales: una alternativa potencial para la alimentación de especies monogástricas

 

Tropical foliage meals: a potential alternative for feeding monogastric species

 

 

 

Lourdes Savón1, Odilia Gutiérrez1, F. Ojeda2 e Idania Scull1

1 Instituto de Ciencia Animal. km 47½. San José de las Lajas. La Habana, Cuba E-mail:lsavon@ica.co.cu
2Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba E-mail:FOjeda@indio.atenas.inf.cu

 

 

 


RESUMEN

La utilización de harinas de follajes de plantas tropicales, en sustitución parcial o total de las proteínas provenientes de los cereales para la alimentación de los monogástricos, es una de las estrategias más investigadas en la actualidad, debido a la ventaja que representa disponer de fuentes autóctonas de alimentos y poder reducir los costos, con lo que disminuyen las importaciones. Los estudios efectuados en cinco plantas: una arbustiva, morera (Morus alba); una arbórea, trichantera (Trichantera gigantea) y tres leguminosas temporales (Canavalia ensiformis, Stizolobium niveum y Lablab purpureus), indican que la morera y la trichantera fueron las más promisorias, ya que presentaron los mejores indicadores nutricionales, físicos y fitoquímicos. Dada la importancia que tienen los métodos prácticos para la obtención de las harinas, en esta mesa redonda se proporcionan los elementos técnicos imprescindibles para su elaboración. Se sugiere que, mediante estudios con animales, se continúe profundizando en las características nutricionales y antinutricionales de las harinas de follajes tropicales para encontrar las vías más idóneas de contrarrestar o corregir sus efectos negativos y aprovechar mejor sus efectos positivos

Palabras clave: Alimentación, animales, harina de hojas.


ABSTRACT

The use of meals from tropical plant foliages, in partial or total substitution of the proteins from cereals for feeding monogastric species, is one of the most researched strategies nowadays, due to the advantage of having autochthonous sources of feedstuffs and thus being able to reduce costs, with which imports decrease. The studies carried out in five plants: a shrub, mulberry (Morus alba); a tree, Trichantera gigantea and three temporary legumes (Canavalia ensiformis, Stizolobium niveum and Lablab purpureus), indicate that mulberry and T. gigantea were the most promising, as they showed the best nutritional, physical and phytochemical indicators. Given the importance of the practical methods for obtaining the meals, this round table provides the essential technical elements for their elaboration. To study further, through trials with animals, the nutritional and antinutritional characteristics of the meals from tropical foliages, is suggested in order to find the best ways of counteractitng or correcting their negative effects and better utilizing their positive effects.

Key words: Feeding, animals, leaf meal.


 

 

INTRODUCCION

La utilización de fuentes fibrosas en la alimentación de especies monogástricas constituye, en la actualidad, una estrategia muy apropiada para lograr sistemas de producción socialmente deseables y económicamente viables, que contribuyan a la preservación de la diversidad biológica y que no compitan con el hombre (CIPAV, 1999; FAO, 1999; Sarría, 2003).

Las investigaciones realizadas en Cuba por Díaz (2000) indicaron la posibilidad de utilizar las harinas de follaje de leguminosas temporales en las raciones de aves y cerdos. Por otro lado, en los últimos años en los países tropicales ha cobrado gran importancia la introducción de follajes de árboles y arbustos en la alimentación de monogástricos, basada en su disponibilidad local y su composición bromatológica, como han demostrado los trabajos desarrollados en Venezuela por Nieves, Alvarado y Morales (1999). Sin embargo, según Savón (2002) la composición bromatológica no refleja el valor nutritivo potencial de estas fuentes, que depende, entre otros factores, de la composición química, la calidad nutritiva de la fracción fibrosa y la presencia de factores antinutricionales, aspectos muy poco estudiados y en ocasiones desconocidos. Esto permite predecir sus efectos en las funciones gastrointestinales y metabólicas del organismo animal, lo que contribuye a lograr formulaciones más adecuadas en la ración y redunda en un mejor comportamiento productivo.

De acuerdo con lo anterior, los resultados muestran la evaluación integral de las potencialidades de cinco harinas de follaje para la alimentación de monogástricos: una arbustiva, morera (Morus alba); una arbórea, trichantera (Trichantera gigantea); y tres leguminosas temporales: canavalia (Canavalia ensiformis), mucuna (Stizolobium niveum) y dolicho (Lablab purpureus); además, se describe la tecnología para la obtención de harinas a partir de follaje en las especies M. alba y Albizia lebbeck.

 

RESULTADOS

 

Caracterización nutricional de harinas de follaje

 

Composición bromatológica y mineral

La composición bromatológica de las harinas de follaje indica que la proteína verdadera constituyó el 87 y 83% de la proteína bruta en morera y trichantera; mientras que en las leguminosas fue de 92,1; 98,7 y 94,4% para canavalia, dolicho y mucuna, respectivamente. Es de destacar el elevado contenido de ceniza en la trichantera, debido a las altas concentraciones de calcio (Rosales, 1997). Esta característica es propia de la familia Acanthacae, a la que pertenece la trichantera, y se explica por la presencia de cistolitos en las hojas. Con relación al extracto etéreo, morera y mucuna tuvieron altos valores de este indicador. En general, la composición bromatológica de las leguminosas coincidió con la informada por Díaz, González, Padilla y Curbelo (2002), y la de morera y trichantera con la obtenida por Rosales (1997) y Sarría (2003).

En relación con la composición mineral, se confirmó el elevado contenido de Ca en la trichantera y además las altas concentraciones de Mn que aportan el dolicho y la mucura, que pudieran resultar suficientes para cubrir las necesidades de este microelemento durante el período de concepción y gestación de la hembra de las diferentes especies y categorías (tabla 1).

 

Calidad nutritiva de la fracción fibrosa

El fraccionamiento fibroso (FDN, FDA, lignina, celulosa y hemicelulosa) mostró valores similares para morera y trichantera, que a su vez difirieron de las leguminosas (tabla 2). En estas últimas prácticamente se duplicaron las cifras de los indicadores evaluados, sobre todo en mucuna para la lignina y la celulosa, que son poco degradadas por los cerdos (Noblet y Le Goff, 2001).

Los valores de FDN tuvieron el mismo comportamiento y oscilaron entre 62,61 y 71,78% para las leguminosas, en tanto que sólo alcanzaron 39,5 y 40,10% para morera y trichantera, respectivamente.

 

Propiedades físicas de la fracción fibrosa

El análisis de las propiedades físicas mostró diferencias (P<0,001) para las harinas de follaje (tabla 3). La solubilidad de las fuentes analizadas disminuyó con el incremento de la lignina (tabla 2). Con excepción de la morera, se observó que el aumento del volumen fibroso (fibrosidad) condujo a una disminución de la solubilidad de las fuentes analizadas y a un incremento de la capacidad de retención de agua. Así, la menor solubilidad y mayor capacidad de retención de agua de la fibra de las leguminosas pudiera favorecer la hidrólisis de las enzimas celulasas en el tracto digestivo de los animales monogástricos.

Al respecto, Casper (2001) planteó que la calidad de la fuente fibrosa se puede modificar considerablemente por sus propiedades físicas, independientemente de su composición química (Bach Knudsen, 2001); dichas propiedades pueden influir en la predicción de las funciones del tracto gastrointestinal de los animales (Southgate, 1998).

Las fuentes analizadas mostraron una mayor capacidad amortiguadora frente a los ácidos que frente a las bases. Debe señalarse la elevada capacidad amortiguadora ácida de la trichantera, que casi duplicó el valor obtenido por el dolicho. Ello significa que de todas las harinas de follaje estudiadas, trichantera es la que más puede contribuir a mantener las condiciones de pH en el medio y en el tracto gastrointestinal (TGI) de las especies monogástricas. Esto tiene una gran importancia, ya que durante el proceso de digestión en el TGI de los monogástricos hay un cambio de pH desde muy ácido (pH 1) hasta cerca de la neutralidad (pH 6,8-7,2).

Trichantera (0,33) y canavalia (0,36) presentaron los menores valores del tamaño medio de las partículas, en tanto que fue de 0,51 para mucuna. Una reducción en el tamaño de las partículas o en el volumen disminuye la velocidad de tránsito de la digesta en el tracto gastrointestinal de los monogástricos y posibilita una mayor acción de las enzimas digestivas y, por ende, un mejor aprovechamiento de los nutrientes por el animal.

Una reducción en el tamaño de las partículas incrementa el área superficial por unidad de peso y, por consiguiente, la capacidad de atrapar iones del ciego de los conejos. Lo anterior se pudiera confirmar, teniendo en cuenta la elevada capacidad amortiguadora ácida de trichantera (P<0,001) con respecto a las otras harinas de follaje analizadas. Estos resultados sugieren una buena calidad nutricional de la fracción fibrosa de trichantera.

 

Análisis de componentes principales de la composición bromatológica, fraccionamiento fibroso y propiedades físicas

El análisis de componentes principales de la composición bromatológica reveló una matriz rotada de dos factores que explican el 86% de la variabilidad, donde todos los indicadores, excepto el error estándar, se consideran variables principales. Con relación al fraccionamiento fibroso, la matriz rotada tiene una variabilidad de 96,1% y todas las variables, menos la lignina, son fundamentales para el análisis bromatológico. En la tabla 4 se muestra el análisis de componentes principales, que explican el 85,7% de variabilidad para las propiedades físicas. Esto indica que todas las variables, con excepción de la solubilidad, son necesarias para estas determinaciones.

 

Tamizaje fitoquímico y cuantificación de taninos

El tamizaje fitoquímico de varias harinas de follajes tropicales mostró una elevada presencia de taninos y alcaloides en la harina de follaje de S. niveum, en tanto que en la de Morus alba var. Cubana abundaron saponinas y triterpenos (tabla 5).

Con relación a los taninos condensados, es de destacar su elevado contenido en la canavalia. Los taninos son los factores antinutricionales más abundantes y pueden producir disminución en el consumo e interferir en los procesos digestivos, sobre todo en la utilización de la proteína.

 

Contenido de azúcares y oligosacáridos

Se determinó el contenido de azúcares y, por primera vez, el de oligosacáridos en las harinas de follajes tropicales. Es de destacar el elevado contenido de carbohidratos solubles (sacarosa, glucosa y fructosa) y la presencia de rafinosa. Esto tiene gran importancia, ya que los oligosacáridos (como la rafinosa) tienen un efecto "prebiótico", a bajas concentraciones, en la composición y actividad metabólica de la flora intestinal. Además, entre sus ventajas está la de incrementar las respuestas inmunes y la biodisponibilidad de minerales, así como disminuir los riesgos de enfermedades cardiovasculares, entre otros. Los resultados expuestos sugieren de las harinas de follaje de morera y trichantera e indican la necesidad de realizar estudios de utilización digestiva que así lo demuestren.

 

Tecnologías de conservación de arbóreas para la confección de harinas

Para lograr un óptimo aprovechamiento de los excedentes de biomasa producidos en primavera, hay que conservar el material verde en las mejores condiciones posibles, de manera que permita su utilización a largo plazo sin perder su valor nutricional.

Existen varias técnicas y métodos de conservación; los más empleados en Cuba son: el ensilaje, ya sea con forraje fresco o presecado y utilizando o no aditivos químicos y biológicos, y el heno. Hasta el presente la mayor experiencia de preservación se acumula en los forrajes, no así en las plantas arbóreas donde los avances han sido más teóricos que prácticos, por lo que existen grandes lagunas en el conocimiento de cómo efectuar estos procesos.

La ventaja que tiene la conservación del follaje de los árboles en forma deshidratada radica en que una vez transformados en harinas, pueden ser incluidas en una gran diversidad de suplementos, debido a su textura, además de permitir su almacenaje por largos períodos de tiempo sin afectar su valor nutritivo.

También se ha intuido que mediante el empleo de la tecnología de fabricación de harina, se puede ayudar a mejorar el consumo de la biomasa producida por algunas arbóreas que son poco palatables en estado fresco.

De acuerdo con las principales investigaciones realizadas hasta el presente, el mayor interés se ha centrado no tanto en el rendimiento productivo de las plantas, sino más bien en sus altos contenidos proteicos, de manera tal que las harinas obtenidas puedan ser utilizadas como suplemento proteico, combinadas con otras materias primas o sustituyendo de forma parcial los concentrados de cereales.

Un ejemplo del potencial nutricional de cuatro plantas arbóreas se muestra en la tabla 6, donde se aprecia que estas poseen mayores contenidos de proteína y de fibra bruta, y menores tenores de energía metabolizable que los concentrados tradicionales.

La fabricación de harinas de plantas arbóreas lleva implícito un grupo de actividades no usuales en los sistemas ganaderos, ya que se parte del principio de que este alimento se producirá a partir de los propios recursos de la explotación y sus plantaciones establecidas, ya sea en los pastoreos o en áreas especialmente diseñadas para lograr un excedente de follaje durante el período lluvioso o en todo el año. Los requerimientos para su obtención se describen a continuación.

 

Obtención del forraje verde

El follaje verde de las plantas arbóreas, en la mayoría de los casos, tiene que procurarse de forma manual, aspecto que va en detrimento de los potenciales de productividad por hombre empleados en esta actividad.

No menos importante resulta el hecho que durante la recolección en las ramas se encuentra, además de la parte comestible (hojas y tallos tiernos), la parte leñosa, la cual aporta poco a la nutrición animal y dificulta la confección de la harina.

Para solucionar esta dificultad existen dos posibilidades: extraer el follaje cuando aún la planta está verde o después que se ha deshidratado. De acuerdo con la experiencia, el procedimiento que se seguirá está en dependencia de la especie arbórea que se utilice.

Por ejemplo, Leucaena leucocephala tiene la particularidad de que cuando se deshidrata, sus hojas caen espontáneamente mediante simples movimientos de golpeo; mientras que Albizia lebbeck y Gliricidia sepium mantienen sus hojas, por lo que en estas especies se recomienda hacer la separación en fresco.

En el caso de la morera se recomienda secar la planta entera y ya en esta condición, introducirla en una bolsa resistente y caminar sobre ella. Esta acción permite separar las hojas de los tallos leñosos (López, O. y Montejo, I., comunicación personal).

A diferencia de los forrajes de gramíneas, la capacidad de rebrote de los árboles es limitada, lo que obliga a períodos de recolección más espaciados.

Martín (2004) recomienda, para la morera fertilizada a razón de 300 kg de N/año, frecuencias de corte de 60 días en la época de lluvia y de 90 días en el período seco, con rendimientos anuales de 8,2 t de MS/año; mientras que Francisco (2003) sugiere emplear frecuencias de 90 días para A. lebbeck, con producciones de 2,5 t de MS/ha. Funes (1980) planteó que, en Cuba, L. leucocephala alcanza hasta 19,5 t de MS/ha/año.

En general, son pocas las investigaciones que se han efectuado sobre este aspecto en Cuba, lo que sugiere que cada nueva planta de interés para la confección de harinas deberá ser estudiada antes de ser recomendada.

 

Tecnología para el secado

La deshidratación del forraje puede ser llevada a cabo directamente al sol o con el empleo de secadores artificiales.

La deshidratación al sol es una forma natural de procesar la biomasa producida por los árboles y tiene como ventaja lo económico que resulta aprovechar las radiaciones solares, sin otro gasto adicional de combustible que no sea el del traslado del material que se va a procesar. Sin embargo, tiene la desventaja de estar sujeto a los cambios climáticos que son muy variables y frecuentes, sobre todo en la época de lluvia.

Cuando la planta se encuentra en el proceso de secado pierde su protección natural ante la humedad externa, por lo que en el caso de ser mojada por la lluvia se produce una absorción de agua muy difícil de volver a eliminar y que, además, promueve la proliferación de hongos y la putrefacción.

La deshidratación artificial tiene la desventaja que siempre implica consumir energía eléctrica o fósil, además de que requiere la construcción de instalaciones costosas, lo cual hace imprescindible una inversión financiera inicial elevada. No obstante, ofrece la garantía de facilitar el procesamiento de grandes volúmenes de forraje verde en poco tiempo, así como permitir la conservación de los forrajes sin riesgo de que se pierdan por las inclemencias del tiempo.

Una solución intermedia es utilizar secadores solares donde el gasto de energía es mínimo, solo la imprescindible para mantener la temperatura de calentamiento prefijada durante la noche. En los países tropicales como Cuba, donde predominan las altas temperaturas ambientales y los días con radiación solar directa, constituye una opción atrayente.

Las instalaciones para el empleo de este tipo de secadores son menos sofisticadas y permiten utilizar variantes que implican el gasto de pocos recursos.

 

· Molino de cuchillas

Los molinos para la fabricación de harinas de plantas arbóreas deben ser de cuchillas, de manera que permitan triturar las partes leñosas que siempre están presentes en las partes comestibles.

Para ejecutar este paso es imprescindible asegurarse de que el follaje esté lo suficientemente seco como para evitar roturas en el molino y pérdidas por enmohecimiento de la harina debido al exceso de humedad.

Por ello, se recomienda que el molinado se efectúe dentro de las primeras 24 horas después de la deshidratación del follaje.

La capacidad del molino está en dependencia de las necesidades de harina que se utilizará, pero se considera suficiente 100 kg/hora.

 

· Sistema de mezclado

El carácter polvoriento y los factores antinutricionales presentes en las harinas hacen que su aceptación por parte los animales, de manera directa, sea limitada. Por ello, es necesario incorporar algún elemento que mejore su palatabilidad y densidad. Una solución puede ser mezclarlas con miel final de caña de azúcar, con lo cual se logra, además, incrementar su contenido energético, nutriente que de forma general siempre está en déficit en las raciones donde se emplean.

Esta adición oscila entre el 3 y 5%, aunque se debe tener en cuenta que la presencia excesiva de elementos con altos contenidos de azúcares puede inducir fermentaciones indeseables y deteriorar el alimento, por lo que no se recomienda, una vez incorporada la miel final, hacer grandes producciones que impliquen tiempos prolongados de almacenamiento.

Las investigaciones realizadas hasta el presente no recomiendan utilizar las harinas de plantas arbóreas como único alimento, sino como sustituto parcial de los concentrados de cereales o junto a otros componentes de la suplementación.

Los sistemas más utilizados son los que emplean el procedimiento de tornillo sinfín o las mezcladoras rotatorias, aunque los primeros son los más eficientes.

Durante el proceso de mezclado es factible incorporar otros componentes de interés zootécnico en la dieta, como pueden ser sales minerales, antibióticos y buferantes, los cuales son más fáciles de distribuir y suministrar una vez incorporados al alimento integral.

 

· Peletizadora

La inclusión de una peletizadora en la fabricación de harinas obedece a varias razones; cuando se ofrece a los animales un alimento en forma de pellet, se garantiza una mejor aceptación de la harina y se facilita el suministro y almacenaje del alimento. En el caso de los monogástricos también resulta conveniente por sus hábitos de consumo.

No obstante, cuando no se dispone de este equipo existe la posibilidad de ofrecer las harinas en otra forma de presentación, realizando las mezclas de forma semimecanizada o manual, aunque la eficiencia de aprovechamiento y de consumo es menor.

 

Potencial nutricional de las harinas de plantas arbóreas

 

Morus alba

La deshidratación de la planta entera de morera al sol constituye el procedimiento más apropiado, con respecto a su secado una vez troceada o en condiciones de sombra. En estas condiciones la morera manifiesta una baja resistencia a la deshidratación y su secado se alcanza, aproximadamente, en 16 horas sol.

La harina de morera posee mayores valores de proteína que los concentrados convencionales y algunas harinas de oleaginosas. No obstante, es necesario realizar evaluaciones de inclusión en dietas para rumiantes con el fin de verificar sus respuestas productivas.

La harina de morera también se perfila como una buena opción para ser incluida en la fabricación de concentrados para monogástricos, debido a su bajo porcentaje de fibra, especialmente cuando se obtiene a partir de las hojas (tabla 7).

Las harinas de follaje de arbóreas se han utilizado como componente proteico de los bloques multinutricionales y se han obtenido buenos resultados, al sustituir a los concentrados convencionales.

Se realizó un estudio en conejos de ceba, cuya dieta consistía en forraje verde de morera y guinea en proporciones de 70:30, y acceso a voluntad a un bloque multinutricional que tenía un 25% de harina incorporada y presentaba una buena composición bromatológica (tabla 8). El consumo aproximado fue de 15 g/conejo/día; las ganancias de peso fueron de 16 g/día en animales entre 60 y 90 días de edad, y se corresponden con las esperadas para este tipo de crianza. No se presentaron problemas metabólicos. Esta dieta permitió prescindir del concentrado que normalmente se emplea en la ceba de conejos.

 

En una investigación dirigida a utilizar la harina de hojas de morera peletizada como sustituto del concentrado comercial en la ceba cunícula, se evaluados cuatro tratamientos (tabla 9).

Se ofreció la ración total de 100 g de alimento concentrado y forraje de guinea likoni a voluntad. En cuanto a los resultados bromatológicos, tanto el concentrado como la harina de hojas de morera presentaron un alto nivel de proteína bruta y fue muy bajo el del forraje ofrecido (tabla 10).

 

Las ganancias obtenidas (tabla 11) indican que es factible sustituir entre el 25 y 50% del concentrado cunícula por pellet de harina de hojas de morera.

Con el objetivo de evaluar la ganancia diaria de peso, el consumo de alimento, la conversión, la calidad de la canal y el costo de producción en cerdos en crecimiento y finalización, alimentados con niveles crecientes de harina de hojas de morera en la ración, se evaluaron los siguientes tratamientos: No se encontró efecto significativo en la ganancia diaria de peso y la conversión alimenticia por efecto de los tratamientos, aunque la mayor ganancia de peso fue para el T4 y la menor para los animales que consumieron morera fresca molida (tabla 12).

En este estudio se concluye que es factible incluir hasta 15% de harina de hojas de morera en la ración de cerdos en la etapa de crecimiento y 20% en la etapa de engorde, así como alimentar los cerdos con hojas de morera frescas y picadas, a voluntad, más concentrado a razón del 2,5% del PV del animal, lo cual permite obtener cerdos magros.

 

Albizia lebbeck

Cuando la albizia se suministra como forraje verde, presenta poca aceptación por parte de los animales; sin embargo, en forma de heno se aprecian mejoras en el consumo y en la digestibilidad de la fibra bruta, y afectaciones menores en la digestibilidad de la proteína bruta si el heno se confecciona en la época de lluvia (Santana, Soca, Simón y Cáceres, 1998), lo que sugiere que mediante este procedimiento es posible incrementar su valor nutritivo.

Por las características intrínsecas de esta arbórea, que es caducifolia durante el período seco, resulta estratégico efectuar podas escalonadas a partir del mes de diciembre, con el objetivo de evitar la caída de las hojas y promover el rebrote de hojas y tallos jóvenes en el período de escasez (Francisco, Simón y Soca, 1998).

Los cortes a finales del período lluvioso (septiembre) permiten obtener aproximadamente 2 448 kg de MS/ha, con una densidad de 10 000 árboles/ha e intervalos de 90 días, material comestible que de otra forma se perdería (Francisco, 2002).

Un estudio realizado para comparar la deshidratación al sol directamente o dentro de un secador solar rústico con ventilación forzada, demostró que hubo una disminución más marcada en el peso de las hojas expuestas al sol, que en las deshidratadas dentro del secador solar durante las primeras horas de exposición. Sin embargo, al tercer día las pérdidas de peso casi se igualaron (fig. 1).

La composición química de la harina de albizia no se afectó por el sistema de secado, y puede considerarse adecuada (tabla 13).

Los resultados de esta investigación demostraron la posibilidad de obtener un alimento de calidad mediante la deshidratación de A. lebbeck y que es factible el empleo de las dos tecnologías desde el punto de vista nutricional.

En una investigación desarrollada para determinar el efecto de la suplementación con harina de legumbres de A. lebbeck en la producción de leche, se evaluaron cuatro tratamientos: A) harina de albizia + 15% de melaza; B) harina de albizia 50% + sacharina 50%; C) harina de albizia 25% + sacharina 75%; y D) concentrado comercial. Las vacas recibieron el suplemento a razón de 2 kg diarios, uno en cada ordeño, y pastorearon en un grupo común donde tuvieron acceso a una disponibilidad entre 15 y 22 kg de MS/vaca/día.

Se hallaron diferencias significativas entre los tratamientos cuando el nivel de suministro de sacharina sobrepasó el 50%.

Los resultados sugieren que la harina de las legumbres secas de albizia, en las proporciones utilizadas, ofrece perspectivas como suplemento para vacas lecheras.

 

CONCLUSIONES

· Los contenidos de proteína verdadera y el fraccionamiento fibroso de las harinas están determinados por la especie utilizada y los valores mayores les correspondieron a las leguminosas temporales.

· La trinchantera presentó los índices más elevados de capacidad amortiguadora ácida, aspecto que sugiere una buena calidad nutricional a su fracción fibrosa.

· El tamizaje fitoquímico indicó la presencia de varios compuestos antinutricionales en las harinas, con porcentajes elevados de taninos condensados en la canavalia, factor señalado como limitante en el consumo de este tipo de alimento.

· La confección de harinas de follajes tropicales es una actividad tecnológicamente factible, tanto a mediana como a gran escala.

 

RECOMENDACION

· Se sugiere que, mediante estudios con animales, se continúe profundizando en las características nutricionales y antinutricionales de las harinas de follajes tropicales para encontrar las vías más idóneas de contrarrestar o corregir sus efectos negativos y aprovechar mejor sus efectos positivos.

 

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