ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Nota técnica: Efecto de la inclusión de morera (Morus alba) en la producción de leche

 

 

 

E. Casanovas, A. Carranza, C. Caballero, R. Novoa y R. Valera
Universidad de Cienfuegos, Centro de Estudio para la Transformación Agraria Sostenible (CETAS),Carretera a Rodas, Cuatro Caminos, Cienfuegos, CP 59430, Cuba
E-mail:encaco@fmec.ucf.edu.cu

 

 

 


RESUMEN

El experimento se realizó en la vaquería de ordeño mecanizado San Ignacio 5, perteneciente a la UBPC «San Nicolás» del municipio Rodas, provincia de Cienfuegos. Se evaluó la suplementación con dos niveles de morera (Morus alba) en vacas lecheras del genotipo mestizas Siboney de mediano potencial lechero, durante 33 días: 12 días de adaptación y 21 días de evaluación. Se formaron tres grupos de cinco vacas cada uno, homogéneos por la producción de leche, el peso vivo (444 kg) y los días de lactancia (36 días); el grupo A consumió la dieta basal: pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), king grass var. CT 115 (Pennisetum purpureum cv. King grass), miel final, urea y sal mineral; el grupo B: dieta basal + morera en base seca (BS) al 0,10% del PV; y el grupo C: dieta basal + morera en BS al 0,20% del PV. Se obtuvo un incremento en la producción de leche en los tratamientos B (0,56 kg) y C (2,12 kg) con respecto al A; este indicador presentó diferencias significativas (P<0,05) en C al compararlo con A. Los indicadores de salud investigados estuvieron, en todos los tratamientos, dentro de los valores fisiológicos para la categoría y no se presentaron variaciones sustanciales. Se concluye que la inclusión de morera fresca al 0,20% (en base seca) del peso vivo incrementó la producción de leche; además, la suplementación fue factible económicamente.

Palabras clave: Morus alba, producción lechera.


ABSTRACT

The trial was carried out in the mechanical milking dairy San Ignacio 5, belonging to the UBPC (Basic Unit of Cooperative Production) «San Nicolás» from Rodas municipality, Cienfuegos province. Supplementation with two levels of mulberry (Morus alba) in dairy cows from the Siboney half-breed genotype of medium dairy potential, was evaluated during 33 days: 12 days of adaptation and 21 days of evaluation. Three groups of five cows each were formed, the groups were homogeneous regarding milk production, live weight (444 kg) and lactation days (36 days); group A consumed the basal diet. Cynodon nlemfuensis, king grass var. CT 115 (Pennisetum purpureum cv. King grass), final molasses, urea and mineral salt; group B was fed basal diet + mulberry on dry base (DB) at 0,10% of LW; and group C consumed basal diet + mulberry on DB at 0,20% of LW. An increase in milk production was obtained in treatments B (0,56 kg) and C (2,12 kg) as compared to A; this indicator showed significant differences (P<0,05) in C with regards to A. The health indicators studied were, in all treatments, within the physiological values for the category and no substancial variations were present. The inclusion of fresh mulberry at 0,20% (on dry base) of live weight was concluded to increase milk production; besides, the supplementation was economically feasible.

Key words: Morus alba, milk production.


 

 

INTRODUCCIÓN

La ganadería lechera actual en nuestro país necesita de un desarrollo sostenible, en el cual los incrementos de las producciones estén basados en la eficiencia económica y en la sustitución de concentrados y otros productos importados, por pastos y forrajes de elevada calidad y pocas exigencias culturales.

Dentro de los sistemas promisorios para un desarrollo sostenible se encuentran los sistemas silvopastoriles (Benavides, 1995; Pezo e Ibrahim, 1998; Simón, 2000), con la incorporación de arbóreas en diferentes modalidades por su uso. La morera (Morus alba) ha sido evaluada en la alimentación de los rumiantes con buenos resultados (Oviedo y Benavides, 1994; Oviedo, 1995), ya que ofrece un forraje con altos contenidos de proteína (Benavides, 1996;González, Ortega, Cáceres y Arece, 1999; Maldonado, Grande, Aranda y Pérez-Gil, 2000) y minerales (Benavides, 1996; Shayo, 1997; Espinoza y Benavides, 1999), además de tener buena producción de biomasa comestible y alta palatabilidad (Martín, García, Reyes, Hernández, González y Milera, 2000).

En una de las vaquerías de la UBPC «San Nicolás» del municipio Rodas, con sus áreas de pastos acuartonadas, se ha comprobado mediante los balances alimentarios que el déficit de proteína en los pastos es una limitante para el incremento de la producción de leche, la cual no ha sobrepasado los 6,5 kg vaca-1 como promedio en ordeño. Teniendo en cuenta los aportes nutritivos de la morera y la existencia de un área con este cultivo en la vaquería #5, se planteó como objetivo determinar la respuesta en producción de leche con dos niveles de inclusión de morera fresca en la dieta, además de evaluar la hemoglobina y la proteína total como indicadores de la salud.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El experimento se realizó en la vaquería de ordeño mecanizado San Ignacio #5 perteneciente a la UBPC «San Nicolás», del municipio Rodas (provincia de Cienfuegos), ubicada en un suelo Pardo sin carbonatos típico, de textura arcilla ligera, topografía ligeramente ondulada (4%) y poca profundidad efectiva (30-40 cm) (Academia de Ciencias de Cuba, 1979).

La superficie destinada al pastoreo del grupo de alta se encontraba dividida en cuartones de 0,9 hectáreas, con una población de pasto king grass CT-115 (Pennisetum purpureum cv. King grass) y pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), que se utilizaba con una carga global de 2,22 vacas hectárea-1 y un tiempo de reposo de 30 días. La disponibilidad de los pastos era de 20 kg y 10 kg animal día-1, respectivamente. La morera ofrecida se cortó de un campo de la vaquería de 0,25 ha, con una edad de 18 meses de plantada y una densidad de 25 000 plantas ha-1, sin fertilización ni riego durante su período de establecimiento.

El experimento comenzó con un período de adaptación al consumo de la morera de 12 días y un período experimental de 21 días. Se tomaron 15 vacas mestizas del Siboney, con tres partos o más, entre 30 y 60 días de lactancia (promedio de 36 días), homogéneas por su producción de leche por día y peso vivo (promedio de 444 kg), las cuales fueron distribuidas en tres grupos en un diseño completamente aleatorizado, donde cada grupo fue un tratamiento y cada vaca una unidad experimental. Los tratamientos fueron:

A) Testigo, consumo de la dieta basal
B) Morera en base seca al 0,10% del peso vivo + dieta basal
C) Morera en base seca al 0,20% del peso vivo + dieta basal

La dieta basal estuvo compuesta por pasto estrella, king grass CT-115, miel final (1,0 kg), urea (0,04 kg) y sal mineral (0,08 kg).
La morera fresca se ofreció por la mañana, inmediatamente después del ordeño. Se tuvo en cuenta el rechazo cada 7 días para obtener el consumo real. El balance nutricional instantáneo se realizó a partir de los análisis de la composición química de los alimentos (AOAC, 1980) realizados en el laboratorio de bromatología de la Estación de Barajagua, Cienfuegos. Los indicadores hematoquímicos se analizaron en el Laboratorio Provincial de Diagnóstico Veterinario.
Se analizaron en cada grupo los siguientes indicadores:

· Producción de leche, kg
· Hemoglobina, g/% (metódica de Sahli)
· Proteína total, g/% (refractometría)

Para la valoración económica se emplearon las técnicas de presupuestación de capital establecidas, el valor presente neto (VNA), el índice de rentabilidad (IR) y la tasa interna de retorno (TIR).

Se partió de un rendimiento por hectárea de 55,0 t de biomasa comestible de morera, capaz de suplementar 30 vacas días con la dosis encontrada para incrementar la producción de leche en 2,12 kg día-1. Se tomó el precio mínimo de venta de 1 kg de leche en el año del experimento, que fue de $0,85, y el período de establecimiento del cultivo (18 meses), por lo que se consideró un período de aplazamiento de 6 meses. Se consideraron gastos adicionales por concepto de salario y otros gastos (distribución de estiércol, avituallamiento, útiles y herramientas) por valor de $2 827,56 y $663,60 anuales, respectivamente.

Los resultados se procesaron por el paquete estadístico SPSS versión 10.0 y se realizó un análisis de varianza con la comparación entre medias por Duncan para un nivel de significación de P<0,05.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los valores de la composición bromatológica fueron superiores en la morera con respecto a las gramíneas utilizadas en el pastoreo. Es de destacar el mayor valor de proteína bruta hallado en el presente trabajo, con respecto a los de otros autores (González, Ortega, Arece y Cáceres, 2001; González y Cáceres, 2002), debido al predominio de hojas en la morera (tabla 1).

En cuanto a la producción de leche, existió un efecto positivo por la inclusión de la morera fresca como suplemento en la dieta de las vacas. Los tratamientos B y C presentaron aumentos de 0,56 kg (8,6%) y 2,12 kg (32,3%), respectivamente. Se obtuvo diferencias significativas (P<0,05) a favor del tratamiento C con respecto al A al final de la evaluación (tabla 2).

Roa, Muñoz, Galeano y Céspedes (2000), cuando utilizaron como suplemento en uno de sus tratamientos el forraje de morera al 1,0% (en base fresca) del peso vivo, en vacas de similar producción de leche, obtuvieron incrementos en relación a las que solo consumieron la dieta basal de pasto estrella y king grass.

Como era de esperar, el aumento de la producción de leche en el presente experimento se debió al mejor balance nutricional a medida que aumentó la inclusión del forraje de morera. El balance alimentario mostró una mayor disponibilidad de MS, EM y PB, por 100 kg de peso vivo para el tratamiento C, que superó al A en 107,0; 111,6 y 127,0%, respectivamente. En condiciones de trópico húmedo Oviedo (1995), al sustituir el concentrado por forraje de morera a razón de 1,03% de su peso vivo en vacas lecheras, no obtuvo diferencias significativas, lo que demuestra el alto valor nutritivo de esta arbórea. Esquivel, Benavides, Hernández, Vasconcelos, González y Espinoza (1996) y Hernández, Esquivel, Benavides, Vasconcelos, González y Espinoza (1999) realizaron experimentos similares, al sustituir una parte del concentrado por forraje de morera, pero en vacas de mayor potencial genético, y no obtuvieron diferencias en la producción de leche ni en su calidad.

El porcentaje de rechazo fue del 10 y 8,8% para los tratamientos B y C, respectivamente, lo que pudo deberse a que la morera se ofreció fresca y no finamente molida, como plantea Sánchez (1998).

La influencia que ejercen las condiciones ambientales y de manejo posibilita la aproximación de los indicadores bioproductivos a su máximo potencial relativo (Astudillo, Zotteele y Dora, 1991), por lo que los indicadores hematológicos permiten inferir la influencia que tiene la inclusión de los diferentes niveles de morera en las vacas lecheras.

La hemoglobina en sangre, en todos los grupos, durante los diferentes momentos se mantuvo dentro de los valores fisiológicos para esta categoría: 8,5-12,0 g/% (Anon, 1990), aunque hay que destacar que existió una tendencia al aumento de este indicador en los animales que consumieron morera en BS al 0,20% de su peso vivo al finalizar la evaluación (tabla 3).

Los valores en todos los grupos se mantuvieron cercanos a los límites inferiores de este metabolito, lo que puede explicarse porque las vacas se encontraban en una fase temprana de la lactación (Jones, Wildman, Troutt Jr., Lesh, Wagner, Boman y Lanning, 1982).

Los resultados de los análisis de la proteína total en sangre se encuentran dentro de los parámetros fisiológicos establecidos para la especie: 5,9-6,4 g/% (Anon, 1990). Estos indicadores que reflejan el metabolismo proteico presentaron pocas variaciones entre grupos y momentos de análisis. Sin embargo, la concentración de proteína total aumentó un 0,22 (3,6%) en el grupo testigo, el cual redujo su producción de leche en el período.

La relación existente entre los indicadores mostró que la producción de leche aumentó con los niveles de inclusión de morera en la dieta y el mayor valor de la hemoglobina ocurrió en el tratamiento C (9,78g/%); mientras que la proteína total mantuvo el mismo rango y descendió en 1,6% en C, que presentó la mayor producción.

Aunque no se tomaron los pesos vivos de las vacas al final del experimento, con los nutrientes aportados en la ración el grupo A no podía aumentar la producción de leche, a pesar de encontrarse en un estadio temprano de su lactancia. Sin embargo, las vacas suplementadas con morera tuvieron una respuesta positiva en la producción al incrementar su consumo.

Al analizar la factibilidad de la suplementación con morera fresca en base seca a razón de 0,20% del peso vivo de las vacas, se encontró un incremento en los valores de $15 970,77 por la producción de leche; se tomó en consideración los rendimientos anuales esperados para suplementar 30 vacas diariamente, con la siembra de 1 ha de este cultivo, para lo cual el gasto de inversión fue de $4 843,37 correspondiente a las partidas de esquejes de morera (75,87%) y materiales auxiliares.

Si se considera una tasa de descuento para el sector del 20%, se puede concluir que en un plazo de 5 años de explotación de esta hectárea se alcanza un VAN de $42 924,22, con un índice de rentabilidad o razón de costo-beneficio de $9,86 y un TIR de $342,86.

Se concluye que la inclusión de morera fresca como suplemento al 0,20% (en base seca) del peso vivo, en la dieta de vacas lecheras en estadio temprano de la lactancia, incrementó la producción de leche y mantuvo los indicadores hemoglobina y proteína total dentro de los valores fisiológicos normales. Además, esta suplementación resultó factible desde el punto de vista económico.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido el 22 de julio del 2003
Aceptado el 21 de abril del 2004