ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

 

 

Diagnóstico participativo para el desarrollo rural: Una experiencia desde la perspectiva socioeconómica y ambiental.

 

 

 

Hilda Machado, A. Suset, Leybiz González, Taymer Miranda, Maybe Campos, Aida Cruz y M. Esperance

Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey Central España Republicana, CP 44280, Matanzas, Cuba
E-mail: hildam@indio.atenas.inf.cu

 

 

 


RESUMEN

Se realizó un diagnóstico socioeconómico y ambiental con la participación de los pobladores en el municipio Martí, en comunidades y entidades vinculadas a la ganadería, con el objetivo de trazar estrategias de desarrollo rural desde la perspectiva comunitaria. Se utilizó la metodología cualitativa de investigación y las herramientas del diagnóstico rural rápido, así como la metodología de la UICN (1997) para la evaluación del nivel de sostenibilidad socioeconómica y ambiental a nivel municipal, en una empresa ganadera y en cuatro comunidades vinculadas al sector ganadero. Tanto a nivel municipal como empresarial y comunitario, la sostenibilidad socioeconómica y ambiental presentó valores bajos e intermedios (40-60 para la dimensión socioeconómica y 30-60 para la ambiental). Los aspectos que incidieron negativamente en la sostenibilidad socioeconómica fueron la alimentación precaria, los bajos ingresos familiares y el nivel de vida; mientras que influyeron de forma relevante, como positivos, la educación, la salud, la infraestructura de los servicios básicos fundamentales y la organización social. En la sostenibilidad ambiental incidieron de forma negativa los aspectos relacionados con la conservación de los recursos naturales, tales como el agua, los suelos y la biodiversidad, todo lo cual se manifestó a su vez en la disminución de la capacidad para brindar bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas. Se observó una influencia positiva de la metodología participativa, a partir de la cual se elaboraron iniciativas para avanzar hacia el desarrollo local autogestionado.

Palabras clave: Desarrollo rural, diagnóstico.


ABSTRACT

A socioeconomic and environmental diagnosis was carried out with the participation of the people in the Martí municipality, in communities and entities linked to livestock, with the objective of devising strategies of rural development from the community perspective. The qualitative methodology of research and the tools of rapid rural diagnosis were used, as well as the methodology of the UICN (1997) for the evaluation of the level of socioeconomic and environmental sustainability at the municipality level, in a livestock enterprise and four communities linked to the livestock sector. At the municipality level, as well as at the enterprise and community level, there were low and intermediate values (40-60 for the socioeconomic dimension and 30-60 for the environmental dimension). The aspects that had negative influence upon socioeconomic sustainability were precarious nutrition, low family incomes and standard of living; while the factors that had positive relevant influence were: education, health, the infrastructure of the main basic services and the social organization. The environmental sustainability was negatively influenced by the aspects related to the conservation of natural resources, such as water, soil and biodiversity, all of which was shown in turn by the decrease on the capacity of providing benefits and services. A positive effect of the participatory methodology was observed, from which initiatives were elaborated in order to advance towards self-managed rural development.

Key words: Rural development, diagnosis.


 

 

INTRODUCCIÓN

Una de las primeras medidas del Gobierno cubano, después del triunfo de la Revolución en 1959, fue la promulgación de la ley de Reforma Agraria, que entregó los títulos de propiedad a los campesinos arrendatarios y aparceros y expropió los grandes latifundios, los cuales se convirtieron en grandes empresas estatales especializadas por cultivos, que utilizaron las tecnologías de altos insumos prevalecientes en los años 60 como consecuencia del boom de la llamada "Revolución Verde" en el ámbito agrícola mundial. La instalación de esas grandes empresas vino acompañada del desarrollo de la infraestructura (carreteras, embalses de agua, electrificación, sistemas de regadío, almacenes), así como de la construcción de viviendas campesinas y un alto grado de urbanización del campo, donde se incrementaron los servicios básicos tales como la educación, la salud, la electricidad, el agua potable y otros. Todo ello dio lugar a un desarrollo rural sin precedentes y elevó considerablemente el bienestar de la población rural.

Sin embargo, este modelo de desarrollo trajo como consecuencia la especialización de las empresas (monocultivo), actuó la ley del rendimiento decreciente y ocurrió la descampesinización (conversión del campesino en obrero agrícola) en detrimento de la productividad, como señaló Figueroa (1996), lo que ocasionó que la agricultura cubana comenzara a tener pérdidas económicas crecientes a partir de 1985. Esta situación se agravó con la pérdida de los mercados a partir de los años 90, cuando colapsó el modelo.

Ante esta situación, en 1994 el Estado entregó las tierras en usufructo gratuito e ilimitado a los obreros de las granjas, modificando sus condiciones de trabajo e ingreso hacia formas cooperativas; se entregaron los medios de producción en condiciones favorables de créditos, exenciones fiscales y subsidios presupuestarios; sin embargo, no se han alcanzado los resultados que se esperan de esta forma de organización, las unidades básicas de producción cooperativa (UBPC), probablemente a causa de la carencia de la cultura agrícola necesaria para enfrentar el cambio hacia tecnologías de bajos insumos (Figueroa, 1996).

En el presente trabajo se aborda la situación de una empresa ganadera y sus comunidades, en un intento de contribución a esclarecer cuáles son los frenos del desarrollo rural cubano en las condiciones socioeconómicas actuales.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El trabajo se desarrolló en el municipio Martí y se tomó como referencia fundamental la Empresa Pecuaria Martí, situada en el municipio del mismo nombre en la provincia de Matanzas, que tiene una extensión de 1 488 caballerías (cerca de 20 000 hectáreas), con suelos arenosos de baja fertilidad y pH ligeramente ácido, distribuidas en los diferentes renglones de la empresa, cuyos propósitos productivos son la producción de leche, carne y animales F1 para el reemplazo y la venta.

Después de la reforma de 1994 sobre la tenencia y uso de la tierra, la Empresa quedó formada por cuatro UBPC lecheras (Palma Sola, Kindelán, El Zapato y Nueve Caballerías), tres granjas estatales para la producción de carne y cría (Meteoro, El Marqués y el Cebadero "Frank País"), una finca de producción de semillas (La Rioja), una unidad industrial (la fábrica de pienso), una unidad mecanizada (el taller de maquinaria), una unidad de autoconsumo y una unidad de servicios (el Círculo Social). En el ecosistema de la Empresa se encuentran enclavadas varias comunidades rurales, las cuales proveen la fuerza de trabajo fundamental para las diferentes unidades, entre ellas las UBPC.

Se desarrolló un diagnóstico socioeconómico, técnico productivo y ambiental, con la participación de más de 200 personas, entre ellas los directivos y técnicos a nivel de empresa, UBPC y granjas, así como trabajadores y pobladores (hombres y mujeres, niños y niñas) de las comunidades Palma Sola, 28 de Octubre, Kindelán y Hoyo Colorado.

Las comunidades Palma Sola y Kindelán están directamente vinculadas a las UBPC Palma Sola y Ramón Paz, respectivamente; la comunidad Hoyo Colorado está unida al surgimiento de la Empresa, y la comunidad 28 de Octubre se encuentra enclavada en el área de la Empresa, pero obtiene su sustento fundamentalmente de la salina Bidos, para la cual fue creada. Algunos de los principales indicadores productivos de la Empresa cuando se inició el diagnóstico se presentan en la tabla 1.

El desarrollo del trabajo consideró cinco etapas: 1) Coordinación y motivación; 2) Planificación y organización; 3) Diagnóstico; 4) Análisis e implementación de estrategias; 5) Seguimiento y evaluación.

En este trabajo se llegó hasta la fase de diagnóstico, que necesitó comenzar por las autoridades municipales en visita exploratoria; esto permitió la identificación de sectores y agentes claves y de factores que pudiesen impulsar o limitar la realización del diagnóstico. Para ello se realizaron un conjunto de acciones: entrevistas con funcionarios claves del Gobierno y el Partido Comunista de Cuba del municipio, directivos de la agricultura municipal, directivos de las explotaciones ganaderas del sector estatal y privado, y con productores.

La primera acción participativa en grupos lo constituyó el taller de sensibilización y concertación que se realizó con el objetivo de sensibilizar a los actores relevantes, tanto internos como externos, para lograr la comprensión necesaria y de conjunto construir el marco orientador del trabajo del territorio y lograr el patrocinio político. En este taller se presentaron las intenciones y objetivos del trabajo y se realizó una capacitación sobre agricultura sostenible, elementos de análisis financiero y enfoque de sistema, todo mediante técnicas de trabajo en grupo. Al taller asistieron 23 funcionarios y técnicos del gobierno, los consejos populares y del sistema de la Agricultura municipal, lo cual abrió (por su novedad en la participación) las puertas para la entrada del proyecto al territorio.

La metodología fundamental utilizada en el trabajo indagatorio inicial fue la técnica cualitativa de investigación, conocida como la "bola de nieve", que permite recopilar información de manera muy informal y rápida, hasta que comienza a repetirse la información, momento en el cual se comienza a trabajar con otro informante, ya sea una persona, una comunidad o una entidad productiva; por supuesto, toda la información obtenida lleva la consiguiente triangulación para ser verificada. Los métodos y herramientas empleados fueron: reuniones, talleres, entrevistas no estructuradas, revisión de registros, informes, balances económicos y financieros y otros documentos, construcción de árboles de problemas, estudios de caso, historias de vida, transectos, observación participante, sociodramas y dinámicas grupales.

Para la evaluación del nivel de sostenibilidad socioeconómica y ambiental se utilizó el método MARPS (mapeo analítico, reflexivo y participativo de la sostenibilidad), que fue elaborado y validado por la Unión Internacional para el Cuidado de la Naturaleza (UICN, 1997) y su Equipo Internacional de Evaluación, los que han desarrollado un conjunto de herramientas y métodos para la evaluación de la sostenibilidad rural basados en la hipótesis inicial de que para lograr el desarrollo sostenible es necesaria la evaluación (combinación del monitoreo, la evaluación y el diagnóstico) y que la acción y la reflexión son parte de un ciclo en el cual la evaluación guía a la acción y la acción informa a la evaluación bajo los principios de que la conducta humana es la única causa de la degradación de los ecosistemas y también su única fuente de solución; asimismo, la sostenibilidad depende del bienestar de las personas y de los ecosistemas de forma conjunta y con igual importancia, pero existe una tensión constante entre las necesidades de la gente y de los ecosistemas que deben enfrentarse, basándose en un cuestionamiento y aprendizaje permanentes para lograr combinaciones de bienestar ecológico y social que puedan ser sostenibles.

Las preguntas básicas para mejorar la comprensión del sistema son:

• ¿Cuáles son las condiciones de los pueblos y del ecosistema?.

• ¿Cuál es la naturaleza de la interacción entre las personas y el ecosistema?.

• ¿Qué motiva a la gente a hacer lo que hace?.

• ¿Qué acciones deberían realizar las personas para mejorar su situación y también la del ecosistema?.

• ¿Cómo se pueden realizar estas acciones?.

• ¿Cómo pueden saber las personas si la situación está mejorando o empeorando?.

Por su parte, Dudley e Imbach (1997), miembros del equipo de la UICN, desarrollaron un grupo de preguntas claves a cualquier nivel (barrio, escuela, lugar de trabajo, comunidad, grupo de naciones) para identificar las etapas básicas que lo conducirían a una forma de vida mejor y sostenible, tales como: ¿Quiénes somos?, ¿Por qué estamos aquí?, ¿Estamos siendo sinceros con nosotros mismos?.

Para la aplicación del MARPS y la elaboración e implementación de las estrategias a partir del diagnóstico inicial, se realizaron talleres a nivel municipal con el Grupo de Desarrollo Comunitario del gobierno municipal; a nivel de Empresa con sus técnicos y dirigentes, y en las comunidades Palma Sola, Kindelán, Hoyo Colorado y 28 de Octubre se hicieron con un grupo de personas de cada comunidad (20-30); además, se efectuaron reuniones consultivas con la comunidad en su conjunto o una numerosa representación de ella, con el fin de validar los resultados parciales que se iban obteniendo. Estos talleres tuvieron la función, por una parte, de capacitar a los grupos para analizar la situación ambiental y socioeconómica de las comunidades (considerando la comunidad como municipio, empresa o poblado), y por otra determinar los indicadores para evaluar el progreso al implementar las estrategias y elaborarlas.

Como plantean Wautiez y Reyes (2001) la necesidad de los indicadores para la sostenibilidad surge de la incapacidad de los indicadores convencionales de dar cuenta de los fenómenos, problemas o procesos en sus múltiples dimensiones económicas, sociales e institucionales por lo cual a nivel local un buen indicador proporciona a la comunidad la información necesaria para la acción y estimula la toma de conciencia sobre los problemas que la rodean, y entre otros beneficios aumenta la capacidad de participación, organización y responsabilidad con su entorno, como consideran Wautiez y Reyes (2001). Los indicadores utilizados en este trabajo fueron elaborados y calculados según la metodología de Prescot Allen (1997) y Lee (1997).

En todos los casos, para efectuar las reuniones se contó con la colaboración de las autoridades locales del Poder Popular y de las entidades productivas, que se encargaron de garantizar la participación de los actores involucrados y las condiciones de alojamiento y alimentación del equipo facilitador cuando fue necesario.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El diagnóstico inicial aportó un grupo de problemas que se resumen a continuación:

1. Degradación de los suelos manifestada en síntomas de erosión, salinización y mal drenaje.

2. Deterioro de las condiciones higiénico sanitarias de la población y daños a la flora y la fauna.

3. Reducción considerable de los niveles productivos en el municipio (54 % de las entidades son irrentables).

4. Falta de preparación gerencial de los directivos y funcionarios en la Agricultura, y de forma general en el municipio.

5. Inestabilidad e incertidumbre en los directivos y técnicos de la Agricultura.

6. La limitada autonomía en la ganadería debido al autoritarismo de las estructuras superiores, así como a la falta de un mercado para la adquisición de los recursos necesarios para la producción y la forma errática en que se distribuyen éstos a los productores, lo que ha conducido al estancamiento socioeconómico de las entidades productivas del sector.

7. Escasa alimentación para la masa ganadera, que se debe a la poca rehabilitación de los pastos, las áreas infestadas de marabú y la escasa reforestación.

8. Problemas inherentes a los canales de comercialización, que producen largas cadenas de impagos y no acceso a las divisas producidas, entre otras desventajas para los productores.

9. Una elevada fluctuación laboral ocasionada por la inadecuada atención al hombre, el limitado espacio cultural para la motivación y la falta de programas de desarrollo coherentes sobre bases científicas.

10. Opiniones desfavorables sobre la gestión local de gobierno por parte de las comunidades rurales ganaderas a causa de la desarticulación entre las entidades productivas y la gestión local de gobierno, que origina incumplimientos de deberes de las empresas, tales como normativas comunales y otras, debido a que la generalidad de las empresas con poder económico responden al nivel provincial o nacional.

11. Tendencia al éxodo en todas las comunidades rurales evaluadas hacia los polos de desarrollo más atractivos, que presentan mayores posibilidades de empleo femenino, mejor calidad de vida de los pobladores, transportación, acceso a la recreación y otras ventajas comparativas.

Como se observa, los problemas recorren un espectro que transita desde los ambientales hasta la falta de preparación gerencial de los cuadros, pasando por la falta de oportunidad en la entrega de recursos al sector agrícola y la tendencia al éxodo desde las comunidades rurales hacia los polos de desarrollo más atractivos, lo cual agrava continuamente la situación al producir la continua erosión de los conocimientos técnicos y gerenciales. En los 2 años de desarrollo del Proyecto, la Empresa Pecuaria Martí ha tenido tres directores y la Delegación Municipal de la Agricultura ha sufrido tres cambios de estructura y dirigentes. La Empresa también estuvo afectada por la falta de actividades agrotécnicas que permitieran disponer de una adecuada base alimentaria para los animales, lo cual ha afectado el nivel de ingresos de la familia ganadera. Evidentemente, la baja productividad del sector agrícola en el municipio responde a factores que se deben no sólo a la falta de cultura de bajos insumos, sino también a la falta de coherencia en las acciones encaminadas a la solución del problema alimentario.

Un interesante aspecto que se observó es que el sector campesino produce entre el 18 y el 87 % de los principales renglones alimentarios de origen local (tabla 2), lo cual puede deberse a que este sector tiene una mayor autonomía informal para la toma de decisiones sobre sus predios y sobre el destino y los precios de sus productos, y también a que están acostumbrados a trabajar bajo condiciones de incertidumbre. Sin embargo, se observa el fenómeno de que la producción en este grupo, que maneja solo el 2 % de las tierras agrícolas del territorio, se ve limitada por la falta de tierras, que de hecho están ociosas pero no pueden entregarse debido a que la legislación que existe al respecto no contempla esta posibilidad.

Al aplicar el análisis de sostenibilidad en las comunidades del sector ganadero, se observó que Kindelán y Hoyo Colorado presentaron el mayor deterioro del ecosistema (fig. 1), debido probablemente a que están asentadas en áreas que la naturaleza había destinado a lagunas, las que fueron desecadas para asentamientos y vaquerías, todo lo cual afectó la flora y la fauna del lugar, además de dañar la disponibilidad de agua tanto para los animales como para los cultivos, por lo que hubo que utilizar máquinas extractoras desde el subsuelo. Debe señalarse que en los años 80 fue necesaria la construcción de una presa para recargar el acuífero, ya que comenzaron a bajar sus niveles de forma alarmante.

Un aspecto interesante lo constituye el hecho de que después de un taller de 2 días, los participantes comentaban que "nunca se habían detenido a pensar en el daño ocasionado al medio ambiente", es decir, no había una conciencia de la necesidad de concebir el bienestar del ecosistema con la misma importancia que el bienestar de las personas. Poco tiempo después, las inundaciones producidas por intensas lluvias en estas dos comunidades confirmaron este hecho.

La sostenibilidad a nivel municipal también resultó baja, debido sobre todo a la contaminación industrial de las aguas, la deforestación, los bajos rendimientos de los cultivos, los suelos en proceso de erosión y la desprotección de la faja hidrorreguladora por deforestación. Debe señalarse que la sostenibilidad por debajo de 50, tanto ambiental como socioeconómica, indica un alto nivel de deterioro de los indicadores, por lo cual los valores obtenidos son preocupantes.

Al analizar la sostenibilidad socioeconómica se constató que el municipio se encuentra en niveles bajos (fig. 2), casi insostenibles, por debajo de los de las comunidades ganaderas que se situaron en valores intermedios de sostenibilidad. La comunidad 28 de Octubre, que responde a la salina Bidos, está en mejor situación junto con Hoyo Colorado, que tiene un nivel de servicios básicos superior al resto, por ser la comunidad central de la Empresa.

Al analizar los aspectos indicativos de la sostenibilidad socioeconómica (fig. 3), se observa que los bajos valores se deben a la precaria situación de los alimentos, el deterioro del nivel de vida y los bajos ingresos familiares; mientras que la infraestructura, así como los servicios básicos tales como salud y educación, se sitúan en altos niveles de sostenibilidad, como era de esperar.

Muy interesante resulta el hecho de que uno de los aspectos que contribuyen a elevar la sostenibilidad social, es el alto nivel de organización social. Todo ello demuestra las amplias posibilidades del pueblo cubano para salir de la crisis económica, ya que la educación, la salud y la organización social son envidiables para cualquier pueblo. La cultura de la espera, sin embargo, lastra las posibilidades de estas comunidades (habituadas a que el Estado piense por ellas y resuelva los problemas) de avanzar hacia el bienestar socioeconómico y ambiental, y también el hecho de que existe una carencia de legislación para el desarrollo de la economía a nivel local, lo cual limita las iniciativas de autogestión comunitaria. Sin embargo, se pudo constatar por el grupo facilitador, que el trabajo participativo despertó hondas reflexiones en los pobladores sobre el papel que les corresponde desempeñar en la gestión de su propio desarrollo, dentro del nuevo modelo económico que se implanta en el país.

Al analizar la situación ambiental (fig. 4) se aprecia que, como promedio, los aspectos indicativos se encuentran en valores intermedios, con excepción del aspecto conservación que se encuentra en niveles muy bajos.

Con respecto a la forma en que se manifiesta el desarrollo rural a nivel mundial, Colom (2000) realizó un análisis sobre las amenazas por las que atraviesa, que son:

• Desempleo y éxodo rural.

• Envejecimiento de la población.

• Aislamiento de las comunidades rurales, falta de nexos de relación socioeconómica, sociopolítica y sociocultural.

• Falta de incentivos socioeconómicos y debilidad económica.

• Falta de promoción y cultura empresarial.

• Inviabilidad de algunas acciones empresariales existentes.

• El impacto ambiental, la desertización, la erosión, el desequilibrio ecológico flora-fauna, etc.

Todo ello concuerda con la situación que se observa en el presente estudio, lo que confirma que existe una situación mundial que afecta los espacios rurales y que no se trata de un caso aislado.

Según Colom (2000) para contrarrestar estos males, las administraciones nacionales, regionales o locales han desarrollado diferentes estrategias, tales como:

• Políticas agrarias, políticas alimentarias y de sanidad pública y educación.

• Formación de recursos humanos.

• Refuerzo de las capacidades locales.

• Asistencia técnica.

• Políticas medioambientales.

• Subvenciones e inversiones directas.

• Mejora de la infraestructura

También coincidimos con Colom (2000), cuando plantea que todos los esfuerzos para lograr un desarrollo socioeconómico suficiente en las zonas rurales deben encaminarse por la vía de la motivación de la gente del lugar; el desarrollo de actividades complementarias como el agroturismo; las posibilidades de integración de valores añadidos a los productos agrarios locales, lo cual incluye su transformación artesanal o semiindustrial, la tipificación de productos de origen, productos ecológicos, nuevas orientaciones agrícolas y ganaderas (pequeños frutos, frutos del bosque o de la montaña, pequeños animales, etc.); y la posibilidad de integrar actividades de transformación a nivel familiar artesanal y a través de modelos empresariales colectivos, incluyendo la comercialización y distribución. Actualmente se favorecen las estrategias sobre el desarrollo de actividades y la capacidad de iniciativas y de actividades empresariales a nivel local. Las medidas encaminadas a facilitar este tipo de estrategias y asegurar los recursos necesarios para su puesta en marcha deben ser consideradas como los elementos importantes de una política de desarrollo rural, es decir, las acciones a favor del desarrollo local deben reforzar las capacidades locales e incentivar y favorecer la autonomía y la emergencia de una cultura empresarial.

Cuba tiene una gran ventaja sobre el resto de los países en desarrollo, por cuanto su población posee un alto nivel de instrucción (se erradicó el analfabetismo) y de salud, y un alto grado de organización social que permite movilizar a la población hacia el logro de cualquier objetivo, requisito con el cual cumple la región estudiada. Asimismo, las acciones encaminadas a lograr la autonomía y la capacidad empresarial en los productores, redundarían en un gran beneficio para el desarrollo rural.

Durante las últimas décadas, el criterio de que los productores tienen derecho a participar en su propio desarrollo ha ganado gran importancia a través del mundo, e incluso a finales de los años 60 comenzó a aparecer como estrategia en las teorías de desarrollo. De Schutter (citado por Plaza, 2000) entiende la participación, en términos generales, como la expresión de las necesidades sentidas, la defensa de los intereses comunes y la manera de influir en las acciones que afectan la realidad de los sujetos. Este autor señala, además, que para el contexto rural la participación puede ser muy diversificada, ya que abarca desde simples consultas hasta procesos de autogestión.

Sin embargo, en nuestro medio se habla con mayor frecuencia de los aspectos técnico productivos (agricultura orgánica o agricultura sostenible, tecnologías de altos o bajos insumos, etc); mientras que los aspectos sociales relativos al desarrollo rural y la activa y protagónica participación de las gentes del campo suelen ser menos enfatizados (Díaz, 1997).

Uno de los retos futuros y no el menos importante es lograr que los proyectos participativos locales resulten cada vez más capaces de generar sus propias soluciones y de crear sólidas relaciones horizontales, alejándose de modelos asistencialistas, como plantea acertadamente Fernández (1997).

Con respecto a lo anterior, Prevóst (1999) planteó que los valores de base del desarrollo local en las organizaciones que promueven el desarrollo social sostenible son:

Autonomía local: Hacer uno mismo, iniciativa local, liderazgo.

Solidaridad: Hacer colectivamente, movilización, participación, cooperación.

Creatividad: Imaginar, innovación, búsqueda de nuevas soluciones, capacidad empresarial, desarrollo de proyectos.

Según Caño (1998), el desarrollo local es considerado como un proceso de fortalecimiento de las estructuras y los poderes locales a partir de la estimulación, de la participación ciudadana y el logro de acciones integradas a nivel de procesos de producción y reproducción de la vida cotidiana en la dimensión local.

Desde el inicio de la década de los 90, la sociedad cubana enfrenta una profunda crisis económica que ha planteado la necesidad de reformas en la economía y la sociedad. El sector agrícola fue severamente afectado por la crisis, tanto por las carencias de recursos como por los problemas del modelo de planificación centralizada, basado en la excesiva especialización de la empresa agrícola estatal (González, 1999).

En conclusión, se observa un grupo de problemas que frenan el desarrollo rural en la zona estudiada que no se alejan de los que afectan los espacios rurales de los países desarrollados. Sin embargo, en Cuba existe la ventaja de un alto nivel de organización social, de conocimientos culturales y de salud de la población; también la solidaridad es una forma de vida en el país, por lo cual se cuenta con condiciones ventajosas para la solución de los problemas en el ámbito rural. No obstante, hay una barrera para el desarrollo local autogestionado a causa de que los Gobiernos Municipales y el Consejo Popular no están amparados por una legislación que les permita un nivel de desarrollo satisfactorio de la economía local, y las empresas con poder económico responden a las estructuras provinciales o nacionales y no tienen suficiente autonomía, lo cual tiende a frenar la iniciativa local.

 

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecemos la colaboración prestada por decenas de hombres, mujeres, niños y niñas en la realización de este trabajo en las cuatro comunidades evaluadas. Un particular agradecimiento a las autoridades municipales del Partido Comunista de Cuba y de los Órganos del Poder Popular, así como a los directivos de la Empresa Pecuaria Martí, y los presidentes y delegados de los consejos populares de Hoyo Colorado y 28 de Octubre, gracias a los cuales se pudieron eliminar todas las barreras

Al Dr. Luis Lamela López y el M.Sc. Francisco Reyes, por su ayuda desinteresada en el diagnóstico técnico productivo. A los técnicos del Programa de Socioeconomía Ing. Pedro Duquesne y Yanetsy Matías por la recolección y procesamiento de datos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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11. Prevóst, P. 1999. Desarrollo local sostenible. Conferencia. Maestría en Desarrollo del Sistema Cooperativo. Universidad de La Habana, Cuba

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13. Wautiez, F. & Reyes, B. 2001. Indicadores locales para la sustentabilidad. Publicaciones Acuario. Centro Félix Varela. Ciudad de La Habana, Cuba. 135 p

 

 

 

Recibido el 17 de diciembre del 2001
Aceptado el 7 de mayo del 2002