ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Efecto de un alimento complejo catalítico en el ph, el amoniaco ruminal y la desaparición in situ de la materia seca en cuatro pastos
D.C. Puga1,
M.A. Galina2, F. Pérez-Gil3, J. Rosado1
y J.C. Murillo1
1Posgrado
Interinstitucional en Ciencias Pecuarias, FMVZ, CUIDA Universidad de Colima
2Facultad
de Estudios Superiores de Cuautitlán, UNAM, México
3Instituto
Nacional de la Nutrición"Salvador Zubirán". Departamento
de Nutrición Animal AP 22 Colima, Colima, México CP 28000
RESUMEN
Noventa toros de
203 kg (±37) engordados con Cynodon nlemfuensis, Cynodon dactylon,
Panicum maximum y Brachiaria brizantha se distribuyeron en dos
grupos: el primero (n=48) en pastoreo suplementado con 2 kg/día de una
mezcla de alimento complejo catalítico (ACC) compuesto por melaza (16
%); urea (5 %); harinolina (16 %); pulidura de arroz (12 %); maíz (16
%); pollinaza (10 %); harina de pescado (4 %); sebo (8 %); sal (1 %); cal (3
%); cemento (4); sales minerales para rumiantes (1 %) y sulfato de amonio (1
%). El segundo grupo lo integraron 42 animales alimentados con 3 kg/día
de concentrado bovino balanceado (CB) elaborado con 40 % de salvado de trigo;
5 % de harina de pescado; 25 % harinolina; 30 % de maíz y 1,5 % de sales
minerales. La ganancia diaria de peso promedio fue de 1,080 y 1,093 kg/día
con el ACC y el CB, respectivamente, sin diferencia significativa. En la tasa
de desaparición de los forrajes se observaron diferencias significativas
entre los tratamientos (P>0,01); en todos los casos se obtuvo un menor tiempo
medio de desaparición de la MS para las mezclas de pastos con ACC, particularmente
en el caso del zacate estrella, la guinea y el insurgente; mientras que con
la bermuda tanto el ACC como el CB mostraron tiempos similares de desaparición.
En cuanto al pH, aunque no existieron diferencias significativas, ambas observaciones
iniciaron con un valor ligeramente ácido; sin embargo, el efecto del
CB provocó una disminución hasta 6,1 a las 6 horas, para regresar
posteriormente a la normalidad, mientras que el ACC se mantuvo con un valor
de alrededor de 6,5. La cinética del amoniaco en ambos tratamientos registró
concentraciones superiores a los 50 mg/L de líquido ruminal; sin embargo,
4 horas después de la ingestión se disminuyó en el CB el
amoniaco a 41 mg/L. Los resultados mostraron que la utilización de forrajes
con un manejo integral y una suplementación mínima, permitió
una factibilidad productiva y económicamente rentable.
Palabras clave: Amoniaco, degradación, gramíneas.
ABSTRACT
Ninety bulls of 203 kg (±37) fattened with Cynodon nlemfuensis, Cynodon dactylon, Panicum maximum and Brachiaria brizantha were distributed in two groups: the first one (n=48) under grazing conditions, supplemented with 2 kg/day of a mixture of catalytic complex feed (CCF), composed by molasses (16 %); urea (5 %); harinolina (16 %); rice polishing (12 %); corn (16 %); poultry dung (10 %); fish meal (4 %); tallow (8 %); salt (1 %); lime (3 %); cement (4 %); mineral salts for ruminants (1 %) and ammonium sulphate (1 %). The second group included 42 animals, fed with 3 kg/day of balanced bovine concentrate (BC), elaborated with 40 % of wheat bran; 5 % of fish meal; 25 % of harinolina; 30 % of corn and 1,5 % of minearl salts. Daily gain of average weight was 1,080 and 1,093 kg/day with CCF and BC, respectively, with no significant difference. There were significant differences among the treatments (P>0,01), regarding the rate of forage disappearance. In all cases, a lower average disappearance time of DM was obtained for the mixtures of pastures with CCF, particularly with C. nlemfuensis, P. maximum and B. brizantha, while CCF and BC showed similar disappearance times with C. dactylon. Regarding pH, although there were no significant differences both observations started with a slightly acid value; nevertheless the effect of BC caused a decrease up to 6,1 at 6 hours, to return lately to normality, while CCF kept with a value of around 6,5. The kinetics of ammonia in both treatments registered concentrations higher than 50 mg/L of ruminal liquid; nevertheless, 4 hours after intake ammonia decreased in BC to 41 mg/L. The results showed that the use of forages with an integral management and minimum supplementation permitted a productive and cost-efficient feasibility.
Key words: Ammonia, degradation, grasses.
INTRODUCCIÓN
Los alimentos altos
en fibra y bajos en proteína, acompañados de los residuos de cosechas,
son los forrajes de mayor abundancia para los rumiantes en los trópicos
(Preston, 1995; Fernández, 1996). En trabajos previos se han obtenido
mejoras en las tasas de producción cuando estos forrajes han sido suplementados
adecuadamente, lo que favorece una eficiente fermentación ruminal con
un aporte de nutrientes esenciales hacia el intestino delgado (Preston y Leng,
1984; 1987; Preston, 1995; Galina, Pineda, Rosado, Aguilar, Puga, Rubio y Murillo,
1997). Investigaciones previas buscaron optimizar la relación simbiótica
entre los microorganismos ruminales y el animal huésped (Ørskov,
1994). Un incremento en la población microbiana celulolítica,
particularmente las especies Fibrobacter succino-genes, Ruminococcus flavefaciens
y R. albus, puede tener dos funciones: por un lado aumentar la energía
de la dieta accesible al rumiante, lo que incrementa la digestibilidad de los
forrajes ricos en fibra y permite un aporte superior que el señalado
en la tablas convencionales de alimentos (INRA, 1988; Palma, Topete y Galina,
1992; Martín, 1994; Ørskov, 1994; Russell y Wilson, 1996;
Fondevila y Dehority, 1996); y por el otro incrementar el flujo ruminal, lo
que produce un aumento en la cantidad de nutrientes debido a un mayor volumen
de materia seca ingerida, que permite un consumo voluntario aparente superior.
Para lograr una mayor eficiencia fermentativa microbiana se ha recomendado la
presencia constante de una base nitrogenada como urea, pollinaza, sulfato de
amonio o cualquier fuente de nitrógeno no proteico (Leng, 1990; Preston,
1995; Zinn, Barajas, Montaño y Sean, 1996), en combinaciones que
pueden tener concentraciones importantes de urea (Valdés y Castillo,
1993), acompañada de carbohidratos fácilmente fermentables como
la melaza (Sánchez y Preston, 1980; Preston, 1995; Russell y Wilson,
1996; Valdés, Molina y Castillo, 1996). Otros elementos que complementan
la óptima fermentación microbiana son el azufre y el fósforo,
además de álcalis que modifiquen el pH hacia la neutralidad (cal)
unidos a sustancias buffer como el cemento (Ward, Old, Greathouse y Coveny,
1979; Wheeler, Noller y White, 1981a; 1981b; Russell y Wilson, 1996).
La productividad se puede complementar con proteína de sobrepaso, carbohidratos
de baja degradabilidad (almidón) que escapen a la fermentación
ruminal, grasa animal que aporte un incremento energético por kg de MS,
además de ácidos grasos de cadena larga que aumenten el NADPH
(Gusnet y Demarne, 1978; Leng, 1990). Con la mezcla de ellos se incrementa la
absorción de nutrientes, así como la productividad hasta 10 veces
más que aquella obtenida por métodos convencionales (Leng, 1990).
Con anterioridad
se han realizado estudios sobre los efectos individuales de cada uno de los
elementos utilizados en la propuesta; sin embargo, pocas investigaciones han
medido los efectos ruminales de una mezcla compleja catalítica (Galina
et al., 1997), por lo que el objetivo del presente trabajo fue estudiar
los efectos ruminales y la productividad cuando se emplea un alimento complejo
catalítico (ACC).
MATERIALES Y
MÉTODOS
La investigación
se realizó en el Rancho de Fomento Agropecuario "Buenos Aires"ubicado
en el km 6½ sobre la carretera Colima-Coquimatlán, 19°12' de
latitud norte y 103° 49´ de longitud oeste a una altitud de 390 msnm.
El clima es Awo, con lluvias a partir de finales de mayo hasta septiembre, seguidas
por una época de seca que puede ser de hasta 8 ó 9 meses con una
precipitación de 800 a 900 mm al año y una temperatura media anual
de 25°C (García, 1973).
Animales y dietas.
Noventa toros mezclas de Cebú de 203 kg (±37) fueron engordados
con zacate estrella (Cynodon nlemfuensis), bermuda (Cynodon dactylon),
guinea (Panicum maximum) e insurgente (Brachiaria brizantha).
Se formaron dos grupos, el primero experimental (n=48) en pastoreo suplementado
con 2 kg/día de una mezcla de melaza (16 %); urea (5 %); harinolina (16
%); pulidura de arroz (12 %); maíz (16 %); pollinaza (10 %); harina de
pescado (4 %); sebo de res (8 %); sal (1 %); cal (3 %); cemento (4 %); sales
minerales para rumiantes (1 %) y sulfato de amonio (1 %), el cual fue denominado
alimento complejo catalítico (ACC). Se utilizaron 42 animales como control
alimen-tados con 3 kg/día de un concentrado elaborado con 40 % de salvado
de trigo; 5 % de harina de pescado; 25 % de harinolina; 30 % de maíz
y 1,5 % de sales minerales, denominado concentrado bovino balanceado (CB). Los
grupos se separaron por cerca eléctrica y cada grupo contó con
un torete fistulado. Se pastorearon en 15,8 ha y se colocaron bebederos y comederos
portátiles bajo el sistema de pastoreo intensivo tecnificado móvil
descrito con anterioridad para pequeños rumiantes (Puga, 1998). Se utilizaron
períodos de ocupación de un día, con descanso variable
de acuerdo con la respuesta vegetal, que en promedio fue de 45 días (±6).
La carga animal varió de 1,59 a 2,85 UA/ha y la instantánea de
66,4 a 118,6 UA/ha. Se registró el peso quincenal de los animales con
ayuda de una báscula electrónica portátil.
Por otra parte,
se realizaron estudios comparativos de balance de nutrientes con las sugerencias
francesas (INRA,1988) y cubanas (Martín, 1994), que se correlacionaron
con los resultados en fibra, energía metabolizable y proteína
digestible, obte-nidos de los exámenes químicos proximales de
los alimentos de acuerdo con la metodología del balance alimentario retrospectivo
de Menchaca, Ruiz, García-Trujillo, Geerken, Larduet y Jordan (1988).
En relación con la MS aparentemente consumida se calculó un consumo
de forraje:suplemento de 70:30 para la dieta CB y 80:20 para la dieta ACC. En
cada grupo se evaluaron los parámetros de fermentación ruminal
en un novillo fistulado con cánulas fijas, el cual recibió un
manejo y suplementación similar al resto de los animales (Hecker, 1974).
Desaparición
in situ de la MS, pH y N-NH3. Se realizó la prueba
de desaparición in situ de la materia seca según la técnica
de Mehrez y Ørskov (1977) y Kempton (1980) con ocho tratamientos; los
cuatro primeros fueron una mezcla de 20 % del ACC y 80 % de zacate estrella,
bermuda, guinea e insurgente, respectivamente; en los cuatro restantes se adicionó
30 % del CB con 70 % de cada uno de los zacates anteriores; las mezclas fueron
homogeneizadas a un tamaño de partícula de 1 mm. Cada tratamiento
fue colocado dentro de bolsas de nailon de 25 x 10 cm, con bordes redondeados
y una porosidad promedio de 1 200 orificios/cm2; la incubación
se realizó por cuadruplicado en períodos de 0; 9; 12; 24; 36;
48 y 72 horas para cada tratamiento. Después de retirar las bolsas del
rumen fueron lavadas con una máquina hasta obtener un líquido
de enjuague claro y transparente, posteriormente los residuos alimenticios se
analizaron para determinar la cinética de desaparición in situ
de la materia seca en cada tratamiento. Los valores se fijaron en la ecuación
propuesta por Ørskov y McDonald (1979):
donde:
P es la degradabilidad
a un tiempo t
a es el intercepto
al tiempo cero
b es la fracción
potencialmente degradable
c es el nivel de
degradación de b
e son los exponentes
Para calcular la
cinética de desaparición in situ de la materia seca se
gráfico el logaritmo natural del residuo y se obtuvo la pendiente de
la ecuación de la recta para calcular el tiempo medio de degradación
de acuerdo con la ecuación de Faichney (1975):
donde:
t½ es el tiempo
medio
ln2 es (0,693)
k es la constante
de desaparición (pendiente de la recta)
Se determinó
la cinética ruminal de pH y amoniaco (N-NH3); el monitoreo
de pH se realizó por potenciometría (Bateman, 1970), utilizando
un medidor portátil (Orion 250-A), el N-NH3 se cuantificó
con un electrodo de ión selectivo para amoniaco (Orion 95-12). Las muestras
de líquido ruminal fueron congeladas, previa adición de HCl 0.1
N para evitar la pérdida de amoniaco.
Análisis
químicos. Los análisis de laboratorio se llevaron a cabo en la
Subdirección de Nutrición Animal del Instituto Nacional de la
Nutrición "Salvador Zubirán". La evaluación química
de los forrajes y suplementos se realizó mediante el análisis
químico proximal de acuerdo con los métodos propuestos por el
AOAC (1995); la determinación de las fracciones de fibra se hizo según
la metodología propuesta por Van Soest (1963; 1967) y Goering y Van Soest
(1970); la energía bruta se determinó por bomba calorimétrica.
Análisis
de balanceo retrospectivo. Se realizaron balances quincenales con la metodología
y los requerimientos sugeridos por el INRA francés para bovinos de engorde
(1988), y se estimó la energía metabolizable y la proteína
digestible para cada animal, comparada con la aparentemente aportada por los
alimentos ingeridos de acuerdo con la metodología detallada con anterioridad
(Menchaca et al., 1988; Puga, 1998).
Análisis
estadísticos. Los resultados se analizaron mediante el paquete estadístico
SAS. La ganancia diaria de peso se evaluó bajo un diseño completamente
al azar, a un nivel de significación de P>0,05, mediante regresión
y ANOVA. Para los resultados en la desaparición in situ de la
MS se empleó un diseño completamente al azar con un arreglo factorial
2 x 5; las diferencias entre medias se analizaron mediante la prueba de Tukey
a un nivel de significación de P>0,05; el modelo para el diseño
factorial fue:
Yijk
= u + Ai + Bj + (AB)ij + Eijk
Yijk =
Variable de respuesta a la desapa-rición in situ de la MS
u = Media
general
Ai =
Efecto del factor A al nivel i (1,2 tipo de suplemento)
Bj =
Efecto del factor B al nivel j (1, 2, ... 4 tipos de zacate)
(AB)ij
= Efecto de la interacción de AB al nivel i,j
Eijk =
Error aleatorio
Para las variables
de pH y amoniaco se realizó un análisis de medias repetidas por
medio del paquete estadístico SAS (1985).
RESULTADOS
Las variaciones
del pH en el líquido ruminal (fig. 1) no mostraron diferencia significativa.
Ambas observaciones iniciaron con un valor ligeramente ácido; sin embargo,
con el CB hubo una disminución hasta 6,1 a las 6 horas, para regresar
posteriormente a la normalidad; mientras que con el ACC se mantuvo una tendencia
superior, alrededor de 6,5, aunque como promedio tenía una mayor acidez
al inicio de la observación.
En la tabla 1 se
observa la cinética del amoniaco en el líquido ruminal; en ambos
tratamientos se reportaron concentraciones superiores a los 50 mg de amoniaco/L;
sin embargo, 4 horas después de la ingestión se disminuyó
el amoniaco a 41 mg/L con la suplementación del CB.
En la figura 2 se agrupan los resultados del tiempo medio de desaparición in situ de la materia seca, en el que se observaron diferencias significativas entre ACC y CB en los cuatro tratamientos (P>0,05). Se observó diferencia significativa en la materia seca a favor de la bermuda comparada con los tratamientos de estrella, guinea e insurgente (P>0,05).
En
las tablas 3 y 4 se resumen los resultados comparativos entre los requerimientos de los animales
para el estado corporal y la ganancia de peso, de acuerdo con las sugerencias
de Martín (1994), con los aportes según los análisis químicos
proximales de los forrajes de la dieta. El ACC sustituyó en 2 kg de MS
al pasto; mientras que con el CB la tasa de sustitución en la dieta fue
de 3 kg. Se observa en esta tabla que mientras que con el CB las necesidades
de energía y proteína se cubrieron aparentemente, con el ACC existió
una deficiencia de energía de 5,92 Mcal entre las 21,93 requeridas y
las 16,01 ofertadas.
En la tabla 5 se
resumen los resultados de los análisis químicos proximales de
los alimentos utilizados.
DISCUSIÓN
Los resultados
no mostraron diferencias significativas en la ganancia de peso entre los animales
suplementados con el ACC o el CB, no obstante a que el primero no aportó
aparentemente los requerimientos, mientras que el CB sí los ofertó,
como se muestra en las tablas 3 y 4 (Menchaca et al., 1988; Martín,
1994).
La energía
y la proteína faltante fue suplementada por el CB en uno de los tratamientos;
mientras que en el caso del ACC los resultados probablemente se deban a una
mayor expresión de energía de los zacates, que se comportaron
como forrajes de al menos 2,5 Mcal de EM/kg de MS; alternativamente si se ofertaran
zacates de 2,2 Mcal de EM, sería necesario un aumento en el consumo cercano
a los 150 g/kg de PM, superior a los 100 g/kg de PM sugerido por el INRA (1988)
para toros en crecimiento. Otra explicación alternativa sería
una combinación entre los dos factores discutidos. El fenómeno
puede ser explicado por la corrección del desbalance de nutrientes de
los zacates al proveer NNP en forma de urea (Boniface, Murray y Hogan, 1986;
Valdés y Castillo, 1993) y amoniaco a las bacterias ruminales (Silva,
Greenhalgh y Ærskov, 1989; Leng, 1990) que degradan una mayor cantidad
de paredes de los pastos tropicales (Galina et al., 1997).
El aumento aparente
del CVA de pastos en los animales tratados con ACC, comparados con los suplementados
con CB (tablas 3 y 4), se debió probablemente a una mayor degradación
por las bacterias celulolíticas (Leng, 1990; Blummel y Ørskov,
1993; Preston, 1995; Fondevila y Dehority, 1996).
El azufre y el
fósforo fueron adicionados tanto por la melaza y la pollinaza como por
una complementación mineral balanceada (Kunju, 1986; Galina y Aguilar,
1995). Aunque no se alcanzaron en este engorde niveles de amoniaco altos, de
100 mg/L (Leng, 1990), los obtenidos tanto por el ACC como en la premezcla del
CB fueron suficientes para mantener un concentración estable en el tiempo
(8-12 horas) de al menos 50 mg/L, lo que permitió una constante población
bacteriana, con excepción de 4 horas después de suplementar el
CB debido a la variación de nutrientes para este elemento.
Estas concentraciones
dependen del pH ruminal (Smith, 1984). El pH es consistentemente alto (6,5-7,0)
cuando no se provee de concentrado a los forrajes de baja degradabilidad. Al
disminuir el pH con la adición de concentrados el nivel de amoniaco es
menor, como fue discutido por Boniface et al. (1986). En el presente
trabajo con el CB se mantuvo un pH ligeramente ácido, que disminuyó
hasta cerca de 6,0 durante las primeras horas de ingestión; por otro
lado, el ACC permitió mantener todo el tiempo un pH superior a 6,5, ambiente
ruminal favorable para la acción bacteriana celulolítica, lo que permite explicar una mayor degradación de las paredes celulares
con un aumento en la tasa de desaparición, que se manifiesta en un mayor
volumen de pasto ingerido. Sudana y Leng (1986) probaron la importancia de mantener
niveles continuos de amoniaco ruminal.
En el presente
ensayo las mezclas de melazaurea y salurea permitieron un consumo del ACC de
8 horas, mientras que el CB se ingirió totalmente en 30 minutos de la
oferta. Probablemente el ACC, como lo discutieron Zinn et al. (1996),
provea aminoácidos claves en la pollinaza (lisina, isoleucina y triptófano)
con una mezcla adecuada de sales minerales (Ørskov, 1994; Galina y Aguilar,
1995; Galina et al., 1997), lo cual posibilita la formación de
porcentajes significativos de proteína bacteriana que pasa al intestino.
Como se observa en la figura 1, la presencia de un pH ruminal alcalino en el
ACC se debió probablemente al efecto de la cal y el cemento, que favorecen
una mayor estabilidad del ambiente ruminal óptimo para un mejor desarrollo
de las bacterias celulolíticas (Wheeler, 1979; Noller et al., 1980;
1981a; 1981b).
La proteína
de escape de la harinolina, la harina de pescado y la pulidura de arroz, además
de la proteína bacteriana formada a partir del nitrógeno no proteico
de la urea y el sulfato de amonio, permiten explicar los resultados de crecimiento
observados en el presente trabajo al emplear estos pastos tropicales con el
ACC; por otro lado, con el CB el total de proteína bruta aportada fue
superior a los requerimientos sugeridos para esa tasa de crecimiento (Leng,
1990; Fernández, 1996). Finalmente, los resul-tados de la presente observación
son también el producto de la utilización de los ácidos
grasos de cadena larga del sebo como fuentes de NADPH aceptadoras de electrones,
además de proveer una concentración adicional de energía
metabolizable a nivel del intestino.
CONCLUSIONES
La utilización de dietas para rumiantes se puede mejorar en varios aspectos. La digestibilidad y el consumo se pueden incrementar aparentemente cuando se mantiene el pH ruminal y se aumenta la población de bacterias a través de la suplementación de aminoácidos esenciales, NNP, azufre y fósforo. Alimentar selectivamente a las bacterias ruminales con aminoácidos, azufre y fósforo mejora el uso de la celulosa. La proteína de sobrepaso, los carbohidratos glicogénicos y los ácidos grasos de cadena larga son los otros nutrimentos claves para explicar los resultados. La utilización de forrajes regionales permitió una factibilidad económica rentable de la propuesta.
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Recibido el 1 de
octubre de 1999
Aceptado el 14
de octubre del 2000