UN PATÓGENO FOLIAR EN VARIEDADES DE MORERA INTRODUCIDAS EN CUBA
Palabras clave:
Cercosporella mori, Morus albaResumen
Se evaluó, desde el punto de vista fitopatológico, un campo experimental de Morus alba sembrado con las variedades Acorazonada, Cubana, Indonesia y Tigreada durante 15 meses, las cuales presentaron síntomas de una enfermedad parasitaria. Se empleó un diseño de bloques al azar con cuatro réplicas y los tratamientos se basaron en la combinación de cada variedad con tres frecuencias de defoliación (60, 90 y 120 días) y tres niveles de fertilización orgánica (100, 300 y 500 kg de gallinaza/ha).
Para evaluar los síntomas foliares detectados, se diseñó una escala con siete grados (de 0 a 100 % del área foliar afectada) y el índice de infección por el patógeno se calculó a través de la función de Towsend y Heuberger. El hongo identificado se corresponde con la especie Cercosporella mori. Durante el
establecimiento de la plantación la afectación por el patógeno fue ligera, pues no alcanzó el grado 2 de la escala utilizada (5 % del área foliar afectada). La variedad menos afectada por el agente fungoso, antes y después de las tres podas, resultó ser la Tigreada. Aunque la afectación por C. mori fue ligera, los
tratamientos donde se combinaron las variedades con la frecuencia de defoliación cada 120 días y los
tres niveles de fertilización, posiblemente sean los más propicios para que el patógeno aparezca y complete todo su ciclo de vida, por lo que es evidente que las defoliaciones más frecuentes pueden ser un método cultural con grandes perspectivas para el control de C. mori.